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viernes, 4 de octubre de 2013

MINERIA, GESTION MUNICIPAL y DEMOCRACIA

Jorge Zavaleta Alegre. Cambio16. Madrid.-
La civilización  incaica vivirá encerrada dentro del cerco de los Andes, ausente de mar y de vida oceánica del mundo occidental, hasta que la conquista traslade el centro de la vida urbana a la región costeña, con la fundación  de Lima y el nacimiento  del comercio marítimo y el tráfico continental, escribió   el peruanista Raúl Porras Barnechea, al escudriñar el sentido tradicional en la literatura peruana.

Este juicio de opinión escrito en los años cuarenta del siglo pasado, es formulado por  nuevos investigadores desde la universidad, la función pública, la cooperación internacional y por importantes esfuerzos individuales, que coinciden en el desarrollo desde las aldeas, de los lugares más alejados, como la fórmula esencial para construir un  país moderno, articulado al mundo. La  Fundación alemana F. Ebert cuenta con varios  aportes*

El PNUD, después del terremoto de Ica en el 2007,  promovió  la restauración de esa región desde el municipio distrital de Secta,  donde se concentraban  desplazados de los Andes ayacuchanos por  el terrorismo senderista, según explican los técnicos encargados del proyecto,  Julio Rojas y Julio Kuroiwa, tal como  explican  en El Oro de la Aldea,   un enfoque en el cual  primera el radicalismo ético.

Acaba de aparecer Minería, Desarrollo y Gestión Municipal en Espinar”, estudio del filósofo Eduardo Cáceres y  de Julio Rojas,  experto en gestión pública,  auspiciada por Oxfam, Ser y la Fundación Ford. Ambos se formulan dos preguntas claves y que responden con precisión y argumentos sólidos:

¿Cuáles  son las razones por las cuales la gran cantidad de recursos que ha generado la actividad minera no se han reflejado en cambios sustantivos en las condiciones de vida, produciendo desarrollo?. ¿Cuáles son las razones por las cuales las sucesivas gestiones municipales  receptoras del canon minero no han logrado una ejecución  de gasto eficiente y de calidad?

Las comunidades  que han ocupado estas tierras altas han desarrollado especializaciones productivas  y han sabido utilizar  algunas de sus ventajas, en el control  sobre las fuentes y cabeceras de los ríos que alimentan  las dos vertientes, la del Pacífico y la de los Andes,  para garantizar  el control de los diversos recursos.      
La actividad minera ha producido cambios significativos  en las relaciones de poder al interior de la provincia. La provincia  en su conjunto ha ganado un protagonismo y peso político que había tenido antes, aunque la empresa ha llegado a articular una suerte  de gobierno paralelo en la provincia y el control de los medios locales de comunicación.

Cáceres y Rojas presentan un recorrido por la historia de las Provincias Altas del Cuzco, incluyendo entre los principales actores  al Movimiento Kana,  fundado por el alcalde  Oscar Mollehuanca, la Federación  de  Campesinos y el Frente de Defensa, poniendo énfasis en el impacto que tuvo el convenio  entre la municipalidad provincial y la empresa BHP Billiton.

Las primeras conclusiones:  es la pérdida de conexión  que se va dando entre la provincia y la región a medida que aumentan los aportes  de la minera, generando una suerte de aislamiento  político.  Espinar,  a fines de los noventa aspiraba consolidar un espacio subregional que por coincidencia es el mismo que  ahora se plantea con el corredor minero Las Bambas –Espinar.

Este libro analiza los procesos administrativos y la normatividad, e identifica las causales de orden político que generaron un retraso en la ejecución  de aquello que prometió la autoridad local.

Entre las principales conclusiones  se pueden destacar:  que si existe  el camino de un desarrollo  que combine la minería  con las actividades agropecuarias y comerciales de larga data y  que han hecho que esta parte del Perú tenga una economía dinámica. Los impactos inducidos o acelerados por la minería cubren  ámbitos como la demografía y las migraciones, la tenencia de la tierra, la estructura laboral, el financiamiento del desarrollo y las relaciones de poder.

Sin duda, Espinar es hoy una sociedad en transición.  Se puede apreciar que a mediano plazo la región  pueda retomar un proceso de planificación  participativo tomando como referencia el Plan maestro y estrategias.

Han aparecido  nuevos intereses y movimientos que no se encuentran  ni organizados ni representados. Se quiere promover espacios de formación  de nuevos liderazgos sociales con propuestas regionales de mediano y largo plazo. Para promover dinámicas de fortalecimiento  de las economías campesinas y desarrollar procesos innovadores a todo nivel  se  necesita  de una base sólida de financiamiento  del desarrollo que modifique la actual  tendencia excesiva que se tiene de los recursos mineros.

Esta situación real  pasa por exigir que el Estado nacional y el gobierno  regional asuman sus roles con relación al conjunto  de las políticas públicas de la zona de influencia y que se revisen y modifiquen  las actuales asimetrías que la actividad minera  ha producido  en la economía y en la política. 

Al monitoreo y la vigilancia ambiental deben sumarse mecanismos democráticos de gestión y vigilancia de los usos de diversos fondos que provienen de la actividad minera, no a las interferencias de la minería sobre la política local y menos su incidencia en  los medios de comunicación.

Se requiere  iniciativas específicas orientadas a las mujeres. Es evidente que han ganado protagonismo en el terreno económico, pero han perdido espacios en el terreno social y político.

El potencial de esa zona andina como de otras,  encuentra factores de bloqueo en algunos de los procesos, que se mezclan  con la limitada o lenta innovación,  el latifundismo, minifundismo y las relaciones asimétricas en los mercados.  Hay necesidad de mayor formación  y experiencia  de campos de los trabajadores, incluyendo los equipos técnicos convencidos y ambientados  que no basta el conocimiento técnico sino el compromiso y la  calidad humana de convivir más allá  del confort  de las  urbes modernas.

Es verdad que ha crecido la inversión  pública y privada  para mejorar la productividad  agropecuaria, pero su volumen e impactos siguen siendo limitados para  desencadenar un desarrollo autocentrado. Los programas sociales desde el Estado orientados a las Poblaciones  Vulnerables van descubriendo admirables líderes , que sin duda son motivo de  otras crónicas.    


(*) Fundación alemana  Friedrich Ebert: Municipalidad y Democracia, guía para el lector, 1986. Hacia un nuevo gobierno  municipal:  la participación popular, compilación de Jorge Zavaleta Alegre y Patricia Iturregui, 1988.

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