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jueves, 12 de julio de 2018

El Festival del Jazz Berks de Boscov




Jorge Zavaleta Alegre
La música,  elemento vivo en toda actividad individual o colectiva, articula grandes desafíos y  resultados dignos de todo elogio. El  Jazz, por ejemplo, presente en la vida de la humanidad, en un momento fue clandestina, después encerrada en auditorios exclusivos para salir después como un sentimiento volcánico que alienta la paz universal.

Boscov, fundó en 1914 en Pensylvania una “industria al por menor” de propiedad  familiar,  y después de más de un siglo cuenta con gran cadena de establecimientos en los  estados de mayor ingresos de los 54 estados de Norte América, en la cual laboran más de cinco mil personas que movilizan un mercado de productos indispensable para una sociedad moderna, con relativo confort.

Solomon "Sol" Boscov,  de origen judío, inmigró de Rusia a Reading, Pennsylvania, en 1911. Tenía $1,37 en efectivo a su llegada a los Estados Unidos, el país que representa la migración de múltiples latitudes del planeta, cuentan sus  biógrafos.

Esta firma, patrocina el "Festival anual de Jazz Berks de Boscov"  que atrae entre 
35,000 y 40,000 personas. Este festival cubre un tercio de los días del mes de abril y era natural que el festival se asociara con el Museo Nacional Smithsoniano de Historia Estadounidense para ayudar con su celebración anual del Mes de Apreciación del Jazz.

El Mes de Apreciación del Jazz,  llamado JAM, fue fundado para reconocer el jazz como una forma de arte americana histórica y viviente. "Con casi 150 conciertos importantes, conciertos comunitarios y eventos educativos Get Jazz , era natural que Berks Jazz Fest tomara un papel de liderazgo con la celebración de JAM".

El 30 de abril, JAM concluye con el Día Internacional del Jazz organizado por San Petersburgo, Federación Rusa, presentando un Concierto Global con actuaciones de Herbie Hancock, Chucho Valdés, Cassandra Wilson, Marcus Miller, Igor Butman, Julio Padrón, Richard Bona, Bobby Carcassés y muchos otro  más artistas, en asociación con la UNESCO y Thelonious Monk Institute of Jazz.

El equipo de gestión de Boscov cuenta con el apoyo de un programa de capacitación en administración activa que anualmente incluye graduados universitarios y empleados existentes que han demostrado un potencial de gestión.

El evento Friends Helping Friends de Boscov es un día especial lleno de diversión y recaudación de fondos para beneficiar a las organizaciones sin fines de lucro del área. Durante todo el año, Boscov's está involucrado con las organizaciones sin fines de lucro en cada una de sus  comunidades locales.

Investigadores de las principales facultades estudios  culturales  señalan que la música es la primera idea del sentido común que ve en el jazz una música para conocedores y también de y para las élites. Sin embargo muchos aún desconocen que era una música apropiada, manejada y controlada para satisfacer sus vacíos dejados por la condición de su clase social, que se había  convertido en un producto de las elites, que en casi nada contribuyó para darle origen.

La historia de la música de jazz, indica  su relación con la sociedad, del entorno que los negros y los no negros pobres expresaron como medio de expresión humana que tenían a su disposición.

Cuando Martin Luther King, por ejemplo, inició su campaña a favor de los derechos civiles, toda la comunidad del jazz, blancos y negros, lo apoyó sin fisuras. Pero el jazz no sólo quería libertad; la propia música era un ejercicio de liberación humana en tiempo real, pues los músicos se reinventaban a sí mismos noche tras noche.

No es de extrañar que se convirtiesen en los símbolos de la campaña a favor de los derechos civiles de los negros.  El jazz proviene de su relación con la sociedad, del entorno que los negros y los no negros pobres expresaron como medio de expresión humana que tenían a su disposición.  

El jazz es “espejo de la realidad”. No fue una relación estética sino ética de la realidad misma, lo señalan estudios del jazz como el de Eric Hobsbamw, “El caruso del jazz”,  Buenos Aires, 2013.

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