Jorge Zavaleta Alegre. Cambio16-Madrid.-
En Piura - región donde los españoles fundaron la primera
ciudad del Pacífico Sur con el nombre de San Miguel de Tangarará - se realizó el
14 de noviembre último, un Encuentro Presidencial
y el VII Gabinete de Ministros Binacional, instancia que se desarrolla
anualmente de manera alternada entre ambos países, a 15 años de la suscripción de los Acuerdos de Paz de Brasilia. Los actos
realizados con en este motivo, permiten
conocer la dimensión del futuro de la integración
no sólo de ambos países sino de la Cuenca Amazónica con el consiguiente beneficio social y económico de los pueblos, con
énfasis en la frontera, zona que secularmente sufrió un relativo abandono.
La Declaración de los presidentes Ollanta Humala y Rafael
Correa, resultado de la VII Reunión del Gabinete de Ministros Binacional, contiene
111 puntos. Precisa la participación del
Estado y de la población, en tanto la integración real se basa en convicciones, construidas
con elementos culturales e históricos que internaliza cada
persona, en un ambiente de paz después
de 180 años de discordias y guerras.
Se ha definido desde 1998 una Zona de Integración Fronteriza
que comprende 420 656 km2 del norte del Perú y sur del Ecuador (territorio
equivalente a más del 83% del español) en donde ambos Estados concentran sus
esfuerzos. Y existen avances en el diseño de una ciudad modélica con la
concurrencia de Huaquillas, Aguas Verdes y el Canal de Zarumilla.
El Canciller ecuatoriano Ricardo Patiño afirma que entre los
logros alcanzados por su país y Perú se pueden resaltar la definición de los
hitos fronterizos; el garantizar la gratuidad de la atención en salud de los
ecuatorianos en Perú y de los peruanos en Ecuador; la creación de la Unidad
Binacional de Desminado, que ahora trabajará en conjunto; la cooperación
policial gracias al cruce de información; y, el avance de los Ejes Viales.
Una mayor explicación didáctica nos ofrece el Director Ejecutivo del Plan Binacional – Capítulo Perú, Embajador
Vicente Rojas Escalante, sobre la
consolidación de los esfuerzos mutuos,
contando para ello con un Plan Binacional y un Fondo para la Paz que garantiza recursos necesarios en la
ejecución de proyectos.
¿Cómo ve el futuro de la integración ecuaperuana?
Las relaciones entre los dos países muestran una proyección
hacia una integración creciente. Todo nos une, nada nos separa. En 15 años
desde los Acuerdos de Paz hemos dado pasos gigantescos para reconocernos e
integrarnos, a todo nivel, social, político, empresarial, cultural. Desde el
año 2007, los Presidentes de ambos países y sus respectivos Gabinetes
Ministeriales mantienen una agenda amplia que incluye temas sociales, asuntos
productivos y ambientales, infraestructura y conectividad y seguridad y
defensa.
Tenemos un Plan Binacional de Desarrollo de la Región Fronteriza,
una asociación binacional de municipalidades, redes binacionales de salud,
nuevos proyectos conjuntos. Estamos viviendo un cambio de época. En los últimos
años se han hecho inversiones por más de 8 mil millones de dólares.
Venimos impulsando la integración en los temas sociales, sin
dejar de lado los otros. Por ejemplo, se ha avanzado bastante en la integración vial. Se viene
concluyendo una red de cuatro ejes
viales binacionales que suma 2 176 km en total. En este esfuerzo está el apoyo
de la cooperación europea y japonesa. Asimismo, se viene realizando interconexiones eléctricas vecinales.
En el campo social, se han establecido 8 objetivos e
indicadores binacionales, con metas para
el quinquenio (2016) y decenio (2021), que comprenden la eliminación o
reducción sustantiva, de diversos
problemas como la desnutrición crónica infantil, pobreza, analfabetismo, indocumentación, falta de agua
y saneamiento y de electricidad.
Se acaba de suscribir el Plan Binacional Quinquenal de Salud
2013-2017. Se está levantando información, en un trabajo financiado por el Plan
Binacional y ejecutado por el Organismo Andino de Salud (ORAS-COHNU) presidido
por la Dra. Caroline Chang, ex Ministra de Salud del Ecuador, para generar
redes de telemedicina.
Destaca el programa “Tumbes Accesible” en favor de las
personas con discapacidad y que cuenta con la cooperación del exitoso Programa
Solidario “Manuela Espejo” del Ecuador, que fue impulsado por el ex
VicePresidente del Ecuador, Lenin Moreno y ahora se está replicando en otras 6 regiones del Perú.
¿Hay avances en el desminado, pues la terminación, fijada en
el 2017, es una decisión emblemática?
El desminado humanitario es un caso ejemplar, único en el
mundo, en que dos países, antes enfrentados, hoy trabajan juntos para erradicar
las minas antipersonales en su frontera común. Debe destacarse la contribución
de la cooperación internacional, que si bien ha sido menor de aquélla
especialmente esperada, en parte porque nuestro países han alcanzado una mejor
situación de económica. Somos conscientes
de que a pesar de la mejora económica promedio de nuestros países, subsisten
aún considerables “bolsones” de pobreza. En este contexto, el futuro de la
relación entre Perú y Ecuador es promisorio.
¿Si todo va como en el 2013, cómo percibe el 2021, bicentenario nacional?
