https://www.youtube.com/watch?v=G1T_K4dpHXE
Vea el video
Perú perdió
el 50 % de superficie de glaciares debido al cambio climático
Los países ricos se
comprometen a otorgar 100.000 millones de dólares anuales en financiamiento
hasta el año 2020, pero sin establecer sanciones por incumplimiento. En
América, la progresiva desaparición de los Andes es una preocupación no
contemplada directamente. Los 195 países reunidos en París llegaron a un
acuerdo final que debe entrar en vigor este 2016 y se comprometen a gestionar
la transición hacia una economía baja en carbono, con un aporte de 100.000
millones de dólares, pero no se fijan sanciones por incumplimiento. Una
encuesta al finalizar la cita parisina indica que Chile (77%), Perú (75%),
Venezuela (72%), México (66%) y Argentina (59%) consideran que el cambio
climático es demasiado preocupante.
La medida de ingresos del
país ya no es la medida del mundo económico, según COP21, si bien el acuerdo es
vinculante, no establece aún las debidas sanciones. Una pregunta
fundamental formulada por los especialistas es si en adelante los
países que sufren el impacto del cambio climático pueden poner demandas legales
contra los que consideren responsables y si la justicia va escuchar el reclamo.
En 1992, año que se iniciaron
las conferencias climáticas no se atrevieron en señalar esta filosofía de la
igualdad para sanear los daños producidos por los inversionistas como es el
caso de América Latina y África, esencialmente. En los años 80, los científicos
descubrieron el agujero en la capa de ozono y el acuerdo alcanzado en Montreal,
Canadá, estableció la manera de paliar el problema. El mundo del norte dejó de
usar los destructivos gases que causaron el problema. Este 2015, los 195 países
llegaron a un acuerdo final.
El primer objetivo es lograr
que el aumento de las temperaturas se mantenga bastante por debajo de los dos
grados centígrados y compromete a los firmantes a “realizar esfuerzos” para
limitar el aumento de las temperaturas a 1,5 grados, en comparación con la era
preindustrial. Para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, 186 de
los 195 países participantes en la cumbre ya lo han hecho. Uno de los
principales aspectos que convierten el acuerdo del COP21 en distinto a la
última cumbre del clima en 2009, es que esta vez sí se llegó a un acuerdo con
efectos vinculantes. El acuerdo de París tiene carácter vinculante por lo que
sus firmantes están obligados legalmente a cumplirlo. No se señalan las
sanciones.
LATINOAMÉRICA, LA
REGIÓN MAS AMENAZADA
Los latinoamericanos consideran el cambio climático como un problema muy serio, comparado con el 25% del promedio de las personas consultadas. Esto es considerablemente más alto que el de los indicadores de los estadounidenses y de los chinos, los dos emisores más grandes de gases de efecto invernadero. En los últimos meses, Chile, Perú y Venezuela han pasado por sequías muy fuertes. En la encuesta, América Latina también fue la región más preocupada sobre sequía o restricciones del suministro de agua.
Los latinoamericanos consideran el cambio climático como un problema muy serio, comparado con el 25% del promedio de las personas consultadas. Esto es considerablemente más alto que el de los indicadores de los estadounidenses y de los chinos, los dos emisores más grandes de gases de efecto invernadero. En los últimos meses, Chile, Perú y Venezuela han pasado por sequías muy fuertes. En la encuesta, América Latina también fue la región más preocupada sobre sequía o restricciones del suministro de agua.
Un cielo azul luminoso en el
día. Estrellas rutilantes y nubes blancas que se desplazan por la noche.
Nevados disputando altura y formando centenares de lagunas y lagunillas. Y ríos
cuyas aguas terminan en el mar, comienza a ser un paisaje del pasado y una
amenaza irreversible para la vida, desde la Patagonia hasta la gran Colombia,
donde termina esa gran columna vertebral llamada los Andes y se abre el paisaje
tropical de Centro América y el Caribe.
El
Perú, por ser parte de esa privilegiada naturaleza, ha elegido la ciudad de
Huaraz, capital de la Región Ancash, como la sede del Instituto Nacional de
Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña-INOGEM. Esta será la
contribución a la ruta hacia París para profundizar en la reducción de las
emisiones de gases de efecto invernadero, acorde con la convención de la ONU
sobre cambio climático y no exceder los dos grados centígrados de temperatura
en el planeta. En opinión del ministro del Ambiente, ese instituto será un
modelo de organización en manos de profesionales de reconocido prestigio para
trabajar por una economía verde y baja en carbono. El mensaje es elocuente
porque la comunidad local e internacional demanda el trabajo honesto por la
preservación de la Cordillera Blanca, porque ha vivido o conoce los efectos
siniestros de sucesivos terremotos, aluviones e inundaciones.
Hoy, ningún pueblo de esa
cadena de montañas está dispuesto a aceptar la corrupción organizada, que
pretende continuar con la sustracción del patrimonio del Estado mediante el
cambio de nombre de Ancash por Región Huaylas, decisión legal que estaría
tramando un expresidente del Congreso, lo que implicaría el cambio del registro
de la propiedad de cada ciudadano.
