Jorge E. Zavaleta Alegre
Desde La Torre de Esperanza, una
organización internacional que une Latinoamérica, el economista peruano Marco
Castillo Torres, con experiencia e intensa actividad, se pregunta “sobre la indiferencia de Nuestro País y de Nosotros
los Peruanos”.
El tema es largo, múltiple, complejo y es una historia que se
remonta al origen del hombre. El gran diluvio, último libro de la Literatura
Cristiana que recorre el Génesis al
Apocalipsis, mantendrá su vigencia secular si la humanidad sigue indiferente….
Castillo Torres (Huaraz, capital
de Ancash) tiene muy presente el 31 de Mayo de 1970, porque perdieron la vida
miles de miles de personas, cuyo inventario es tan doloroso y una obligación a
sumar esfuerzos y convicciones para
evitar consecuencias que se
percibe en la perdida de altura del Huacharan,
Huandoy, Alpamayo. El agua de las lagunas que recorren ríos y canales de regadío
para miles de toneladas de alimentos que se consumen en el Norte Desarrollado.
Castillo Torres analiza que están equivocados aquellos que sostienen que los cambios
sociales solo pueden darse con movilizaciones y violencia, pues está absolutamente comprobado que tal
curso de acción en Latinoamérica ha
generado mayor desigualdad. Lo que es
peor, enriqueciendo vilmente a quienes
se adueñaron del poder, prologando su mandato incluso con elecciones fraguadas
y fraguando nuevas constituciones…..
Revisamos informes de
organizaciones financieras que revelan
que todos los años se paga más de 1 billón de dólares de los EE.UU. en sobornos
en todo el mundo, enriqueciendo a los corruptos y robándole el futuro a las
próximas generaciones
La corrupción es un fenómeno de
ámbito mundial que causa pobreza, obstaculiza el desarrollo y hacer huir a la
inversión. También debilita los sistemas judiciales y políticos que tendrían
que estar al servicio del bien público.
A medida que se menoscaba el
imperio de le ley y se hace caso omiso de la voz del pueblo, disminuya la
confianza de los ciudadanos en los funcionarios gubernamentales y las
instituciones oficiales.
"Las sociedades corruptas no
pueden apoyar a sus ciudadanos", dice Stuart Gilman, jefe de la
Dependencia de Lucha contra la Corrupción de la ONUDI. "Privan a sus hijos
no solo de la comida, sino también de la educación y la atención sanitaria. Son
pesadilla continua."
Algunos ejemplos de gran dimensión
son los funcionarios públicos que sustraen miles de millones de dólares de las
arcas de sus países y las empresas multinacionales que pagan jugosos sobornos
para obtener contratos públicos lucrativos.
Aunque la pequeña corrupción no
llega a ocupar los titulares de los periódicos, cabría afirmar que cuesta más
que la corrupción en gran escala. "Se comete en céntimos y centavos, en
libras y en euros, en billetes de baja denominación, pero ocurre una y otra vez
decenas de miles de veces" dice el Sr. Gilman.
Muchos pagan sobornos en efectivo
o en especie para poder recibir una educación o un tratamiento médico adecuado,
para acelerar trámites administrativos o para evitar pagar una multa. Pero lo
que consideran tan sólo una forma de arreglar las cosas es en realidad un
delito. A su vez, la corrupción facilita la trata de personas, la delincuencia
organizada y el terrorismo.
La Convención de las Naciones
Unidas contra la Corrupción brinda un marco jurídico mundial para hacerlo. Este instrumento que entró en vigor el 14 de
diciembre de 2005, ha sido ratificado por 37 países y firmado por 137. "La
Convención se sirve de las mejores prácticas en todo el mundo y hace que los
países que la han ratificado empiecen a aplicar esas normas".
La lucha contra la corrupción, supone prevención, investigación, recuperación de
activos y el enjuiciamiento de los infractores.
También están obligados a tomar
medidas en los sectores privado y público y a fomentar la labor de la sociedad
civil en esa esfera. La sociedad civil y el sector privado deben unirse a los
gobiernos y adoptar una firme aptitud ante la corrupción.
No cabe duda de que las
organizaciones no gubernamentales (ONG) pueden dejar su marca al sensibilizar
al público, ejercer presiones para que se implanten reformas eficaces y exponer
las fechorías de dirigentes financieros y políticos.
Las denuncias de particulares y
organizaciones de todo el mundo que actúan con gran valor han provocado la
dimisión, el enjuiciamiento o la condena de los implicados.
El sector privado también tiene
que tomar medidas para frenar la corrupción en sus filas. Efectivamente,
algunas empresas nacionales y multinacionales han puesto en marcha iniciativas
para potenciar la transparencia y la integridad empresariales.
El Pacto Mundial de las Naciones
Unidas, por ejemplo, reúne a más de 2.000 empresas privadas, organismos de las
Naciones Unidas y organizaciones de la sociedad laboral y civil para defender
los derechos humanos, los derechos laborales, la protección del medio ambiente
y los principios contrarios a la corrupción.
También toda persona interesada
puede ayudar a luchar contra este problema mundial negándose a intervenir en
actividades delictivas que pueden tener consecuencias devastadoras para la sociedad
y el país en los que viven, concluye el PNUD y numerosas publicaciones que la
Biblioteca del Congreso de Washington DC y la Unesco, tienen la capacidad de
ser una fuente abierta para toda persona.
PAPEL DE ARBOL
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