Percibo el Bicentenario con un prudente optimismo. Después de
algunas décadas perdidas, el Perú ha encontrado el rumbo para su crecimiento,
existe una clase media cada vez más amplia, menos pobres y pobres extremos,
mayores inversiones y exportaciones, una cultura de emprendimiento.
Sin embargo, debemos trabajar aún en inclusión social, en
eliminar la desnutrición crónica infantil entre 0 y 5 años, pues sin ello no
hay futuro, y la clave de ese futuro está en la educación. Una educación en
valores, con conocimientos y acorde con las necesidades locales. Una educación
abierta al mundo, al avance científico y tecnológico, pero que no pierda de
vista la propia realidad en que se van a desenvolver los estudiantes y que
rescate los valores, la cultura y las tradiciones.
Debemos propender a que los jóvenes tengan mejores
oportunidades para su desarrollo. Hay que disminuir las brechas de desigualdad.
Hay zonas donde se presentan graves carencias en necesidades básicas y niveles
de pobreza de hasta 90%, si bien debe tenerse en cuenta que los estándares
occidentales no siempre corresponden a aquellos locales. El tema intercultural
es importante, más aún si nuestras nuevas generaciones deben afrontar un mundo
globalizado.
¿Cuáles son los escenarios más importantes de los quince años
de paz?
Los escenarios son múltiples: político, económico, comercial,
social, cultural, ambiental, de seguridad y defensa. En todos ellos se viene
trabajando, con resultados alentadores. El escenario más importante es quizás,
la confianza mutua, la paz, la solidaridad y el entendimiento de la paz como
una oportunidad de desarrollo, especialmente para la zona de integración
fronteriza.
Por ejemplo, se viene trabajando conjuntamente en el tema de
gestión integral de cuencas binacionales. Podemos citar como referente el
manejo de la cuenca Catamayo-Chira, proyecto por US$ 15 millones que se
desarrolló en dos fases, el cual contó con el apoyo de ambos Estados y de la
Cooperación Española (AECID). El escenario de la Cooperación internacional
cumple también un rol importante en proyectos de manejo de cuencas, redes
binacionales de salud, infraestructura, proyectos integrales con poblaciones
amazónicas, entre otros.
Otro escenario importante es el de la articulación entre los
Ministerios del Gobierno Central, los Gobiernos Regionales y las
Municipalidades, junto con la Cooperación Internacional y el Plan Binacional,
así como con la población. Es fundamental en este contexto, el diálogo con los
pueblos originarios y sus representantes y así venimos trabajando.
¿Qué importancia tiene la cuenca amazónica en la integración, con
énfasis en el desarrollo local?
La cuenca amazónica es parte esencial de nuestro territorio,
tanto a nivel nacional como regional. Por lo tanto, en los esfuerzos de
integración está incluida. Esperamos poder integrar la Amazonía, alcanzar un
desarrollo local que elimine la pobreza y el atraso en que viven sus
habitantes, solucionar la carencia de servicios públicos, conociendo que ello
no es fácil de lograr por las grandes distancias, por las características
geográficas de la Amazonía, por la necesidad de abordar el tema intercultural.
El gran reto es hacerlo sin depredar el ambiente.
La cuenca amazónica ha sido una zona secularmente olvidada.
Cabe mencionar el avance en la ejecución del Eje Vial Nº 4, Loja-Saramiriza,
que concreta un sueño de la población awajún y wampis de poder contar con una
carretera pavimentada que vincule con el norte del Perú, y aproxime al Estado,
abriendo paso a los servicios que ofrece, así como a las posibilidades de los
mercados, en una zona que hace 5 años estuvo convulsionada por los disturbios
del llamado “baguazo” que generó la muerte de policías y nativos y que hoy se
orienta hacia el desarrollo y la inserción social y económica en paz.
Es una realidad la iniciativa del Perú en la cuenca alta del
rio Napo, bajo la dirección del Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables, mediante el funcionamiento de una plataforma fluvial
"Plataforma Itinerante de Acción
Social - PIAS", con la participación
de diferentes sectores e
instituciones del Estado peruano y el respaldo de la Marina de Guerra, en
beneficio de los pueblos originarios.
Estamos promoviendo proyectos productivos en la alta Amazonía
como el proyecto Tajimat, de gestión del cacao y banano, formando cadenas de
valor y favoreciendo la inserción de pobladores de la etnia awajún en los
mercados, con cofinanciamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y
del Plan Binacional, por un total de US$ 2,6 millones; o el caso de las
piscigranjas para combatir la desnutrición crónica y desarrollar capacidades
locales, financiado por el Plan Binacional por US$ 800,000.
SOLIDARIDAD SIN FRONTERAS
Un caso emblemático es el de Luzbinda Jiménez Montalván,
joven gestante peruana, pobladora de un caserío fronterizo, quien, gracias a la
red binacional de salud Zumba-San Ignacio dio a luz en el hospital básico de
Zumba, Ecuador, siendo luego trasladada ante las complicaciones postparto, al
Hospital de la ciudad de Loja, en Ecuador, utilizándose para ello un
helicóptero de las Fuerzas Armadas del Ecuador. La niña se llama Milagros, en
reconocimiento de lo que fue su nacimiento en condiciones difíciles, las cuales
fueron superadas en base a la cooperación existente hoy entre nuestros Estados.
El Perú expresó su gratitud condecorando a los médicos ecuatorianos.