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viernes, 27 de enero de 2012

COCINA UN PROFESIONAL


Por Javier Sota Nadal, ex ministro de Educacion del Perú
La analogía más simple para explicar que es un diseño curricular universitario es la cocina. Veamos: (1) Para  cocinar tenemos que tener  una meta bien definida, por ejemplo un seviche, el equivalente en diseño curricular es  “perfil del egresado” (2) el seviche está más o menos acotado en sus ingredientes:  pescado fresco, limón, ají limo, cebolla, sal y  secretos de cocina, alguien me confesó que el particular sabor del suyo venia del  ajínomoto; en diseño curricular los ingredientes son cursos, talleres y laboratorios que deberán ser convocados para formar un profesional , listado de materias que también está acotado: en internet puedes encontrar, por ejemplo, qué estudian los abogados en Harvard o en la Universidad de Buenos Aires. (3) la teoría de la  cocina tiene un término preciso para cocinar el plato  con los ingredientes prescritos,  se llama “preparación” y en él encuentras tiempos, secuencias e intensidades o, dicho de otro modo,  qué se junta primero, qué después y qué al final, así como  cuanto peso o medida de cada ingrediente debes usar; en diseño curricular se le suele llamar a la preparación “árbol curricular”,   que no es otra cosa que el despliegue en el tiempo  de las  materias que se deben cursar para culminar los estudios profesionales. Letras y   números establecen la  importancia e intensidad  de cada materia (4) El final lo conocemos, la teoría de la cocina dice “invita a los amigos” y el diseño curricular establece que la universidad, tras una tesis,  debe entregar un título al graduando al que supone capacitado para ejercer la profesión.

Algún lector estará pensando  que las analogías sirven mejor para evidenciar  diferencias que para encontrar  similitudes. En efecto, resulta muy simplista comparar una cocina y un seviche con una universidad y un  ingeniero. Tiene usted razón, (1) el perfil de un profesional no es un seviche, no es un plato limitado por ingredientes profesionales,  es una luz amplia que debe situar al profesional  en el marco complejo de la cultura,  por ello  apela a los denominados estudios generales como basamento para sostener ética y culturalmente  los cursos profesionales (2) el seviche o cualquier plato está  cerrado  en sus ingredientes, la estructura curricular no,  es una serie abierta a nuevos  retos y conocimientos (3) La preparación de un plato es mecánica, el árbol curricular no “prepara” un profesional,  no es una receta, es sólo una guía básica  que permite pedagógicamente a cada estudiante construir aptitudes y capacidades mediante  cursos básicos y  electivos; estos últimos son los que tallan el perfil individual de cada uno. Dime cuantos cursos electivos te ofrece tu universidad y te diré cuán seria es (4)  El final de un plato es su sabor, la formación profesional no tiene final, es una obligación individual continuarla, lo que te ha brindado la universidad son  métodos y  operaciones intelectuales siempre superables  que pretenden analizar y transformar positivamente la realidad.

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