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jueves, 27 de marzo de 2014

De Pacaritambo al Rio Bravo, camino sin retorno. Diario YA de México


YA nuevo diario de America Latina, dirigido por el periodista, poeta y escritor  mexicano José Luis Castillejos, quien conoce profundamente  el Perú... Felicitaciones.   


Jorge Zavaleta Alegre/Perú/Diario YA!.-

Nos narra en esta crónica las vivencias en los Andes peruanos y la urgencia de llevar a la realidad las promesas políticas para lograr una real inclusión social.








Los más lúcidos teóricos y  líderes  políticos de América Latina coinciden que  el desarrollo debe girar alrededor del bienestar de las personas, más que en el crecimiento económico. Es ineludible invertir en salud, educación y productividad de la gente para mejorar el desarrollo de los países. El problema de cómo aumentar la productividad de los países es en realidad un problema de desarrollo en sí mismo. Veamos, por ejemplo,  la realidad  rural y la explosiva migración interna de las dos  últimas  décadas del Perú  actual:
Pacaritambo es un lugar esencial en la historia de  América Latina. Este pequeño distrito cusqueño, en la provincia de Paruro, en el macizo de los Andes,  es la cuna  donde, según una leyenda, los ocho hermanos Ayar  fundaron  el Imperio de los Incas, por encargo de  su  Dios  Sol*.
Pero  ahora, dos tercios de los dos mil quinientos habitantes, son de la tercera edad, y  el resto   niños y niñas. Los adolescentes y  jóvenes  dejan  sus hogares, huyendo de la pobreza, con la promesa de retornar en cuanto puedan.
Muy cerca de este distrito de la provincia de Paruro  se realiza  una de las   ferias agropecuarias más concurridas, comparable  al juego de la oferta y demanda  de un Wall Street  neoyorkino.  Asistían  ganaderos del altiplano peruano-boliviano, para vender y comprar  vacunos y ovejas, inclusive animales menores y aves de corral.  Es un mercado especializado en las prácticas de engorde del ganado, con el uso de pastizales  naturales (ichu) y cultivados con los cursos de aguas que bajan  de las montañas.
Esas ferias siempre fueron  catalizadores de la agricultura y la ganadería como fuentes de vida y  de relativa estabilidad social. Desde hace dos décadas estas ferias van distorsionado sus fines principales.  Actualmente ofrecen  productos, casi en su totalidad, de origen externo, que ingresan, sin control alguno,  por la frontera sur. El contrabando de prendas de vestir, alimentos envasados, licores, perfumes y cigarrillos, artefactos eléctricos ha quebrantado la economía del autoconsumo, la destreza en la producción de variada  artesanía con fibra de los camélidos americanos (alpaca y  vicuña), la orfebrería  de plata y  oro,  y sobre todo su  cultural tradicional, empezando por sus  festividades mágico religiosas.
La mejor respuesta está en la política de desarrollo 
SIGUE. Version completa.



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