Páginas

domingo, 7 de agosto de 2016

TERRORISMO: 35 AÑOS DESPUÉS…


Por Raúl González.
El  autor de este comentario es sociólogo peruano, que figura entre los principales
investigadores  de la  violencia en el país. 
Esta vez nos ofrece un texto actualizado de mayo del 2015. Este tema comenzó a ser analizado desde las páginas del  Diario de Marka y Caballo  Rojo, la revista dominical  de la misma  casa editora.







Luego de 35 años que Sendero se levantara en armas, el país, el gobierno, sus clases políticas y muchos de sus intelectuales, no entienden hasta hoy lo ocurrido y, lo que es peor, lo que es en la actualidad, Sendero Luminoso.

No existe en el Perú un diagnóstico valido para el 2015 ni de Sendero ni de lo quedó del MRTA. Por eso, ni los Partidos Políticos, ni los politólogos, ni los Servicios de Inteligencia tienen claridad sobre las diferencias reales entre el Sendero de Abimael Guzmán y los senderistas presos; entre ellos y la columna armada que opera en el VRAE (Valle del Río Apurímac y el Ene); y por eso tampoco saben bien lo que es el MOVADEF, y menos los problemas que tienen y ¡Vaya si los tienen!

Marcos Ibazeta, que ha sido Presidente de la Corte Superior de Lima y Presidente de la Sala Penal para los casos de terrorismo, ha llegado a afirmar que Abimael Guzmán y los dirigentes de Sendero del VRAE nunca se pelearon porque “su objetivo fue -y sigue siendo- derrotar al Estado peruano” Y añade “más que posiciones ha habido tácticas distintas dentro de una misma estrategia” (Perú21, 11 abril 2014).

Tal opinión no es una simple opinión personal porque es compartida en la mayoría de las tiendas  políticas del medio que deberían poseer, por lo menos, un diagnóstico más cercano a la realidad. No lo tienen porque carecen de presencia a nivel nacional y porque sus prioridades políticas son otras; razón por la que desde hace tiempo optaron por desentenderse del tema y minimizar el problema y usarlo solo con fines políticos; para descalificar personas, protestas sociales y gremiales; para enrostrarle  a los gobiernos de turno su debilidad con los terroristas ya condenados, y que están por cumplir las condenas que las leyes de la democracia les impuso, o para prometer más dureza en caso lleguen al poder.


Las consecuencias.-

El resultado es penoso porque los medios de comunicación, obviamente sin así proponérselo, levantan estas noticias y solo consiguen dos cosas: mantener incólume el miedo de la población al retorno de situaciones pretéritas y mantener con vida mediática el tema del terrorismo.

El caso más patético fue el shows realizado por el anterior Ministro Urresti que cerró una exposición del senderista Inchaustegui en el Jirón Quilca; exposición casi clandestina que gracias a la intervención del Ministro tuvo una publicidad cercana al medio millón de dólares y, como fue prohibida, ya ha recibido invitaciones de varias entidades de países europeos para sendas exposiciones. En esa oportunidad, Urresti fue el gran promotor de una exposición considerada prosubversiva; para no mencionar las muchas en la que la responsabilidad fue de Julio Galindo, el más ingenuo y oscuro Procurador que haya tenido el país.


Los problemas.-

1.- 35 años después el país no ha superado el problema y el Estado no se ha adecuado a los nuevos retos y problemas que la existencia de grupos terrorista les deja una vez que terminan.

2.- Existe un miedo social injustificado y pocos entienden que la guerra senderista ya terminó y que ésta es irrepetible. La razón: Sendero, en estos tiempos no podría convocar ni campesinos ni a los informales enfrentados al gobierno para tomar el poder para formar una “República de Nueva Democracia”. El hecho de que algún ex senderista participe de una de las protestas actuales, no es, hoy en día, lo central.

3.- No se entiende que aquella máxima maoísta “El Poder nace del fusil” ya no es válida no solo por la diferencia de armas entre los grupos subversivos y los gobiernos sino por los adelantos tecnológicos. El poder hoy no lo da el fusil sino la tecnología. Para graficar la idea: es imposible pensar en una revolución sin redes sociales y con la existencia de GPS, de los drones y hasta del whatsapp.

4.- La guerra contra el terrorismo ya terminó y la democracia tiene ahora que demostrar su superioridad. ¿Cómo? Para comenzar respetando las condenas que se impusieron en los ochenta y que ya se cumplieron y las que se están por cumplir y no buscar “motivos” para iniciar nuevos juicios; como es el caso de Osmán Morote. Y lo más importante, no es estigmatizar a quienes fueron condenados por terrorismo y señalarlos y perseguirlos para que no trabajen y permitírsele opinar políticamente, si algún medio así lo considera, e incluso no prohibirles participar de alguna campaña electoral.

5.- Se supone que es obvio y lógico que el  Estado tiene ya montado un equipo anti terrorista que debería ser capaz de detectar si alguien que ha cumplido sentencia busca volver a participar en una aventura terrorista. Se supone

6.- Hay quienes por razones políticas coyunturales ven a Sendero o al MOVADEF detrás del movimiento anti minero, de la de la minería informal, de la producción de coca, del contrabando y de todo lo que sea políticamente incómodo. Y no se toma en cuenta que los problemas de hoy no son los de hace 35 años y que la presencia del Estado ahora sí cubre el territorio nacional.

Lo que no puede repetirse es continuar tomando medidas absurdas: el año pasado la Universidad de Huamanga fue intervenida porque se dijo habían problemas que eran promovidos por el MOVADEF. No era cierto pero eso no ocurrió ni en los años 80 cuando se inició todo y cuando dicha Universidad era señalada como la cuna de Sendero. Y la historia demuestra que fue una decisión inteligente y políticamente correcta no intervenir la Universidad.

7.- Finalmente, habría que revisar el tema del narcoterrorismo. Más de uno de los dirigentes cocaleros  afirman que la columna de José, y sus mochileros, le dan seguridad a la salida de un quince a un veinte por ciento de toda la Pasta Básica que se produce en el VRAE. Nada más. Si el cálculo es correcto entonces José y su columna no tiene, en la cadena del narcotráfico, la importancia que el gobierno, los políticos y algunos analistas le otorgan.

De otro lado, desde fines de la década pasada, los análisis de la inteligencia militar conocidos, sostienen que la columna de José se financia no solo con los cobros que realizan para resguardar la salida de la droga sino también con los cupos que pagan los taladores de madera que proliferan en la zona norte del Valle, de Pangoa para arriba y con los cobros (cupos) que le pagan las empresas que trabajan en el oleoducto.


Opinión Personal.-

Tengo 35 años trabajando el tema de la subversión y del terrorismo,

Mi opinión es que Sendero Luminoso, el MOVADEF y el MRTA, son parte de una historia que no queremos cerrar porque nos resistimos a dar la vuelta a una página que, por desgracia, tiene muchas facturas políticas y sociales extendidas; pero sobre este tema me referiré en otra oportunidad.


Lima, mayo 2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario