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jueves, 16 de agosto de 2018

LA MEMORIA Y EL OLVIDO, GABRIEL GARCIA MARQUEZ

https://centrogabo.org/gabo/contemos-gabo/la-memoria-y-el-olvido-en-11-frases-de-gabriel-garcia-marquez

Redacción Centro Gabo
En las historias de Gabriel García Márquez es usual encontrar personajes que luchen contra sus problemas de memoria. En la novela El amor en los tiempos del cólera, por ejemplo, el doctor Juvenal Urbino intentaba neutralizar sus olvidos seniles con notas escritas deprisa y “papelitos sueltos” que “terminaban por confundirse en todos sus bolsillos”.
Más célebre todavía es la máquina de la memoria que inventó José Arcadio Buendía en Cien años de soledad para contrarrestar los efectos paulatinos de una ‘peste del olvido’ que azotó a los habitantes de Macondo. Esta máquina de la memoria consistía en un diccionario giratorio, con miles de fichas movidas por una manivela, a partir del cual una persona podía repasar a diario las nociones más importantes de la vida doméstica.
Fuera de la ficción, García Márquez también pensaba que entre la memoria conservada y el olvido estaba la clave para controlar la trama de un libro. Para él era esencial que un autor recordara todo lo que iba narrando. “Hay casos de escritores, sobre todo de novelas, que han tenido que dejar de escribir porque se les sale de las manos el control del libro”, afirmó en una entrevista en 1996, “todo escritor debe saber qué edad tiene el personaje y cómo era cuando era así y cómo es en este momento, el otro que se fue, el que viene y el manejo del tiempo… cuando la memoria se erosiona de verdad, ese control se pierde”.
Para seguir advirtiendo la importancia de acordarse del pasado, desde el Centro Gabo hemos escogido 11 reflexiones del escritor colombiano sobre la memoria y su contraparte, el olvido. Las compartimos contigo:

1. El disco duro de la infancia


Todos nosotros nacemos con un disco vacío que tenemos que llenar con un material nuevo y fascinante. Pero, a medida que uno se va haciendo mayor, el disco duro está cada vez más lleno, hasta que, finalmente, ya no acepta material nuevo. Entonces, tenemos que empezar a utilizar disquetes, pero tenemos que quitar cada disquete cuando está lleno, y si queremos recordar algo tenemos que volver a insertarlo. Entre tanto, la memoria que ha sido grabada en el disco duro siempre está disponible. De eso es de lo que hablo cuando hablo de mi infancia: del disco duro.

“La nostalgia es la materia prima de mi escritura”.
El País, mayo de 1996.

2. Un escritor contra las notas


Yo no tomo notas. Si tomo notas creo que las cosas que me interesan se me van a olvidar. Por eso cuando creo que hay algo que realmente me va a interesar no lo anoto. Hay un proceso de selección de los temas y de los datos que es preferible dejárselo a la memoria. Aunque sea una memoria ya con huecos, una memoria deteriorada.

“De regreso al periodismo”.
Cambio 16, enero de 1996.

3. El lado bueno del olvido


Hay que enamorarse para olvidarlo todo, hacer limpieza y volver a empezar.

“Un nobel en busca de un adjetivo”.
La Vanguardia, septiembre de 1995.

4. La memoria que controla libros


Hay casos de escritores, sobre todo de novelas, que han tenido que dejar de escribir porque se les sale de las manos el control del libro. Es que todo escritor debe saber qué edad tiene el personaje y cómo era cuando era así y cómo es en este momento, el otro que se fue, el que viene y el manejo del tiempo. Cuando la memoria se erosiona de verdad, ese control se pierde.

“¡Carajo!, hagamos algo y punto”.
El País, marzo de 1996.

5. Entre el recuerdo y la ficción


A partir de cierta edad, cualquier cosa que uno escribe ya forma parte de sus memorias. Los cuentos que estoy escribiendo ahora son una mezcolanza de realidad y de ficción, de memoria y de invención, que yo mismo ya no sé dónde termina una cosa y dónde empieza la otra. Y de veras hay momentos en que no sé si me sucedió o me lo inventé o que me lo inventé hace tanto tiempo que ya creo que me sucedió.

“El placer de narrar”.
El País, noviembre de 1991.