El Instituto Nacional de
Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña, adscrito al Ministerio del
Ambiente (MINAM), en palabras de su representante, Manuel Gerardo Pedro
Pulgar-Vidal Otálora (Lima, 1962), abogado especializado en Derecho ambiental,
“el Perú ha saldado, con la creación de esta institución una deuda con los
ecosistemas de montaña. De esta forma, el Estado está mostrando una enorme
responsabilidad ante la vulnerabilidad de los glaciares y montañas frente al
cambio climático, un tema y problema que nos atañe a todos”.
La COP 20 realizada en Lima
en diciembre del 2014, ha concluido que uno de los ejes temáticos más
importantes es, precisamente, aquel que “involucra al ecosistema de montañas y
las cuencas, pues con ellas se garantiza la provisión de agua en todo el Perú,
y se adelanta a los próximos embates del cambio climático”, según discurso del
presidente del Perú, Ollanta Humala, junto al secretario general de la ONU, Ban
Ki-moon, y además que permita la participación de otros países que afrontan la
misma problemática.
Perú perdió alrededor del 50
% de superficie de glaciares debido al cambio climático. El Perú es el país
donde se ubica la mayor parte de los glaciares tropicales del mundo. El caso
más evidente es la desaparición del nevado Pastoruri, en pleno Callejón de
Huaylas, un peligro evidente ya que las nuevas generaciones conocen los nevados
solo por imágenes de archivo.
Nuestras reservas de agua
dulce, que se han acumulado durante miles de años, están perdiéndose. Algunos
científicos estiman que en unos 20 o 30 años habrán desaparecido por completo
varios de estos glaciares. La disminución de glaciares ya generó una pérdida de
7.000 millones de metros cúbicos de agua. Los glaciares del Parque Nacional
Huascarán están siendo afectados por el cambio climático. Va en aumento la
pérdida de agua, empezando por la laguna de Parón, al pie del nevado del
Huandoy, en la cabecera del valle de Huaylas, con su capital Caraz Dulzura,
según el diccionario geográfico del peruanista-italiano Antonio Raimondi. Para
el año 2050, todos los glaciares ubicados por debajo de los 5.500 metros
desaparecerían. La superficie glaciar de la Cordillera Parón se ha reducido en
un 18% en los últimos 24 años, agravado por la irresponsable perforación del
fondo de la laguna por una empresa transnacional encargada de abastecer con más
agua a los neolatifundios costeros de Chavimochic, en La Libertad.
El ministro del Ambiente,
dada su convicción sobre el desarrollo local como premisa del desarrollo
nacional-global, anuncia la acción del Organismo de Evaluación y Fiscalización
Ambiental (OEFA), en el distrito de Comas, donde existe una experiencia
empresarial y comunal de Chacracerro, cuyas actividades económicas deben
desarrollarse en equilibrio con el derecho de las personas a gozar de un
ambiente sano, como la plantea Jaime Kaiser, desde una corporación visionaria,
que nació en el distrito ancashino de Pueblo Libre, ubicado en la Cordillera
Negra, y cuyas generaciones han vivido mirando de lejos las bondades de las
nieves perpetuas.
Cada vez más, la
contaminación y la degradación ambientales arruinan los recursos naturales,
amenazan la salud humana y la misma existencia de las innumerables especies de
plantas y animales. Los estudios sobre prevención que aparecen en diferentes
fuentes pueden ser simplificados en estos principios: cambiar, cuando sea
posible, de combustibles intensivos en carbono, como el carbón, a combustibles
intensivo en hidrógenos, como el gas natural; fomentar el rápido desarrollo y
uso de la energía solar y de otras fuentes de energía libre de carbono; y
reducir la tasa de deforestación. “En suma, el manejo sabio de los recursos
naturales y la protección del ambiente son esenciales para lograr el desarrollo
económico sostenible y por tanto mitigar la pobreza, mejorar la condición
humana y preservar los sistemas biológicos de las cuales depende toda la vida”.
Estas son palabras de Enrique Iglesias, un americanista admirador obsesivo del
valor de Los Andes, quien como presidente del Banco Interamericano de
Desarrollo y ahora secretario general de la Cumbre Iberoamericana, repetía
incesantemente sobre el valor el agua y la vida comunal. Recuerda, en una
entrevista con Diario16,
que el BID nació en Arequipa, financiando como el primer proyecto, un sistema
de administración del agua en Perú, después de un terremoto que destruyó la
estructura de los suelos y fuentes hídricas.
Las naciones de América
Latina, dependen en gran medida de la agricultura, la silvicultura y la pesca.
Con sus culturas antiguas y con la violencia moderna relacionada con el tráfico
de drogas, el futuro radica en disminuir la pobreza, principal flagelo que
complica soluciones para aplacar el irreversible Cambio Climático.
Artículos relacionadosMás del autor
No hay comentarios:
Publicar un comentario