Páginas

martes, 7 de abril de 2015

Perú: CONVERSACIONES SOBRE EL FUTURO





Jorge Zavaleta Alegre
La Constitución Política, en la mayoría de los países latinoamericanos, suele ser un juguete  con el cual  los líderes de todas las tiendas la utilizan o interpretan a su manera para justificar o burlar el buen futuro de la Democracia. Nuestra América es un territorio donde conviven:  comercio ilícito de las obras de arte - narcotráfico  contrabando  de armas, según intelectuales y la prensa colombiana.

Para entender lo que ocurre en el Perú 2015, a solo quince meses de nuevas elecciones generales, basta leer  la vigente Constitución de 1993, sobre  las relaciones entre  Legislativo y Ejecutivo precisa (Artículo 134° y siguientes): “El Presidente de la República está facultado para disolver el Congreso si éste ha censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros... El decreto de disolución contiene la convocatoria a elecciones para un nuevo Congreso”.

Pero, este mismo Presidente de la República, Ollanta Humala Tasso - aquel que cambió su programa original por una  hoja de ruta diametralmente distinta -  renueva su séptimo  gabinete con la mayoría de ministros censurados por el  Parlamento, desconociendo que la censura incluye al gabinete en pleno.

El nuevo Premier, Pedro Cateriano, ex  congresista, abogado de profesión, deja la cartera de Defensa que la tenía desde el 2012. Conocido por el discurso  de confrontación, es un militante radical del neoliberalismo, política que ha acelerado la desarticulación  de los partidos, sindicatos y organizaciones, y la concentración económica en un reducido sector transnacional. Un agudo comentarista lo califica de un “pirómano” desde el gobierno central. Y tiene el aval de Mario Vargas Llosa.

El séptimo gabinete de ministros del actual gobierno está conformado por 17 ministros, solo con tres nuevos miembros en  Defensa, Justicia y Relaciones Exteriores. En mayo próximo asistirá al Congreso para solicitar el voto de confianza, derecho que  se logra cuando el Gabinete obtiene la mayoría simple del número legal de los 120 miembros del Poder Legislativo.

La reciente crisis política del Perú se ha derivado al  descubrirse que la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) había rastreado a políticos, empresarios y periodistas, durante el premierato de Ana Jara, abogada-notaria en Ica, departamento azotado por el terremoto de 2007, y que el proceso de reconstrucción  le generó ingresos para fundar y promover  el Partido Nacionalista y convertirse en congresista.

La población en general casi  no toma en cuenta la dimensión de la inestabilidad. La economía informal camina alejada de la política. En este clima,   sea bienvenida la iniciativa conjunta del  Goethe-Institut Lima y el Centro de Estudios Filosóficos de la Pontificia Universidad Católica.

Ambas instituciones alientan  un ciclo de Conversaciones sobre el Futuro. Durante seis lunes, en el Auditorio del Goethe-Institut, se abordaran los temas: El fanatismo en el futuro. La sexualidad en el futuro. La tecnología y el mundo virtual en el futuro. La naturaleza en el futuro. La democracia en el futuro. La identidad y la diferencia en el futuro.

Los promotores de estas reuniones han denominados  conversaciones “filosóficas” porque los participantes desean entender la naturaleza de estos problemas y sus consecuencias. “Nos preguntaremos por las causas y las motivaciones de las personas al actuar u opinar en dichos contextos y hablaremos sobre el futuro y cómo nos proyectamos hacia él, dados los hechos actuales y los signos de nuestros tiempos”.

Los expositores invitados, en declaración conjunta expresan que nuestra sociedad está en crisis, agobiada por problemas que la sacuden y parecen definir nuestro futuro vertiginosamente. Vemos a diario la presencia creciente en el mundo del fanatismo y el terrorismo, la guerra desde la religión o la ideología.

“Somos testigos de una revolucionaria discusión pública sobre el derecho de los homosexuales que está cambiando la percepción colectiva de la sexualidad y la diferencia. Cada vez cobra más urgencia el ya largo debate sobre la depredación de la naturaleza y sobre las consecuencias del cambio climático. Sufrimos cotidianamente el deterioro de las relaciones democráticas de la sociedad; observamos las dificultades que tenemos en nuestras culturas para aceptar o acoger lo diferente…”

Las “Conversaciones sobre el futuro” reunirán con personas que han reflexionado o han lidiado con estos asuntos en su propia experiencia, para intercambiar ideas, percepciones y opiniones con ellos y ellas”, remarcan los expositores.