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sábado, 16 de junio de 2018

Fútbol y política


Jorge Zavaleta Alegre
El fútbol es un deporte impregnado en gran parte del mundo, inclusive  emerge la incorporación activa  de la mujer. Bienvenido el fútbol, pero evitando la manipulación de gobiernos que tras el calor de las masas, pretenda disipar, ocultar las profundas crisis, incluso quebrantando DDHH, la esencia de la Democracia. La primera copa del mundo se jugó en Uruguay, en 1930, resultando campeón este país sudamericano, al ganarle a la Argentina por el score de 4 a 2 en el estadio Centenario de Montevideo.

Nelson Mandela, Premio Nobel por la Paz, unió Sudáfrica con el rugby o fútbol americano, sueño que logró tras tres décadas de cárcel. En 1995, la nación arcoíris,  se fue consolidando, cuando  ganó el Mundial del fútbol.

En los años previos al Mundial, Sudáfrica vivía en pleno 'apartheid', blancos y negros buscaban cualquier sinrazón para enfrentarse entre ellos. La actitud de Mandela, prolongó la inspiración del pacifista Gandhi,  otro líder preso que buscó la paz, la justicia, aunque en su caso, no obtuvo el Nobel de la Paz.

De Barack Obama, su gestión fue diametralmente opuesta a la del republicano ultra liberal, Donald Trump. Obama, se fijaba en Nelson Mandela, en su tentativa y su proyecto de negociar sin arrogancia.

Los conflictos bélicos generados por la Alemania nazi de Hitler provocaron la cancelación de una Copa Mundial de Fútbol, y  muchos jugadores se quedaron sin asistir a un mundial durante años.
Otros se alistaron en la Segunda Guerra Mundial, llevándolos a combate o prisioneros en campos de concentración durante el Holocausto.

Por ejemplo, muchos juzgan con nostalgia que su  equipo nacional no participó  en un mundial desde Alemania 43. Hoy se festeja con razón la  participación de Brasil, Argentina,Uruguay, Colombia, Perú, Costa Rica, México,  en el Mundial 2018, Rusia

Tiempos nuevos,  el  clima está  desvinculado del crimen masivo del nazismo o de la antesala de  otra macabra Guerra Mundial. Su participación no necesariamente es soñar en una tácita victoria. Una mirada serena es valorar  la presencia de un equipo de un país, como el peruano,  que nunca ha construido estadios, escuelas, entrenadores para ningún juego. La improvisación, la demagogia, tiene un alto costo.


Sin darle importancia a ese mal momento de los cuarenta, la FIFA decidió que el Viejo Continente volvería a ser sede de la tercera edición de esa justa deportiva. De esta manera, Francia fue el país elegido. Sin importar que se alcanzaran a escuchar los cañones de una España dividida que luchaba contra la dictadura de Franco.

El satánico Hitler, Alemania en 1936, tres años antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, solicitó a la FIFA ser el anfitrión del siguiente mundial.  Algunos miembros de la FIFA apoyaron a Alemania, mientras que otros tuvieron serias dudas.

En ese entonces, la Federación Internacional de Fútbol, no contaba con otro candidato propuesto para el siguiente mundial. A mediados de 1939, Argentina se postuló.

El problema fue que dentro de la misma FIFA se creía que Argentina no era una nación lo suficientemente segura para celebrar una Copa del Mundo, y aunque el país sudamericano buscó el apoyo de Francia e Inglaterra para su candidatura, la aprobación del comité mundialista tenía la última palabra.

La Segunda Guerra Mundial  se  extendió de 1939 a 1945. Comenzó con la invasión alemana a
Polonia, el primer paso bélico de Hitler para fundar un Tercer Reich sobre Europa, que produjo la declaración de guerra de Francia con la mayor parte de los países del Imperio británico y la Mancomunidad Británica de Naciones.

Durante la guerra, un conjunto de prisioneros ucranianos, integrado por ocho jugadores del Dinamo Kiev, formaron parte de un equipo que venció a soldados nazis en lo que se conoce como “el partido de la muerte”. Semanas después, gran parte de la plantilla ucraniana fue arrestada, torturada y desaparecida por la Gestapo.

El fútbol es un deporte, una distracción en los tiempos difíciles que hoy vive la humanidad, llena de escasez, de faenas sin salarios o ingresos ínfimos, de millones de migrantes sin destino.

El deporte, el fútbol, es  elemento  activo de felicidad, ayuda a mitigar  sinsabores, es una  forma de integración entre sociedades. Sin duda, esa fue la razón de aquellos primeros Juegos Olímpicos, que datan de  776 a. C que se realizaron en la villa santuario de Zeus, el principal dios de la antigua Grecia.

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