6. La memoria visual del periodista


El reportaje, igual a un buen libro, parte de un argumento central y, gracias a la memoria visual del reportero y a su capacidad de escritura, sobrepasa la nemotecnia, los simples datos y estadísticas, y acaba con la palidez de la información mientras da vida y atractivos a las noticias que busca el lector. Por eso el reportaje tiene una clara intención estética y periodística.

“El reportaje, la mejor noticia para el lector”.
El Colombiano, junio de 1995.

7. La ley de la memoria


Hay una ley de la memoria que hace que las cosas de la niñez se queden fijadas para siempre.

“Gabo responde a las críticas”.
Proceso, abril de 1989.

8. Del olvido a la Papelera de reciclaje


Últimamente estaba preocupado porque me parecía que andaba olvidando algunas cosas. No sobre cuestiones profesionales, sino sobre asuntos sin importancia. Pero el médico me dijo que es una pérdida de memoria normal para mi edad. Sucede que uno va desechando aquellos recuerdos que ya no le interesan. Es lo mismo que hacemos en las computadoras: borramos todo lo que no nos sirve para ocuparla con cuestiones más útiles.

“Gabriel García Márquez. Íntimo”.
Revista Viva, junio de 1994.

9. La ironía de escribir memorias


Generalmente las memorias se escriben cuando uno ya no se acuerda de nada.

“El viaje a la semilla”.
El Manifiesto, septiembre de 1977.

10. La edición del olvido


Nunca tomo notas, confío en que lo que se me olvida no me interesa o no tiene importancia.

“El viaje a la semilla”. 
El Manifiesto, septiembre de 1977.

11. El precio de una buena memoria


Tengo una estupenda memoria para mis trabajos, pero a costa del resto porque no me acuerdo de nada, ni las caras ni los nombres.

“¡Carajo!, hagamos algo y punto”.
El País, marzo de 1996.

PSICOANALISIS ESTIVAL 1968: Jorge ZAVALETA BALAREZO

David Lynch, sueños y pesadillas


David Lynch, sueños y pesadillas



Por Jorge Zavaleta Balarezo


“Mulholland Drive”, la célebre película de David Lynch conocida entre nosotros como “El camino de los sueños”, inquietó, sedujo y confundió a más de un espectador en cada lugar del orbe donde pudo verse. El hasta ahora último largometraje de Lynch, del año 2002, (luego ha rodado los cortos “Rabbits”  y  “Darkend Room”)  nos da mucho más de una clave -pese a su enmarañado argumento- para acercarnos, otra vez, al universo de un cineasta tan complejo, amante de lo onírico, lo surrealista y la fascinación por lo oscuro de nuestras conciencias.



Precisamente Lynch inició este camino en su ya ahora lejana “Cabeza borradora” (1976) y luego se adhirió al “mainstream”, o el circuito comercial de Hollywood, con obras impactantes, como “El hombre elefante”, o menores como “Duna”. No sin razón, ciertos críticos y conocedores estiman que  “The straight story” (1999) es su obra maestra: la jornada de un hombre, en el ocaso de la vida, en busca de su hermano, a quien no ve hace una década.

Lo cierto es que este cineasta típicamente inadaptado, quien ha transitado por los caminos más difíciles y menos aceptados de la producción independiente, ahora es todo un ícono de ella y, agregaríamos, de la cinéfila cultura pop. “El camino de los sueños” confirma la vertiente que comenzó a expresarse más personalmente desde “Terciopelo azul”, una cinta que, en definitiva, figura entre las mejores de la década del 80.

La cotidianidad es reemplazada y subvertida por lo ominoso y lo cruel, en un intento por mostrar, creemos,  lo menos obvio y racional de  una sociedad como la norteamericana, pero también puede verse, y sintonizarse, la permanente ambigüedad y paradoja del espíritu humano.

Si en “Terciopelo azul” Isabella Rossellini, en algún momento pareja en la vida real de Lynch, y Dennis Hopper componían roles difíciles -auténticos casos patológicos- ambos demostraron por igual que ciertos límites podrían ser sobrepasados. Y de ello, precisamente, se encargó el cerebral director.

