Páginas

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Cuando la libertad se defiende. Gorka Landaburu, nuevo presidente del Grupo EIG Multimedia y director de C16


Entre Lima y ahora en Maryland, desde 1992, en que conocí a  Juan  Tomás de  Salas, fundador de Cambio16, siempre creí  que esta publicación representa  el periodismo que soñamos. La  libertad bajo palabra, un respeto infinito a la versión del Corresponsal.  Una efectiva y amplia  solidaridad cuando atraviesa alguna dificultad en el cumplimiento de su labor, como el  suscrito  sufrió la intimidación legalista del fujimorismo, sistema represivo que ensanchó las compuertas  a la  corrupción infinita y a la masacre  durante el conflicto de las fuerzas armadas con las organizaciones de  Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac  Amaru. En  noviembre del  2016, la dirección de C16 en manos  de  Gorka Landaburu Illarramendi, permite  apreciar la continuidad de ese  horizonte. No  hay mejor trofeo para un periodista que un buen periódico  impreso y ahora  surcando  el firmamento para llegar a los  lugares más remotos donde todavía la oscuridad es una amenaza.
Las líneas que siguen  es una reproducción  del  texto que  C16 dedica a Gorka Landaburu  y su equipo consecuente con los postulados de C16.- Jorge  Zavaleta Alegre.


El presidente del Grupo EIG Multimedia, editor de Cambio16, Energía16 y Cambio Financiero, así como de las ediciones digitales cambio16.com y energia16.com, y director de Cambio16, Gorka Landaburu Illarramendi, nació en el exilio en París en 1951, donde había huido su familia víctima de la persecución política de que fue objeto su padre, Francisco Javier de Landaburu Fernández, diputado del PNV durante la II República y vicelehendakari del gobierno vasco clandestino durante el franquismo, una expatriación que, en lugar de acentuar un sentimiento de desarraigo y extrañamiento, contribuyó a fortalecer sus firmes convicciones democráticas y la defensa de la libertad y el diálogo en la acción política. Esta circunstancia marcaría toda su vida, hasta el punto de que años después, en el juicio donde se vio cara a cara con los terroristas que intentaron asesinarle, recordó que sus padres tuvieron que marcharse de Euskadi a causa de sus ideas, “pero a mí nunca vais a echarme: me quedo luchando por la libertad y la paz”.

Tras cursar estudios de Periodismo en Francia, regresó a España en 1972, compaginando sus primeros trabajos periodísticos con la docencia en centros educativos, donde impartió clases de francés. Debido a sus vínculos con el país galo, Landaburu colabora habitualmente con medios de comunicación franceses, como Radio France, y ha sido igualmente corresponsal de la RTVA en Euskadi. Participa habitualmente en tertulias en radio (estuvo durante años con Luis del Olmo en Las mañanas de Onda Cero) y televisión (en el programa 59 segundos de TVE). Su carrera profesional empezó en la agencia EFE (1976). Un año después, publicaba crónicas en el semanario Opinión y Radio Luxembourg. En esa época comienza su relación con el Grupo16, tanto en Diario16 como en Cambio16. En la década de los 80, colabora con Le Matin, Radio France y la agencia Reuters. También participa habitualmente en programas de la televisión y radio públicas vascas (EITB).

Gorka Landaburu, presidente de Cambio16
En su dilatada trayectoria profesional ha recibido numerosos premios y distinciones, aunque quizás sea el galardón otorgado por Reporteros Sin Fronteras (RSF), el homenaje más internacional. Esta organización lo incluyó en 2014 en la lista de los 100 héroes de la información, publicada con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa. En el prefacio de la citada lista, RSF destaca que los héroes de la información “son una fuente de inspiración para todos los hombres y mujeres porque sin su determinación y la de todos sus semejantes no sería posible la libertad”.

Su compromiso con una información veraz e independiente le situaron como un referente periodístico en el País Vasco durante la Transición democrática española, los denominados “años de plomo” de ETA, cuando la organización terrorista recurrió a una violencia criminal que sembró de cadáveres todo el territorio. “Aquí nos conocemos todos –afirma Landaburu–. No hay prácticamente ninguna familia que no haya sufrido, de lejos o de cerca, los zarpazos de la violencia etarra, el chantaje, la coacción, la kale borroka, el atropello del Estado y de los grupos parapoliciales, la guerra sucia, el GAL, los malos tratos o torturas en dependencias policiales… Pero la violencia más cruda y más persistente la ha producido ETA, con más de 800 víctimas mortales y decenas de miles de personas heridas y perseguidas”.

