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jueves, 9 de febrero de 2012

BATALLA IDEOLOGICA, EL PENSAMIENTO DE GUSTAVO GUTIERREZ

BATALLA IDEOLÓGICA II

Javier Sota Nadal
Cuando en setiembre de 1993 la UNI todavía se recuperaba  del  paso de la ideología de muerte de Sendero Luminoso, el Consejo Universitario decidió  otorgar el grado de Doctor Honoris Causa a Gustavo Gutiérrez. Queríamos honrar  a quien con más claridad y ejemplo de vida se había levantado contra la muerte. Les trascribo párrafos del discurso de nuestro doctorando:

“Además, a una antigua y arraigada pobreza, la peor y más  terca epidemia que sufre el pueblo peruano, se han sumado factores que han afilado su capacidad de cercenar vidas. En efecto, de un lado, en los últimos años millones de peruanos se han visto lanzados, debido a consideraciones humanas y sociales de las medidas que impulsan  a abismales formas de miseria que les eran desconocidas; y del  otro, un sanguinario e injustificable terrorismo que ha segado vidas con increíble crueldad. Terrorismo que no vamos a detener, vamos a reactivar más bien,  con la pena de muerte, por medio de la cual ingenuamente algunos pretenden poner un freno a quienes hace tiempo decidieron pagar una escalofriante “cuota de sangre” por sus inhumanas acciones. Esto ha creado una compleja situación ante la cual la sociedad no ha sabido responder siempre como debía, con total respeto por los derechos humanos.”
“Discernir en la crisis actual, percibir su hondura más allá de la coyuntura, y saber de ella con imaginación implica liberarse de una de las peores lacras que enferman y envenenan la   relación entre peruanos. Nos referimos a lo poco que parece valer la vida humana entre nosotros. Los ejemplos, pese a todas las explicaciones y justificaciones que se quieren dar, están allí hiriendo nuestros ojos y nuestros corazones; son tan claros y tan frecuentes que es inútil entrar en detalles. Si esa actitud continuara no habría solución posible. Esa sería una de las peores secuelas de estos  violentos años. Una de las peores cosas que nos podría acaecer en el futuro inmediato de resultas de estos violentos años es lo que podríamos llamar- desgraciadamente ya vemos brotes de ello- con una expresión de cuyo barbarismo me disculpo, la “senderización” mental del país. Es decir, la postura que lleva a pensar que sólo la violencia, la mano dura caiga quien caiga, las actitudes totalitarias y arbitrarias pueden zanjar situaciones. Si esta mentalidad invade la convivencia nacional y se hace conducta cotidiana en el tiempo a venir, la violencia terrorista – una vez controlada militarmente- continuará como un perverso Cid Campeador ganando batallas después de su muerte.

Eso es lo que no podemos aceptar como seres humanos y como ciudadanos de este país. Se impone un gran esfuerzo para forjar un mundo humano basado en Lajusticia social y el respeto por los derechos humanos. Urge igualmente crear entre nosotros aquello que se ha designado como una cultura de la vida, vale decir como  una actitud global que no deje resquicio a una voluntad de muerte abierta o disfrazada”.       

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