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domingo, 23 de octubre de 2016

DIARIO16, CUARENTA AÑOS, BALUARTE DE LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA, por ERNESTO CARRATALA

Saludos desde Maryland a todos los compañeros  que hacen posible este milagro de comunicación que lleva mensajes  esclarecedores en medio  de confusión  que el  mercado busca disuadir. Jorge


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Colombia puede presumir de tener un periódico, El Tiempo, en el cual se han dejado sus meninges un premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos, actual presidente del país, y otro personaje radicalmente diferente, Juan Tomás de Salas, el gran ideólogo y estratega de lo que fue el Grupo 16, editor de Cambio 16Historia 16,Motor 16Marie Claire, y el caso que nos ocupa: Diario 16.
Juan Tomás de Salas trabajaba en El Tiempo de Colombia porque era asilado político en ese país. Se había tenido que refugiar por sus relaciones con el Frente de Liberación Popular, el famoso “Felipe” de los años 60.
Cuando pudo regresar a España, Juan Tomás de Salas fundó, junto con otros quince compañeros, Cambio 16, cuyo subtítulo era el de “Semanario de economía y sociedad”. En aquella época, cerrado el diario Madrid, sólo quedó como prensa libre los semanarios. Triunfo y Cuadernos para el Diálogo, capitaneados por personajes afines a la oposición, Joaquín Ruiz Giménez,Gregorio Peces Barba, y Víctor Márquez Reviriego principalmente. Eran los referentes de la España intelectual de la época. A ellos se sumaría Cambio 16.


Primera portada de Diario16.
Primera portada de Diario16.

Oposición al Franquismo

Los periodistas y empresarios que se lanzaron a sacar adelante el proyecto se situaban en el espectro de la oposición franquista moderada, en el centro político. Buscaban una transición pacífica a la democracia. Entre ellos se encontraban Luis González Seara, que luego fue ministro de Educación con Adolfo Suárez,Alejandro Muñoz AlonsoRicardo Utrilla y el propioJuan Tomás de Salas. Monárquicos, con el tiempo se les llegó a calificar de “suaristas” por su apoyo a Adolfo Suárez. De lo que no cabe duda es de su fidelidad al joven monarca, Juan Carlos I y su rechazo a los “reformistas” del antiguo régimen como Manuel Fraga. Estos fueron los que se asociaron con la plana mayor de Revista de Occidente, los grupos editoriales Timón y Santillana, y los antiguos alumnos del Instituto Escuela, entre los que se encontraba la familiaOrtega Spottorno y Jesús de Polanco, fundando El País.
En lo que a prensa se refiere, a la opinión pública española se le quedó corta la oferta de semanarios. Había que completar el espectro con periódicos diarios donde sólo Informaciones salvaba la cara ante un elenco que en Madrid lideraban la prensa del Movimiento, ABCPueblo y El Alcázar.
Por ello nació El País, auspiciado por el grupo anteriormente citado. Los “dieciséis del cambio” no estaban muy por la labor de colaborar con los dueños de Prisa, y decidieron crear un periódico diario vespertino: Diario 16. Ambos se diferenciaban radicalmente tanto en contenidos como en presentación. La maqueta de El País era más sobria, incluso rozando lo que se denomina en argot periodístico “el ladrillo”, (mucho texto y pocas intercalaciones graficas y literarias), mientras que Diario 16 era mucho más “ligero” dando prioridad a los espacios gráficos y noticias cortas, menos analíticas.

El nacimiento01_diario16

El presidente del periódico fue Luis González Seara. El director general, Juan Tomás de Salas, y el director de la publicación, Ricardo Utrilla. El primer ejemplar salió a la venta el 18 de octubre de 1976 a un precio de 12 pesetas. En el primer editorial se trazó como objetivo “vigilar muy de cerca la marcha del Estado para impedir que esa enorme concentración de poder en manos de unos pocos arrase la libertad de los muchos y arrastre al país”. Estaba tan claro su propósito como la canción que ilustró su campaña publicitaria en radio y televisión: Libertad sin ira, del grupo Jarcha, que acabó por convertirse en icono de la transición.
En esta primera época, no se lograron las expectativas económicas generadas. Y hubo que tomar soluciones radicales. Se cambió a Ricardo Utrilla como director por Miguel Ángel Aguilar. Durante su mandato surgieron los primeros roces importantes con la Administración. Diario 16 sufrió un secuestro. Miguel Ángel Aguilar, Gregorio Morán y Francisco Cerecedo fueron procesados por unos artículos en los que presuntamente insultaban a Manuel Fraga. El 26 de junio de 1977, la sede de Diario 16 sufrió un atentado. Una bomba que llevaba el sello del grupo terrorista GRAPO.
Su agresividad informativa no acababa de reflejarse en las ventas y en la publicidad. Su tirada media apenas llegaba a los 50.000 ejemplares y su deuda rondaba los 40 millones de pesetas. Aún así, el Diario 16 de aquella época tiene en su activo el haber sido el primer medio de comunicación que denunció la intentona golpista conocida como Operación Galaxia, preludio del golpe militar del 23 de febrero de 1981. De poco le sirvió a Miguel Ángel Aguilar, que fue cesado y sustituido interinamente por Justino Sinova, hasta que el 17 de junio de 1980, la junta de fundadores nombró a Pedro J. Ramírez, un periodista procedente de ABC, como nuevo director. Sus objetivos: acabar con la deuda, aumentar las ventas y competir con las grandes cabeceras.portada-d16-6

El esplendor

Pedro J. Ramírez comenzó por cambiar la secuencia de difusión. De vespertino, Diario 16 pasó a ser matutino. Además, añadió una medida revolucionaria en su día y que generó una fuerte controversia en la prensa española. En aquella época los periódicos “descansaban” los lunes. En su lugar, las Hojas del Lunes, editadas por las asociaciones de la prensa, tenían el monopolio. Un monopolio con el que acabóDiario 16. La secretaría de Estado para la Informaciónabrió un expediente y multó al periódico. Se recurrió ante los tribunales que, al final, sobreseyeron el asunto. Diario 16 ganó la batalla y, gracias a ello, el resto de diarios pudieron estar en los quioscos.
Pero donde realmente empieza a destacar el Diario 16 de Pedro J Ramírez es en el golpe de estado del 23-F. “En defensa de la Constitución” fue el editorial que aquella noche abrió la primera edición de las 23,30. Luego habría cuatro más. A partir de ese momento, el equipo directivo compuesto por Pedro J. Ramírez, Justino Sinova, José Luis Gutiérrez, y los redactores jefe Fernando García RomanillosRaúl Heras y Alberto Otaño, fueron formando un equipo de jóvenes periodistas que se dedicaron a investigar la trama golpista. Todos ellos coordinados por Fernando Reinlein, un periodista ex militar de la UMD que acabó siendo director del periódico.portada-d16-5
Hasta tal punto llegó la cosa que los acusados en el consejo de guerra que se celebró en Campamento, en Madrid, se negaron a entrar en la sala si estaba presente el periodista acreditado de Diario 16, José Luis Gutiérrez. La protesta hizo temblar, de nuevo, los cimientos de la joven democracia. Los golpistas ponían contra las cuerdas al sistema que se intentaba levantar poniendo en tela de juicio nada más y nada menos que la libertad de expresión reconocida en la joven Constitución. La excusa, la entrevista que el joven periodista Adolfo Salvador había hecho a un soldado de reemplazo destinado en un cuartel de la carretera de El Pardo perteneciente a la Brigada Acorazada, en el cual se dan cuenta de una serie de hechos violentos cometidos por los militares sediciosos esa noche.
Diario 16 también denunció la otra intentona golpista que se iba a llevar a cabo poco antes de las elecciones que ganó el PSOE. Esa noche electoral, Pedro J. Ramírez y su equipo directivo trasladó su despacho a lo que se llamaba “redacción de cierre” donde se montaban las planchas de “la señorita Pepis” como se llamaba a la rotativa, cambiada poco después por una Underwood más potente.portada-d16-3

