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miércoles, 25 de mayo de 2016

Diarismo mágico, el oficio más hermoso del mundo


El periodista Daniel Samper, fundador de Cambio16 América, cuya línea está vigente en el Diario16 de Madrid, menciona  que García Márquez confesó: "Inventábamos cada noticia...".

En 1954, el diario colombiano El Espectador envía a uno de sus jóvenes periodistas, Gabriel García Márquez, a cubrir una protesta multitudinaria contra el gobierno en la remota ciudad de Quibdó, en el estado del Chocó.

Tras una odisea de dos días de viaje por la selva, García Márquez y su fotógrafo llegan por fin a su destino y se llevan una sorpresa: la ciudad de Quibdó está en completa calma. El corresponsal local de El Espectador, Primo Guerrero, había falseado los hechos que había informado a la redacción en Bogotá.

Es decir, García Márquez se percata de que la protesta por la que había sido enviado a reportear no existe. Ante este panorama, el joven periodista le dice a Guerrero que no quiere regresar a la capital con las manos vacías. Así que se ponen de acuerdo y, "con tambores y sirenas", ambos convocan y organizan una protesta para poder escribir la crónica y tomar las fotos.

La nota sale publicada en El Espectador bajo el título "Historia íntima de una manifestación de 400 horas" y, en ella, García Márquez asegura que la protesta duró 13 días, "nueve de los cuales estuvo lloviendo implacablemente".

García Márquez desbordó su creatividad no sólo en sus novelas sino también en sus columnas y reportajes. Una de las características de las novelas de García Márquez es su capacidad para inventar una "realidad desbordante", “anécdotas ficcionales”, que  según  el crítico Claudio Guillén, se trata de   "uno de los grandes revolucionarios estéticos" de América Latina.

En octubre de 1996, García Márquez pronunció un discurso que rápidamente pasó de mano en mano y estalló como una pólvora de entusiasmo en las redacciones latinoamericanas, "El mejor oficio del mundo".

En ese texto, que extraoficialmente se convirtió casi de inmediato entre periodistas jóvenes y veteranos en una especie de manual de estilo, García Márquez pide considerar al reportaje como un género literario y habla sobre los "atentados éticos" que muchos reporteros cometen por prestar más atención a la tecnología que a las personas y a las palabras.



En 1982 recibió el Premio Nobel de Literatura y remarca: "La ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón". Ese énfasis en la ética aparece en un libro del periodista español Alex Grijelmo, donde García Márquez insiste en que el periodista debe apegarse a la verdad y no puede caer en la tentación de mentir. Desde entonces, la lista de periodistas escritores tiene a nombres como José Martí, Rubén Darío, Lima Barreto, José Marín Cañas, Roberto Arlt, Jorge Amado, Tomás Eloy Martínez, sólo por dar unos pocos ejemplos.


GGM, más tarde, adquirió Cambio, promoviendo el periodismo de investigación. Según   su biógrafo  autorizado Gerald Martin, profesor  de la Universidad  de Pittsburgh,  el semanario  barrió a la  competencia. Y los empresarios decidieron acallar el proyecto con cero publicidad.

Ante las limitaciones económicas, Cambio fue absorbido por un diario bogotano. La Obra de GGM está en la  biblioteca de la  Universidad de Texas, en EEUU, sin duda en mejores manos y al servicio   de los más agudos  investigadores que  impulsan la Crítica Genética, es decir a partir de fuentes directas, de documentos originarios, como el  que alienta el famoso  Centro Borges también en Pennsylvania, sede de la Universidad de Pittsburgh, dirigido actualmente por el profesor Daniel  Balderston.
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REFERENCIAS

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