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viernes, 26 de mayo de 2017

EL PERIODISMO ENTRE EL AMOR Y EL MIEDO, El Mercurio

http://www.elmercuriodigital.net/2017/05/el-libro-entre-el-amor-y-el-miedo.html
Desde Emmitsburg,Md. Corresponsalia del  Grupo  El Mercurio, Madrid.
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Jorge Zavaleta Alegre.- Cuando los hijos vayan solos a la  Biblioteca, el mundo comenzará a cambiar. Oprah Winfrey, la diva multimillonaria de Hollywood, la afroamericana más rica del siglo XX, revela cuan valiosa es la presencia del libro en la vida de una persona. El Club de Libro, que dirige y promueve en el canal de TV  de su propiedad demuestra  que las  ideologías y sectarismos no han sido ni serán los mejores consejeros para que las tecnologías  de la comunicación estén más cerca que lejos de los usuarios.

Oprah Winfrey , se pregunta: “Quién me iba a decir a mí, nacida en Mississippi en 1954, que estudié en una escuela segregada, que iba a llegar hasta aquí. Una niña pequeña y solitaria, que no recibía mucho amor a pesar de que su familia hizo lo que pudo. No supe lo que era el amor verdadero hasta que os encontré, a mi programa y a vosotros”.

Como toda historia de superación personal, la suya arranca con una infancia desdichada y una partida de nacimiento cuyo nombre, Oprah, resultaba tan impronunciable que terminaron cambiando el orden de las letras. Aprendió a leer con tres años y en el barrio, todos la conocían como La predicadora, por su elocuencia cuando leía pasajes de la Biblia en la iglesia.

Oprah se graduó con honores, fue nombrada la chica más popular del instituto y ganó un concurso de belleza y otro de oratoria que le aseguró una beca para estudiar comunicación en la Universidad.

Su capacidad oratoria llamó la atención de un programa de radio local que le dio su primera oportunidad. Lo que empezó como un formato “sentimental” para amas de casa, se transformó en un espacio en el que lo mismo se hablada de espiritualidad y problemas sociales, como de geopolítica o economía.

Desde Michael Jackson –cuya entrevista vieron 36 millones de personas– hasta Barack Obama, su imperio empezó a crecer: libros, una revista, un canal de televisión y otro de radio, una productora y hasta una nominación al Oscar por su papel en ‘El color púrpura’, de Steven Spielberg.

Su influencia en la opinión pública norteamericana era tal que, si Oprah hablaba de un libro en su Club de lectura, la obra se convertía en un superventas instantáneo. Era el llamado Efecto Oprah, ese ingrediente que, según la revista Time, la convirtió en «la mujer más influyente del mundo».

Todas las capitales del mundo exhiben la Biblioteca, como un lugar muy importante de sus circuitos turísticos. Pero, desde el surgimiento de Internet, estas casas de cultura, son cada vez más silenciosas, remanso de gente de la tercera edad  y de  los nietos como acompañantes. Las  Bibliotecas de  América Latina, suelen ser “elitistas” en la promoción cultura.  Son capturados por pseudos intelectuales, que desprecian las manifestaciones culturales  de raigambre popular.

En la década de los setenta,  conocí de cerca la presencia de los militares en la conducción  del  Perú. En una ocasión, junto con mis compañeros de la Comisión Nacional de Propiedad  Social, organismo encargado de promover la autogestión empresarial,   viajamos  a Puno, y en el cuartel  de Pomata, cerca de la frontera  de Bolivia,  intentamos conocer la biblioteca, cuya puerta estaba con candado.

El presidente de la Comisión de Propiedad  Social, miembro del Centro de Estudios Militares – CAEM, observó   que los encargados de la conservación de las armas en ese cuartel no encontraban la llave  para ingresar al recinto  de la sabiduría. La biblioteca bien podría ser un espacio de visita para  la población que vive al frente del Lago  Titicaca.

Desde entonces, sigo considerando que el desarrollo  integral  de una sociedad puede o debe ser medido por el número de personas que visitan una biblioteca pública. La tecnología, en lugar  de tomar distancia con los habitantes se debe trasformar en un eje para buscar un libro,  una película, un periódico, una revista, entrar al conocimiento del mundo. La mayoría de la población busca la  TV como un refugio, porque las bibliotecas nunca  han estado ni están cerca de la gente.

La evolución de las tecnologías de la información y la comunicación y muy especialmente de internet, ha provocado el cambio las necesidades de los ciudadanos y la forma en la que acceden a la información. La web está trasformando el papel de las bibliotecas tradicionales y el rol de los bibliotecarios. Aunque este proceso no es tan rápido,  ni  siquiera en las ciudades más desarrolladas del planeta.

Las bibliotecas públicas  tienen que ofrecer servicios bibliotecarios, alfabetización, lectura, promoción lectora, responsabilidad social, intervención social, inserción social,  inclusión social, integración social.

United for Libraries, por ejemplo, ofrece una variedad de seminarios web gratuitos y de pago. Algunos están disponibles solo para los miembros, mientras que otros son accesibles como parte de las membresías de grupos estatales. United for Libraries ofrece talleres, seminarios, capacitación y asistencia técnica en una amplia gama de áreas. Los servicios se pueden personalizar para satisfacer las necesidades de su comunidad de bibliotecarios y sus seguidores.

Visito con  frecuencia la  Biblioteca Pública de Emmitsburg y aprecio la calidad del servicio, la oportunidad de llevar a casa el libro que uno necesita. La tecnología al servicio del usuario. Por ejemplo, Roseta Stone, sistema electrónico con más de veinte lenguas, es un programa indispensable si uno quiere entender la comunicación como el diálogo entre culturas. El  Español  y el Chino son la segunda y tercera lengua que se habla en los EEUU, lo cual no significa aún que son los  vehículos interculturales, porque la cultura y la economía norteamericana aún es dominada por el Ingles.

Todo el mundo parece estar de acuerdo en que los avances tecnológicos han tenido un gran impacto sobre las bibliotecas y, más aún, sobre los propios bibliotecarios. El cambio es tan profundo que incluso una institución clásica en Estados Unidos como la Special Libraries Association (SLA: http://www.sla.org) está considerando cambiar su propio nombre.

La Special Libraries Association es una asociación profesional internacional que representa a más de 15.000 expertos en recursos informativos que trabajan en todo tipo de empresas privadas, oficinas del gobierno, instituciones técnicas y académicas, museos, centros médicos y firmas de consultoría sobre tratamiento y gestión de documentación.

Los decanos y personal docente de las escuelas y facultades de biblioteconomía y documentación en Estados Unidos se han visto obligados a rediseñar sus programas de estudios. Hasta hace muy poco, las bibliotecas tenían poco o nada que ofrecer a los niños menores de tres años de edad; sin embargo, durante los últimos anos un mayor número de bibliotecas ha venido ofreciendo programas para la infancia.


Sin duda, la biblioteca pública de su localidad puede ayudar a los jóvenes que buscan información sobre cuestiones muy importantes y personales. Muchas otras bibliotecas se encargan de remitir casos a otros servicios comunitarios, tales como los centros de asesoramiento y las oficinas que se ocupan de los niños que abandonan el hogar, y las bibliotecas siempre ofrecen libros.

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