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martes, 17 de abril de 2018

AMBIENTE Y EDUCACION, 2 TAREAS URGENTE


Róger  Rumrrill

Al pacto contra la corrupción, a las acciones que que se pondrán en ejecución para el crecimiento y desarrollo de la economía con equidad e inclusión; a las estrategias que se anuncian para sacar del estado de postración en que se encuentra la salud y mejorar la calidad de la educación, entre otras, el gobierno de Martín Vizcarra y César Villanueva tienen que incluir y sumar las problemáticas ambiental y de descentralización.

En la copiosa lluvia de propuestas y sugerencias que ha recibido el nuevo gobierno de parte de los líderes sociales, de los expertos y en general de la opinión pública no aparecen con la prioridad e importancia los asuntos ambientales y los de la descentralización.

Hay que colocar pues estas dos realidades junto a la imperiosa necesidad de recuperación de la credibilidad y confianza en el Estado y el gobierno; a la reforma política y, lo que es fundamental para la gobernabilidad, la formación y creación de alianzas de las fuerzas sociales, consolidación de liderazgos y convertir al Estado en un factor de integración y unidad, tal como han sugerido varios líderes.

Sin este pacto de unidad no será posible enfrentar
a las fuerzas corruptas y antidemocráticas del fujimorismo y de la derecha política y económica que han implosionado. Esta derecha descalabrada por la crisis, ha desatado una feroz guerra macartista contra las organizaciones de izquierda con el intento de que el pueblo olvide que es la autora y protagonista de la crisis estructural que lacera al Perú.

Emergencia ambiental
El Perú es el tercer país más vulnerable al cambio climático, después de Bangladesh y Honduras. A esta vulnerabilidad hay que agregar el desenfrenado extractivismo de una economía primaria-exportadora, los “paquetazos” normativos de los gobiernos de Humala Y Kuczynski que han roto los candados regulatorios ambientales con el argumento falaz de que estas leyes, incluyendo la Consulta Previa a los Pueblos Indígenas, desestimula la inversión.

En la actualidad, el costo del desastre ambiental ya representa en el Perú entre el 2 al 5 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI). De seguir este curso de devastación, se estima que los daños ambientales en los próximos 20 años serán el equivalente al 20 por ciento del PBI.

El recurso vital más impactado por el este desastre es el agua. La contaminación de los ríos, la disminución de los acuíferos y de la napa freática, el deshielo de los nevados y la tala masiva de los bosques amazónicos pueden generar, en el mediano plazo, la mayor crisis que uno pueda imaginar para la vida en la Tierra.

Los bosques amazónicos producen el agua que forman los glaciares que alimentan los ríos, las lagunas, los acuíferos, la napa freática y los bofedales en los Andes y todo el agua en las cuencas del Titicaca, del Pacífico y del Atlántico.

Para el ex Ministro del Ambiente, experto internacional en estos temas, el Dr. Ricardo Giesecke, sólo queda un camino para evitar el desastre final: declarar una moratoria sobre el bosque amazónico y, como primer paso, ampliar en unos 20 millones de hectáreas las zonas de conservación y establecer una planificación estricta para el uso y manejo sostenible del bosque amazónico.

Hay que relanzar la descentralización
El Perú es uno de los países más hipercentralistas de América Latina. Pese a ello, el proceso de descentralización está paralizado y mucho más que eso: existe un proceso de recentralización administrativa, política y económica y cuyo nudo gordiano es el Ministerio de Economía y Finanzas, el bunker de todos los operadores, de la Confiep y de todos los poderes fácticos, incluyendo lógicamente el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Si no se relanza el proceso de descentralización, incluyendo la fiscal, la promesa del presidente Vizcarra en su discurso de juramentación de “construir el país justo y pujante que nos merecemos” podría naufragar en océano de dificultades, frustraciones, imposibilidades.

Tanto el presidente Vizcarra y su primer ministro tienen las credenciales para iniciar un nuevo y profundo proceso de descentralización del Perú. Ambos han sido gestores exitosos de sus respectivos gobiernos regionales, el de Moquegua y San Martín, respectivamente.

Así como el presidente Vizcarra puso a Moquegua a la cabeza de las regiones del país en cuanto a desarrollo educativo, Villanueva, en sus dos gestiones (2007-2014), logró que su éxito en la sustitución de los cultivos de coca por cacao y café fuera calificada como “el milagro de San Martín”, además de logros en salud y educación, incluyendo sus esfuerzos para hacer de San Martín la

“Región Verde”-
Ambiente y descentralización deben ser también las prioridades de Vizcarra y Villanueva. (Artículo publicado en Diario Uno, el domingo 15 de abril de 2018).

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