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martes, 12 de febrero de 2019

LA TV CAMBIA O PERDERA EL MERCADO,



Jorge Zavaleta  Alegre
En los noventa del siglo pasado, viajamos a Huaylas, tierra de mis abuelos y padres, para que mi esposa, mi hija y mi hijo, pudieran conocer ese bucólico lugar, rodeado de nevados, lagunas, riachuelos y manantiales. Un paisaje natural, lejano del laberinto de las grandes urbes. Una plaza de  armas impecablemente cuidada. La iglesia  en reconstrucción  después del  terremoto  de  1970. La municipalidad, con la pequeña biblioteca cerrada, como  adorno burocrático  y  oficinas  de la guardia civil para eventuales conflictos.  

Nos referimos a una   ciudad,  como muchas otras de América y el Caribe,    con diseño, mente y rezagos coloniales, conservadores, en esencia: Un  espacio  reservado  para fiestas religiosas como la de Santa Isabel,  que provoca  el retorno  de  generaciones, contagiadas por la idílica niñez, pero poco interesado en el retroceso mental y material de su natal Ciudad, con capacidad para multiplicar   turismo cultural o ecológico, para mirar el  futuro.

Nuestro primer contacto con el terruño fue ingresar a un restaurante de una esquina de la plaza central.  La dueña, ante la reiterada  invocación, nos atendió con prisa,  volvió de inmediato a su cómodo asiento para no perder ni una escena del programa que ofrecía  la  TV  como parte de un circuito ampliado. Insistimos por la cuenta, pero no tuvimos respuesta. La  anfitriona estaba soñando con las escenas  de  amor y odio,  que ofrecía la telenovela limeña,  intercalando  la visita  fugaz  del hoy preso, Aberto  Fujimori,  a un lugar remoto  del sur del país,  donde prometía pequeñas donaciones, como preámbulo  del  libre marcado que aseguraría el buen futuro para los  agricultores. Pocos  percibieron que ese mensaje en la pantalla era preámbulo de una administración perversa, que instauró una mafia que  remató  empresas  y  fuga  de fondos públicos a paraísos  fiscales. Por ese  camino transita la  hija mayor de Fujimori, ahora también tras las  rejas.

Esa TV fujimorista no ha cambiado en absoluto,  en más de un cuarto de siglo. Cada poblado vive cada vez más pendiente de cómo emigrar al Pacifico.  La comunicación satelital, que debe servir para  educar, solo  genera    desinterés por la vida pública.    

El libro de Aurora Bravo Heredia - Imaginario, Televisión y Poder en el Perú -  analiza en profundidad  conceptos y proyecciones,  con el  soporte de múltiples encuestas, consultas a especialistas  y pobladores. Nos plantea políticas públicas culturales que deben concebirse involucrando todos los sectores de un país. 

Como agentes culturales se reconoce a los siguientes sectores: Administración Pública (Estado, Regiones Ayuntamientos, y Municipalidades). Instituciones sin ánimo de lucro. Tercer sector (Fundaciones, Asociaciones, Organizaciones no Gubernamentales,  Iniciativa Social. Instituciones privadas (Empresas, Asociaciones privadas, Profesionales, Industrias y Servicios privados).

Se argumenta que es imprescindible la participación de los sectores antes señalados, para garantizar la efectividad y eficiencia de los proyectos y programas en beneficio de la comunidad. Ello, sin perder de vista los lineamientos generados por  Organismos internacionales como UNESCO, OEA, sin perder la perspectiva de la diversidad dentro de la unidad.

Bravo Heredia comparte que la cultura se puede convertir en negocio rentable que genere divisas para un país, pues puede financiar proyectos o programas culturales  en función del beneficio de toda una comunidad. La elaboración, ejecución y seguimiento de una política cultural debe estar encausada hacia la participación de todos los agentes de esa comunidad en  armonía con la naturaleza. Contribuyendo a la diversificación de la economía de cualquier país latinoamericano.

Aurora Bravo presenta un estudio en un contexto teórico pico-socio-cultural-semiótico. Antecedentes históricos determinantes. La dictadura y la política de información del Sistema de Inteligencia Nacional. La coerción en diversos campos. El montaje del simulacro.
Desautoriza el imperio del rating como justificación para cambiar la empresa privada de TV, es decir aquella producción racista, mendaz,  sobre migración y cultura combi-chicha.

En su quinto y último capítulo expone una metodología para el estudio del consumo. Imaginario actual y tendencias predominantes del mercado. Entre 1993 – 2003. Reforma cultural y apropiación de géneros.

Aurora Bravo, egresó de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Unidad de Post Grado, en Desarrollo Humano. Magíster en Ciencias de la Comunicación con Mención Honorífica y Grado de Excelencia por la Universidad Autónoma de México. Catedrática de la Maestría en Ciencias de la Comunicación de la UNMSM y de la Pontificia Universidad Católica del Perú, PUCP. 

La autora se pregunta: ¿Cómo hacer visible el papel determinante de la televisión en la dinámica socio cultural de una nación y el futuro de ésta? 

Nos responde,  que su investigación aborda de manera holística el papel de la televisión durante el gobierno del ex presidente Alberto Fujimori. Analiza la producción, circulación y consumo de las formas simbólicas,  así como las consecuencias en la variación de los patrones de consumo de la población y la conformación de un imaginario social escéptico, amoral y resignado que incide de manera determinante en el futuro de la sociedad peruana. 

A partir de un nuevo enfoque transdisciplinario que retoma los aportes de los estudios culturales anglosajones y latinoamericanos así como de la sociología de la cultura francesa y de la semiótica, se construye un marco teórico psico-socio-cultural-semiótico que permite abordar la complejidad del manejo de la televisión. 

El libro   incluye múltiples  encuestas, cuyos  resultados  son analizados  por tendencias  de formas  de ver  de cinco niveles socioeconómicos  enre 1997- 1999.

La profundidad  del  análisis, han sido comentadas por  Edgar Morin,  filósofo francés, padre de la  
Etica, quien felicita  el  esfuerzo  de Aurora  Bravo,  por la perspectiva  teórica-metodológica  asi como el  espíritu general. Señala, sin embargo, que desconoce  el caso de la TV peruana. En este sentido expresa su confianza sobre los resultados y solo se sustenta en su propia valoración teórica y metodológica.

En suma,   se  trata  de una investigación que concurre  al gran compromiso de cómo  hacer  viable  el  papel determinante  de la TV en la  dinámica sociocultural de una nación  y su  futuro.  Hoy, la TV  revelando su vigencia, retraso  cultural y  un menosprecio social  escéptico,   amoral que mide  de manera determinante en el  futuro de nuestra  sociedad.