En medio de este mundo de confusiones, los sueños y pesadillas van y vienen como si recorrieran un sendero incierto. A Lynch le preocupa una puesta en escena que no sólo llame al misterio al espectador y lo haga partícipe -cómplice- de un intrincado juego, sino que a la vez le haga tomar en cuenta aquello que algunos llaman “alteridad”: cómo todo se transmuta y se vuelve inexplicable, siempre rozando lo ambiguo, la doble dimensión de lo real y lo soñado, la duda de no saber a qué acogernos.

En “Corazón salvaje” (Palma de Oro en Cannes en 1990), que algunos ven como una particular relectura insana de “El mago de Oz”,  estamos de nuevo ante extremos de esta naturaleza, y la felicidad que en el epílogo personifica la pareja formada por Laura Dern y Nicolas Cage, protagonistas del filme, sufre más de un obstáculo para concretarse.

A fines de los 80, Lynch realizó “Twin Peaks”, una exitosa serie de TV que no fue muy difundida en Latinoamérica, casi siempre a la zaga de espectáculos que brillan en el mundo industrializado. Una anécdota cuenta que el director trabajaba tan misteriosamente al punto que no mostraba a los actores los guiones para los capítulos finales y decisivos hasta el momento preciso antes de comenzar la filmación. De dicha teleserie, bastante elogiada, provino el film “Twin Peaks: Fire walk with me”, otra obra muy considerada y no sólo por los fieles seguidores del cineasta.

“Lost highway” o “Carretera perdida”, un filme difícil, límite, explosivo, se sitúa en similar terreno que  “El camino de los sueños” y preludia -o supera, según se vea- su complejidad, trazando similares misterios e interrogantes y proponiendo esas desconexiones del subconsciente que, a estas alturas, ya han hecho de Lynch un director de culto. Y, por cierto, la propia cultura de Lynch tiene presente como un punto central -a veces culminante- la ilusión del mundo del cine, con sus representaciones de ensueño, mágicas, misteriosas, y sus divas legendarias. Hay mucho de ello en “Lost highway” (el rol de Patricia Arquette, sin duda) y específicamente en “El camino de los sueños” (que es el camino de la “stars” -el rol de Naomi Watts- y de Hollywood).

Entre la dificultad argumental y la propuesta onírica, mucho más allá que la planteada por cualquier filme plano, lineal y corriente en las carteleras habituales, ambas cintas comparten el privilegio de mostrarnos a un cineasta que, justo es reconocerlo, explora submundos poco transitados y nos entrega un inquieto rompecabezas. Un “modelo para armar” que admite varias soluciones, considerando -e incluso respetando- la que propone cada espectador.

Así, David Lynch se sitúa hoy entre los grandes -ya no, digamos, Scorsese, Allen, Altman, Coppola, Spielberg o valores recientes como Paul Thomas Anderson y Wes Anderson, entre lo más destacado del cine norteamericano- y rehúye cualquier pacto,  consciente de su particularidad y de sus propuestas tan aisladas y a contracorriente de todo el cine industrial. Esa personalidad, y la actitud que conlleva, lo convierte en el maestro capaz de deleitarnos en aquellas escenas, colmadas de pulsiones tanáticas y sensaciones ambivalentes, subversivas, con un destino turbio, que nos acercan a un  “camino de los sueños” por una misteriosa “carretera perdida”. Ese es el Lynch que esperamos en cada nueva obra y que, sin titubeos, reconocemos en la revisión de su magnífica filmografía.




Comentarios

  1. Leer los comentarios de cine en la autoría de Jorge Zavaleta Balarezo es un espectáculo que nos conduce a Psicoanálisis Estival 1968. Gracias por compartir.

LULA SE PRESENTARA A ELECCIONES PRESIDENCIALES DE BRASIL, DIARIO16 MADRID




Jorge Zavaleta Alegre
El Partido de los Trabajadores (PT) ha inscrito la candidatura de su líder encarcelado Luiz Inácio Lula da Silva para las elecciones presidenciales de Brasil del próximo 7 de Octubre. De ser elegido Lula junto con López Obrador en México, representarían una mayoría de la izquierda en América Latina en el liderazgo de esta parte del mundo.