Su beligerancia contra la banda armada, al tiempo que su defensa de la paz, le situaron pronto en el punto de mira de los terroristas. Las crónicas en Cambio16 y su participación activa en las concentraciones de Gesto por la Paz incomodaban especialmente a los violentos, que comenzaron una campaña de acoso y coacción contra el periodista y su familia. El 8 de septiembre de 1995, varios encapuchados dibujaron el anagrama de ETA en la fachada de su casa, ubicada en Zarauz (San Sebastián). El propio Landaburu, testigo del hecho desde el balcón, recriminó esta conducta a los autores. No sirvió de nada. Siguieron apareciendo pintadas con su nombre en el centro de una diana y continuaron asimismo las amenazas telefónicas.
La escalada intimidatoria culminó el 15 de mayo de 2011, cuando resultó gravemente herido tras la explosión de un paquete bomba recibido en su domicilio. El atentado tuvo lugar dos días después de las elecciones autonómicas en Euskadi, en las que la coalición abertzale EH perdió la mitad de sus escaños en el Parlamento vasco. La banda terrorista remitió a su domicilio en Zarauz un sobre con el membrete de la revista económica Elkargi, a la que estaba suscrito el periodista, y 150 gramos de dinamita Titadyne, utilizada habitualmente por ETA. La explosión le causó severas lesiones, con la pérdida completa del dedo pulgar de la mano derecha, así como tres falanges de la mano izquierda, fuerte hemorragia en el ojo izquierdo y heridas múltiples en cara y abdomen. Si Gorka no hubiese abierto el paquete reclinado sobre el sillón de su mesa de trabajo, que actuó como parapeto, no habría vivido para contarlo. “Salí de la ducha, me acerqué al despacho,  abrí el sobre y me explotó. Me dije: me han pillado”. Tras 319 días de cuidados médicos y cinco operaciones de cirugía, Landaburu recibió un dictamen que declaraba su incapacidad permanente como víctima del terrorismo.

El atentado no amilanó al periodista, que continuó trabajando por el fin de la violencia desde las páginas de Cambio16. El 9 de febrero de 2012 tuvo lugar en la Audiencia Nacional el juicio contra los terroristas que intentaron asesinarle y que fueron condenados a 23 años de cárcel. Con las manos mutiladas, manteniendo la mirada, Landaburu señaló: “Yo soy periodista, me habéis cortado las manos, me habéis dejado ciego del ojo izquierdo y tengo cicatrices por todo el cuerpo, pero os habéis equivocado: no me habéis cortado la lengua”

Partidario de la negociación con la organización terrorista para poner punto final a la violencia –todos los gobiernos democráticos en España han hablado con ETA–, y certificar así la entrega de las armas y la disolución de la banda, ha trabajado a favor de la integración social de los presos vascos que asuman el abandono del terrorismo y se arrepientan de sus crímenes, pidiendo perdón a las víctimas. También es miembro del Patronato de la Fundación Víctimas del Terrorismo. “Siempre he defendido la necesidad de poner fin a esta violencia sin sentido que sólo ha traído dolor, sufrimiento y desolación. Hemos enterrado a demasiados amigos, hemos asistido en directo a atentados con víctimas mortales, conocido a ciudadanos extorsionados por ETA, a otros que tuvieron que huir del País Vasco ante la presión terrorista, a personas maltratadas y torturadas por las Fuerzas de Seguridad del Estado. Todos estos hechos quedan en la retina de nuestros ojos y si los asesinados no pueden volver, es nuestro deber, además de inquirir memoria, justicia y reparación, emprender la vía que nos permita cicatrizar nuestras heridas y aliviar nuestro dolor”.

Con este fin, ha mantenido reuniones con algunos exetarras, entre ellos Carmen Gisasola, que lideraba los comandos liberados en 1980 y que encabeza el denominado Colectivo de Presos Comprometidos con el Irreversible Proceso de Paz, un movimiento que se encuadra en la conocida como vía Nanclares para la reinserción. Al reunirse con Gorka, Gisasola, que cumple condena por cinco asesinatos y goza de beneficios penitenciarios, comentó que en esa cita sintió como si la bomba que le había destrozado las manos la hubiera mandado ella: “Cuando le vi y nos saludamos, me impactó estrechar su mano amputada y al mismo tiempo sentí la satisfacción de verle con vida, de poder hablar con él, de transmitirle lo que pensaba y poder escucharle directamente”.


Con su nombramiento como presidente y director, culmina un proceso de relanzamiento que ha vuelto a situar la emblemática cabecera como un referente de la información y la opinión, con renovados contenidos que profundizan en el análisis y la excelencia y que asumen el espíritu de nuestro tiempo sin renunciar a las señas de identidad y de marca de una revista que representa la historia y la cultura española y que, según Jorge Neri, CEO del Grupo EIG Multimedia, “estamos orgullosos de mantener en el mercado y de continuar trabajando para que siga siendo un éxito”. Ese espíritu de nuestro tiempo que encarna el nuevo Cambio16, y que los alemanes denominan Zeitgeist, resume la línea editorial de esta publicación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario