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jueves, 3 de mayo de 2012

EL RUBICON


Arq. Javier Sota Nadal*
Ex Ministro de Educación del Perú
Columinista Diario La Primera
En las últimas décadas se ha reafirmado la conciencia que, desde la profundidad de los tiempos, somos un país diverso. La conquista española pretendió  homogeneizarnos  pero fracasó  y eso que tuvo  300 años para hacerlo. La República, heredera de ese proyecto, quiso avanzar en esa  dirección, pero sólo consiguió  acentuar el carácter de  archipiélago cultural que nos caracteriza. La precariedad a del aparato estatal que montó y desmonto cada caudillo lo explica.
 Antonio Raimondi, milanés,  24 años de edad, llega a Lima el 28 de julio de 1850. Después de un período de preparación,  emprende un viaje fantástico:  Premunido  de ciencia y pasión, viaja y nos describe los departamentos de Arequipa (1863-64), Lima  (1866), Junín (1866), Huancavelica (1866), Ayacucho (1866), Amazonas (1868), San Martín (1869) y Loreto (1869).
 Sus cuadernos de viaje, los muestran  desde las  perspectivas de las ciencias naturales:  geografía, flora, fauna, producción, pueblos y caminos, ríos, lagunas que nutren y caracterizan cada lugar. Esos textos,   pueden ser  considerados como  la primera  validación científica de una diversidad que es estructural a nuestra existencia como peruanos.
He preguntado a Sara Beatriz Guardia - cultora de la obra de Mariátegui -  ¿Si él Amauta habría planteado la cuestión del territorio como condición estructural en la existencia y posibilidad de un Perú mejor?. Me contestó que, directamente no.
Este rodeo sobre el estado de nuestra  conciencia  sobre el territorio, viene a propósito de los sucesos  de Bagua y Conga. Hasta donde llega mi saber,  izquierda y  derecha  nunca- hasta ahora- se  plantearon  ideológicamente la cuestión ambiental peruana. Obvio, como solemos ser copistas, calcamos que ni al capitalismo ni al  comunismo, paradigmas de la política local,  les interesaba la preservación ecológica del territorio; al contrario, el industrialismo de uno y otro  color, dictaban que allí, donde fuere necesario económicamente, era lícito arrasarlo. 
¿De dónde viene entonces  la reciente conciencia ecologista  de los líderes enfrentados en Cajamarca?.  Ciertamente no de nuestra cultura política. Respondo, maliciosamente, que  viene de pura conveniencia: han caído en la cuenta que la defensa de la  naturaleza, hoy , como nunca antes, importa al pueblo más que las utopías de progreso que les suelen prometer los partidos.
 Pero peruanos, vivimos aquí, y así como Antonio Raimondi no dijo que el Perú era un mendigo sentado en un banco de oro -  le endilgaron esta frase huachafa - tampoco afirmó que nuestra diversidad  permaneciera  impoluta de acción humana.  He escrito,  con otros, que el proyecto Conga, es el Rubicón  del régimen pero, querido/a  lector/a,  después de estos apuntes que te entrego,  añado que,  también  es  Rubicón  del desarrollo regional.
Deseo como peruano que Conga vaya, pero depende cómo vaya. Si va tomada de la mano por la democracia, aquella que se define como diálogo y respeto de mayorías y minorías, irá dirigida hacia el bienestar de todos y no solo de algunos. La democracia es la única forma política  capaz de superar positivamente este juego dialéctico.

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