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miércoles, 22 de junio de 2016

LATINOAMERICA ES UN PELIGROSO BARRANCO


Jorge Zavaleta Alegre/  Diario16 Madrid
El Barranco Latinoamericano es un tajo entre el virreinato y la era espacial. La economía virreinal se desarrolló a partir de los modelos occidentales, en los que el tributo y el salario determinaban la relación con el poder en este campo.

El pensamiento virreinal aún vigente en gran parte de América no incorporó los elementos claves de la organización que encontró en esta parte del mundo,  basado en la redistribución y la reciprocidad que, sin embargo, se mantuvieron vigentes entre la población indígena.

Los tributos fueron cobrados inicialmente a través de los encomenderos (época durante la cual predominó el cobro en especies), pero a partir de 1565 esta función recaudadora la realizaron los corregidores de indios, que en el siglo XVIII fueron sustituidos por los intendentes.

LA NOSTALGIA ESCONDIDA
En Lima, en el distrito  de Barranco,  en las Casuarinas de Surco o una playa a 100 km de la capital, el  espacio está dividido por un tajo violento, al igual que otras zonas del país, donde quedan claros indicios de la escasez mental. Pocas casonas virreinales son como albergues exclusivos  de los  dueños del Perú, para que en los meses de verano bajaran cómodamente al mar Pacífico para disfrutar  del singular clima que caracteriza  a  América Latina.

Visitando el Barranco Virreinal, permite  revivir  la teoría del determinismo geográfico y la estrecha relación con  el neoliberalismo.  Era un espacio donde se cultivaba  la cultura, especialmente, la pintura y  conciertos de música clásica, la exposición de fina platería,  siguiendo el patrón de la  vieja Europa.

En un museo cuya fachada tiene la réplica del Gran Templo de Atenas, era un espacio distante de los  trabajadores  agrícolas y pescadores  que  vivían en las áreas marginales, distantes del paisaje marino.

Una especialista en museografía, con estudios en  EEUU, encargada de promover el Museo Osma  de  Barranco, recordó,  en un seminario alentado  por la  Biblioteca  Nacional, que   una encuesta para conocer el por qué el ciudadano común no visitaba este museo, recordó que una niña que pasaba  por la puerta de esta arquitectura, acompañada de su madre, le preguntó ¿qué había en ese espacio semi cerrado? Y la madre, no tardó en responderle,  “ es un cementerio, según dice la gente”
Lienzo de Gladys Loayza, Barranco 2016

EL ARTE  Y LA CIENCIA
En este mes de Julio,  Gladys Loayza Morales expone en el parque de Barranco su  obra, su pintura,  ante una población de diversos distritos de Lima, a unos cuantos pasos del Museo de la electricidad de Electro Perú, un recinto  de alto voltaje, que se propone unir la historia de la ciencia y tecnología con todas las artes, con la clara filosofía  que la separación de estas  disciplinas hacen mucho daño en la formación  del niño y de la ciudadanía, Sin duda es un tema mayor, que merece  más difusión y compromiso del Estado y la sociedad civil.

Esta dualidad entre el Arte y el Estado aleja la posibilidad de soñar, de construir una convivencia como  el mar Pacífico, que baña el  litoral y atrae cada día a más pobladores rurales, porque los Andes se van despoblando, y donde los programas sociales son una  estructura para distraer recursos públicos en iniciativas que encubren la indiferencia o la sustracción legalizada de fondos del  Estado, salvo algunas iniciativas vigiladas por líderes populares.

Por eso mismo, el  paisaje de Barranco, para artistas plásticos como Gladys Loayza le “inspira recrearla con mucho color. Y en su rica trayectoria, de casi dos décadas, recuerda su participación en “presencia de vida”, organizada por Word Trade Centre de Yakarta, Indonesia  y la noche de arte en la residencia de la embajada Estados Unidos en Lima, entre centenas de muestras.

Diversos autores, especialmente mujeres, como Ana María Rocchietti, Licenciada en Ciencias Antropológicas y Ciencias de la Educación en la Universidad de Buenos Aires, explica con claridad que las sociedades latinoamericanas se constituyen sobre la base material de un desarrollo desigual en que la distribución de la pobreza y la marginalidad se combina con la identidad étnica.

LA MARCA DE LA POBREZA
Es así que la pobreza pone su marca específica en las formaciones culturales del continente, otorgando un carácter histórico-concreto a la articulación entre cultura dominante de identificación, cultura popular y cultura de la pobreza. Cómo se atreve el Banco Mundial que fue creado para reconstruir Europa después de la segunda  guerra, afirme  que la clase media ha aumentado en más del  50%, cuando la economía  informal bordea el 90%, la salud es una quimera, la educación es un asalto al bolsillo de las familias y los capitales terminan en paraísos fiscales.
Lienzo de July Balarezo, Barcelona-Lima, Taller  Teresa Mestre


Cultura y pobreza se alojan en el punto preciso donde convergen estructura (sobre determinación) e Historia (acontecimiento), teoría y práctica.  Por eso  la indispensable necesidad de alentar el  desarrollo  como  herramienta inseparable  de la liberación. El horizonte social y significativo que denominamos cultura es una configuración de “verdades”, no solamente en sentido subjetivo.

En su interior se enuncia, se cree y se siente, pero sobre todo se imagina el mundo, bajo un criterio de verdad y de interpretación cuya fundamentación es la costumbre. En sí misma,  la adjudicación de sentido a las cosas  es un juicio de ajuste entre realidad y  concepto.



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