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lunes, 23 de julio de 2018

ATALAYA ECONOMICA DE MANUEL ROMERO CARO


   
Manuel Romero Caro, fundador de  Gestión, el primer diario especializado que salió en el Perú de 1990,  nos recuerda hoy la  reaparición pública de la corrupción  generada por el  fujimorismo, como lo muestran los videos publicados en el último mes  por el  Instituto de Defensa Legal-Reporteros y otras fuentes locales e internacionales.

Romero Caro, con la prudencia y el lenguaje técnico que caracteriza  su trabajo, fue quien venía poniendo énfasis en la necesidad de avanzar la investigación y las sanciones para los casos de Odebrecht y Lava Jato, que no deben perderse de vista en este  clima  de inestabilidad emocional de la ciudadanía. Con su agudeza de analista se pregunta: ¿Porqué no pensar que en estos casos también habría una maquinaria encargada de  su operación dentro de la justicia…?

El Congreso, forzado por la presión pública, ha declarado en emergencia el CNM y la fiscalía se ve obligada a emprender cambios, como la necesaria unificación de la investigación de los procesos  anticorrupción y lavado de activados, derivados del proceso judicial a Lavajato y Odebrechet. 

Sigue pendiente la determinación de los principales responsables del Poder  Judicial, como ha ocurrido con  el desafuero del expresidente  de la Corte Superior del Callao. Por esta misma presión social, se tiene ahora un Poder  Judicial en emergencia, con la previa  renuncia de su presidente.

Conviene remarcar que las voces de la ciudadanía exigen  nuevos  instrumentos jurídicos para construir un País moderno, con justicia en el más amplio sentido social. La nueva Constitución debe ser el objetivo global de este esfuerzo que reclama  la refundación de la democracia.

Romero  Caro, en su columna semanal de Atalaya Económica nos entrega algunas propuestas para no perder el horizonte, olvidando los casos cuyos efectos perversos pasan las fronteras nacionales.

Han transcurrido los  primeros tres meses del  gobierno peruano de Martín Vizcarra. Con instituciones desprestigiadas e individuos que actuando organizadamente privilegian los intereses particulares, en el que las voluntades se compran, las lealtades cambian y las palabras son papel mojado, es muy difícil conocer cuál será el resultado final de esta crisis.

Durante este período se puso en evidencia un gobierno  alérgico a las confrontaciones y parecía querer complacer a todo el mundo.

Este esquema  empezó a cambiar de estrategia, al reclamar acertadamente al Congreso, a Fuerza Popular, aprobar la supervisión de la Superintendencia de Banca a las cooperativas (muchas de las cuales exhibían claros indicios de irregularidades), lo que finalmente se logró.

Se suma un elemento más, expresando   su oposición a la Ley Mordaza (prohibiendo la publicidad estatal en los medios de comunicación).

Posteriormente, se pone en evidencia  el liderazgo de la lucha contra la corrupción con  rápidas reacciones y propuestas ante la crisis actual del Sistema de Justicia. Y como el fujimorismo no supo reaccionar adecuadamente ante la sorpresiva crisis, inicialmente, en lugar de investigar el fondo del asunto, se dedicó a hostigar a los periodistas que difundieron los audios.

Posteriormente queda en evidencia la intención  de interferir en el nombramiento del Presidente del Consejo Nacional de la Magistratura-CNM, aunque  no le quedó otra que alternativa que aceptar  la iniciativa del presidente Vizcarra,

Todo indica que continuará la persistente difusión de los audios, cuyo contenido vuelve a enfrentar a una realidad que muchos se negaban a reconocer.  Y en la opinión pública vuelve a su memoria  la difusión de los famosos vladivideos, y  tratar de sacar el máximo provecho a la coyuntura y al estado de ánimo de la ciudadanía.

Vivimos más lluvia sobre mojado, ya que esta crisis llega en un momento en el que el caso Lava Jato Peruano se encuentra paralizado por la ineficiencia (¿?) de nuestras autoridades.
En ambos casos comprobamos que nos enfrentamos a verdaderos equipos orientados a favorecer intereses privados a través de sentencias a la medida.

Para tal efecto se reunían magistrados de diversas instituciones del Sistema Judicial, funcionarios, políticos y empresarios. ¿Y porque no pensar que un equipo similar pudiera estar actuando para impedir el avance de otros casos, como el de Odebrecht y de las demás constructoras brasileras?.

En este sentido hay que tener en cuenta que las investigaciones sobre los audios recién están iniciándose. Por lo que resulta imposible conocer la extensión y alcance de estas redes corruptas.

Asimismo el caso de los audios de ninguna manera debe de ser excusa para olvidar el Caso Odebrecht, que recién está empezando. Como es evidente, nadie tiene una bola de cristal para predecir el futuro,  sobre todo si de lo que se trata es de lograr una reforma del muy desacreditado Sistema Judicial.

En lo que al CNM se refiere, ya el Congreso, por unanimidad, acordó remover a sus miembros. Lo que falta sería determinar cómo reemplazar las funciones del CNM, lo que requiere de un cambio constitucional. Quizás lo mejor sea establecer un sistema que haga imposible el compadrazgo y que privilegie la meritocracia a toda costa.




Y elegir a los nuevos magistrados a través de un Concurso Público organizado por un grupo de instituciones (o profesionales) intachables. Asimismo, como la coyuntura no puede ser más propicia para impulsar reformas que bajo otro contexto sería inviables, se debería aprovechar para reformar el Poder Judicial, el Ministerio Público y la Policía.  Como lo ha demostrado la importante movilización ciudadana del jueves 20 de julio, la ciudadanía estará pendiente de los avances a efectuarse.


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