Jorge Zavaleta Alegre. Periodista
Las estadísticas nos aproximan a la realidad. En América Latina son más de 120 mil niños que viven en instituciones o albergues.
En el Perú suman 17 mil los albergados en centros de atención residencial privados y públicos, con un promedio de permanencia de cinco años.
En el país, los niños y niñas indígenas aún suman casi el 16% de la población que se mantiene en condiciones de suma pobreza, casi en abandono.
Tal información revela y compromete a cómo lograr el derecho que todos los niños tienen a vivir en una familia, según declaraciones suscritas por todos los países miembros (189) de las Naciones Unidas.
La ONU, en el Día Internacional de la Niña, recordó la responsabilidad de todos en cuanto a las poblaciones vulnerables.
Y el Perú sumándose a la movilización global, reconoció que aún existen desigualdad y discriminación, siendo una de las más graves aquella que se da por razones de género, la cual priva principalmente a las niñas de una vida de aspiraciones y desarrollo afectándose su dignidad y plan de vida.
Al abordar el tema de las adopciones, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp) ha informado que hay 428 niñas, niños y adolescentes que están en espera de encontrar un hogar en el programa de adopciones prioritarias Ángeles que Aguardan.
En agosto pasado fueron atendidos 36, de los cuales cuatro han sido adopciones nacionales y 32 internacionales (Dinamarca, España, EE UU, Francia, Italia, Noruega y Suiza)
Existen familias interesadas en la adopción de niños, pero diferentes testimonios dan cuenta de las limitaciones de los Juzgados de Menores.
Por otro lado, abundan reflexiones positivas de padres y niños que han compartido las bondades de un nuevo hogar.
La adopción es una medida comprobada de protección, siempre y cuando se proceda de acuerdo con la legislación vigente y con las garantías de seguimiento y seguridad a favor del menor.
Constituye un asunto que debería ser más atendido por las municipalidades, en particular en los distritos rurales y poblados más alejados.
La Dirección General de Adopciones, con oficinas en diez ciudades del país, se encarga de la coordinación para evaluar las condiciones de adoptabilidad de los niños, niñas y adolescentes hospedados en los hogares provisionales del Inabif, aldeas infantiles de los gobiernos regionales, albergues de la Sociedad de Beneficencia Pública, así como en centros privados.
Lo fundamental de la institución jurídica de la adopción es proporcionar al niño un ambiente con amor y afecto, asegurar su educación y el cuidado de su salud y alimentación, las madres sustitutas del Inabif y otros centros especializados no se abastecen para atender de manera adecuada a numerosos infantes, la sociedad y las autoridades tienen que sensibilizarse frente a este drama social.
Fecha:24/10/2012
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