Diferencias

La mejor época de difusión y ventas de Diario 16estaba por venir. Una investigación llevada a cabo porRicardo Arqués y Melchor Miralles descubrió la trama de los GAL. El periódico empezó a subir como la espuma. Pero Juan Tomás de Salas, el editor, no estaba de acuerdo con esa política informativa. La lucha entre él y Pedro J. Ramírez culminó con un editorial, “La Rosa y el capullo”, en el cual Diario 16apuntaba directamente a los socialistas como los inspiradores del terrorismo de estado.
Juan Tomás de Salas no se lo pensó dos veces. Despidió a Pedro J. Ramírez y aquí comienza el declive del periódico. En aquel entonces, vendía 150.000 ejemplares y los ingresos por publicidad se triplicaron. En solidaridad con Ramírez dimitieron Alfonso de Salas, hermano de Juan Tomás, Balbino Fraga, y Juan González. Un grupo muy importante de la dirección también se marchó. Todos ellos reunieron 850 millones de pesetas para fundar Unidad Editorial, la empresa editora de El Mundo, el periódico que prácticamente fagocitó Diario 16.
Aun así, la senda del periódico se mantuvo durante un tiempo. La editora Hersant compró el 31% del grupo. Se nombró a un relevante periodista,Enrique Badía, como nuevo director. Y, aún así, las ventas cayeron estrepitosamente. En julio de 1994, Juan Tomás de Salas dejó la presidencia. La redacción empezó a dejar de cobrar la nómina regularmente. Diario 16 se vende a José Luis Domínguez, anterior presidente de Amstrad España. Domínguez presenta suspensión de pagos en diciembre de 1995 al no llegar a un acuerdo de quita y espera con los acreedores.
El resto es la crónica de una caída en picado. Vuelve Juan Tomás de Salas a hacerse cargo del periódico, que sufre varias huelgas debido al impago de las nóminas. Se declara la quiebra y la cabecera sale a subasta. El grupo Voz, editor del Diario de Galicia, se hace cargo de la misma. El 23 de junio de 2000 se estrenó un nuevo rediseño de Diario 16 para darle una imagen totalmente distinta a la que tenía. El nuevo logotipo incluía la palabra ‘Abierto’, en referencia a “toda la gran tradición liberal para propugnar el predominio de la sociedad civil sobre el Estado”.
El 6 de diciembre de 2016, antiguos trabajadores de Cambio16, deciden que ha llegado el momento de relanzar la cabecera de Diario 16 adaptándola a los nuevos formatos digitales aunque manteniendo la edición impresa mediante una publicación que tiene periodicidad mensual.

LA SOLEDAD EN LA SOCIEDAD CONTEMPORANEA, POR JORGE ZAVALETA ALEGRE


Por Jorge Zavaleta Alegre
Las ciudades en el presente siglo se han convertido, no obstante el torbellino  de la  comunicación digital, en espacios donde la soledad ha capturado la naturaleza de los habitantes de la  urbe.

La Salud Mental en América Latina, empezando por el  Perú, arroja un estado  de  gravedad muy agudo. “La depresión es el trastorno mental más común a nivel mundial. En América latina el 5% de la población adulta padece de ella, pero la mayoría no busca —ni recibe— tratamiento, según la OMS.

En el peor de los casos, la depresión puede conducir al suicidio —se estima que cada año unas 63 mil personas se quitan la vida en las Américas. Cuando el padecimiento es más leve también puede afectar la vida diaria, el trabajo y las relaciones personales.

La dimensión del problema se manifiesta en trastornos mentales y neurológicos que representan casi una cuarta parte de la carga de las enfermedades en América latina y el Caribe. Estos van desde depresión y ansiedad hasta el trastorno bipolar.

“Estas enfermedades impactan el día a día de las personas: desde su trabajo, hasta cualquier actividad cognitiva, estudiar, actividades familiares, actividades sociales”, dice  José Miguel Uribe, psiquiatra y consultor del Banco Mundial.

CASO PERUANO

El Perú en el 2016, pasa por un complejo drama de supervivencia.  Solo hay un psiquiatra por cada 300 mil peruanos. En Lima,  el 30% de  su población de 11 millones,  tiene problemas de salud mental.  Los  700 psiquiatras y 1500 psicólogos, trabajan fundamentalmente con clínicas y consultorios privados.

El Instituto Integración advierte  que seis de cada diez peruanos  pasan por un cuadro agudo  de estrés laboral, debido a la inseguridad y a la  falta de acceso a los  servicios de salud.

No  basta la Ley 29889 y su reglamentación, porque  no existen posibilidades a corto o mediano plazo  para imaginar el acceso a la  salud mental  y protección de la salud.  Los establecimientos públicos de  salud han llegado al  colapso, en tanto los establecimientos privados trafican con el dolor humano. El dinero  de la  banca comercial se  ramifica en  cadenas  de  farmacias  que llevan a domicilio el  fármaco que disipa  el insomnio o la depresión.

Los laboratorios  estadounidenses están de fiesta. El Tratado Transpacífico – TTP,  establece un plazo de 25 años para que el sur pueda  acceder a los más recientes avances  de la medicina contemporánea. Y la India, con sus  fármacos  genéricos, es vista con recelo por los monopolios.

Los pueblos del sur están cada día más lejos  del acceso a servicios de prevención, tratamiento, recuperación y rehabilitación psicosocial.  Por ejemplo, el ministerio de Salud del Perú  solo  cuenta con 21 centros comunitarios de salud mental en 6 regiones del país, los  cuales carecen de servidores especializados y   de medicina suficiente y adecuada.

Recién el 2007,  en el Perú  se empezó  un diálogo entre  diferentes actores para plantear una Ley de Salud Mental. Eran tiempos en los que el ciudadano  y los profesionales de la salud tenían o actuaban  con una mirada  fragmentada.  Se hablaba de leyes para dar mayor importancia al  tratamiento del corazón o del riñón,  y así gestó un universo  de especialidades, perdiendo la visión unitaria de la vida, de la persona.

Diez años después  se multiplican las especialidades, como los nichos de  cementerios privados.  La salud mental  del Perú está más enferma que nunca. La corrupción administrativa arroja un  balance del  horror, del tráfico con la vida. La muerte civil a los corruptos que anuncia el presidente peruano Pablo Kuczynski, es  una pequeña luz en el camino, que  pone  a prueba a un Poder  Judicial  venido a menos.

HACE  30 AÑOS
La Sociedad Peruana de Psicoanálisis, en su boletín de Abril  del 2008, abordó el  tema de la Salud Mental,  ya tratado en 1980 por el psiquiatra peruano Saúl Peña, quien  llamó la atención:

“La Salud Mental es una emergencia  en la que participan  residuos de una actitud demonológica, prejuiciosa,  peyorativa y punitiva  contra el enfermo mental”.

“Esta actitud proviene en primer lugar de los  Gobiernos que han dado  prioridad a la prevención de la  salud física, no existe ningún  programa organizado  de prevención  en salud mental en el país. Una salud  física no puede ser concebida sin una salud mental  correlativa. No es posible “dicotomizar” la salud humana propendiendo su aspecto físico  y manteniendo el subdesarrollo  de su aspecto mental.

Viviana Valz Gen,  de la SPP,  señala   que es impostergable la incorporación  de la dimensión comunitaria y de promoción de la salud,  a partir del reconocimiento de los recursos y que la atención en salud mental ya no debe  ser en el hospital  psiquiátrico sino en el hospital  general:

 “La salud mental dejó  “formalmente de ser entendida como  enfermedad mental, en su sentido que  estigmatiza y discrimina, pero en el sentido común de mucha gente y de muchos profesionales de la salud, esta idea permanece, retoma como la reprimido  y se actúa  en el día  a día  del trabajo cotidiano, en la  manera como se mira al otro”

La  SPP comparte la urgencia  de  un  presupuesto que priorice, no  ya el  hospital  psiquiátrico, sino la promoción,  la atención primaria  en el hospital  general, los sistemas comunitarios.

La reflexión entre los buenos profesionales  de la  Salud nos lleva a la ingrata imagen del ex presidente  Ollanta Humala  Taso  y su primera dama  Nadine Heredia, quienes no comprendieron  en lo  mínimo  la invocación del  presidente  del  Banco Mundial, Jim Yong Kim, durante la asamblea de gobernadores en Lima, en noviembre del 2015.

Ying Yong, en décadas pasadas,   promovió en el populoso  distrito limeño de Carabayllo,  un pequeño  y simbólico proyecto de  Salud Mental,  como apoyo  emocional  a las  madres,  cuyos  hijos necesitan  un soporte  integral de salud  mental.

La llamada de  atención del BM, fue  respondida por  mandatario  local  con  una partida de 20 millones de soles (6 millones de US$ para impulsar la Salud Mental en todo el territorio  nacional. La sonrisa irónica del representante del  BM  fue más clara por parte  de Roberto Lunes, economista  de la Multilateral:

“La salud mental es un tema que afecta a mucha gente, y tiene un impacto importante sobre la productividad. Mucha gente pierde tiempo de trabajo o produce menos. Se habla muchas veces del impacto sobre la productividad de los problemas “físicos”, pero muy poco de la salud mental.

La inadecuada salud mental también afecta más a los pobres, empeorando el círculo vicioso de la desigualdad en los países latinoamericanos. “Hay una clara relación entre la condición de vida y los trastornos mentales comunes”, dice Paulo Rossi Menezes, profesor del Departamento de Medicina preventiva de la Universidad de Sao Paulo.

Los pobres no solamente tienen más riesgo de padecer de un trastorno mental como la depresión -porque enfrentan más dificultades en la vida-, pero también tienen menos acceso a un cuidado adecuado.

Menos del 2% del presupuesto de salud en la región está destinado a la salud mental, según la OMS. Y en todas las regiones del mundo, el porcentaje de recursos que se destina a este fin no es suficiente para cubrir las necesidades básicas, según José Miguel Uribe.


En algunos países de América Latina, el camino  de la Salud Mental va cambiando. En Brasil, por ejemplo, si hace 20 o 30 años la estrategia se enfocaba principalmente en trastornos mentales graves y pacientes en hospitales psiquiátricos, ahora se ha ampliado.


En el Perú la política de salud mental está solo en el papel. En Lima,  cargada de edificios, arrasando parques y plazas, prevalece el   boom del ”rentismo”,  ha encontrado  su paraíso en esta plaza. 

REFERENCIAS