El acto de inscripción de Lula, que se realizó ante el Tribunal Supremo  Electoral en Brasilia, en presencia masiva de militantes de su candidato a la primera magistratura, el PT también ha registrado como compañero de fórmula de Lula al exministro de Educación Fernando Haddad, quien sería el candidato a presidente si, por su situación legal, el exmandatario no pudiera participar en las elecciones.

Lula se confirma como candidato del PP, aunque emanas atrás un tribunal de segunda instancia de Porto Alegre ratificó por unanimidad la condena contra Lula por corrupción y ha elevado la pena a doce años.

No obstante, el expresidente  Lula  insta a la militancia a continuar en caso de que ocurra un "hecho indeseado", como su inhabilitación política. "Acepto la indicación de precandidato del Partido de los Trabajadores (PT)", afirmó Lula durante una reunión en Sao Paulo de la comisión ejecutiva nacional de esa formación, que aprobó por unanimidad su postulación para las elecciones del próximo octubre.

Lula, de 72 años, tiene  procesos abiertos en la justicia. Aun así, recalca que su precandidatura no ha sido lanzada para "protegerse", sino para "gobernar y recuperar" Brasil, país que gobernó entre 2003 y 2010.

Lula entregó la Presidencia con un índice récord de popularidad (87 %), y recibe ahora el apoyo del PT, la mayor de las organizaciones de la izquierda de América Latina. A pesar de su encarcelamiento está al frente de las encuestas demoscópicas con alrededor de un 30 % de intención de voto.

“La justicia no hace otra cosa que no sea perseguirlo, intentar inhabilitarlo, apartarlo de la discusión política, pero no hay política en Brasil sin hablar de Lula”, señaló la presidenta del PT, Gleissi Hoffmann, durante la convención, en la que cientos de personas usaron máscaras del ex líder sindical. Y añadió: “Es la actitud más desafiante que hemos tenido contra un sistema podrido”.

 “Yo voy a crear el día de ‘Yo vuelvo’, para que junto al pueblo podamos ser felices otra vez”, señaló en Lula en una carta que envió en julio a sus partidarios y en la que se comparó al primer emperador de Brasil, que declaró la independencia al negarse a regresar a Portugal y avisar que se quedaba en el país.

“Soy candidato porque tengo la certeza de que puedo recuperar Brasil. Recuperar empleos, escuelas, salarios, salud, autoestima, dignidad y soberanía”, agregó en su misiva Lula, quien retomó en prisión el discurso de izquierdista radical con que se caracterizó al inicio de su carrera, antes de pactar la paz con los mercados.

El líder socialista espera navegar no sólo en la ola de su alta popularidad, sino también en la de la actual polarización en Brasil, con su principal rival como exponente de la extrema derecha, y en la de la impopularidad del actual presidente brasileño, Michel Temer.

Entre otras candidaturas a la presidencia de Brasil,  encabeza las preferencias el ultraderechista Jair Bolsonaro (17 %), seguido por la ecologista Marina Silva (13 %), el laborista Ciro Gomes (8 %) y el socialdemócrata y antiguo gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, con un 6 %.
La República de Brasil

En octubre de 1998, el presidente Fernando Henrique Cardoso fue reelecto en la primera vuelta del escrutinio con cerca del 54 % de los sufragios, contra menos del 32 % para su adversario Luis Inacio Lula da Silva, lider del PT.

Cardoso anunció su intención de proseguir su programa de austeridad y adoptó, en acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un plan a seguir. El resultado fue un aumento del desempleo.

Esta crisis financiera sacudió la economía brasileña y desestabilizó la de sus vecinos del Mercosur, particularmente la Argentina. El FMI y los países ricos acordaron 41 mil millones de dólares a Brasil, que enderezó rápidamente su economía.

Las elecciones municipales del 2000 fueron marcadas por los buenos resultados del Partido de los trabajadores (PT), quienes lograron la alcaidía de São Paulo. Lula fue elegido, el 27 de octubre de 2002, en las elecciones presidenciales. Por primera vez, fue elegido en Brasil un presidente de la República de izquierda. Entró en funciones el 1 de enero de 2003.

Y el 7 de octubre del 2018, es muy probable que la historia del  Brasil tenga que aceptar como presidente reelecto  a Lula.

papeldearbol@gmail.com
Corresponsal América Latina
Washington DC-Lima