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miércoles, 4 de abril de 2018

STEPHEN HAWKING, Agua y cambio climático, Por Róger Rumrrill


Escribe Róger Rumrrill
La muerte del genio del siglo XXI, Stephen Hawking, ha apagado la poderosa voz de uno de los mayores activistas de nuestro tiempo en contra de todos los extravíos, excesos y peligros que ponen en riesgo la supervivencia de la especie humana, sobre todo la amenaza de una guerra nuclear y los severos impactos del cambio climático sobre la vida en el planeta Tierra.

El genio nacido en Oxford, en Gran Bretaña, que fue profesor de la cátedra lucasiana de matemáticas, la misma que había ocupado Isaac Newton, el descubridor de la ley de la gravedad, había advertido en múltiples ocasiones sobre la crisis climática: “Estamos cerca del punto de inflexión en el que el calentamiento climático global se vuelve irreversible”.

Esta llamada de atención del genio comparado con Albert Einstein es más urgente y dramática que nunca. Porque es la voz autorizada e incuestionable del genio que revolucionó la física con su teoría sobre los orígenes de los agujeros negros y que escribió, entre otros libros, Breve historia del tiempo del se vendió 12 millones de ejemplares. 

Uno de los impactos más letales del calentamiento climático tiene que ver con el agua, tanto para el consumo humano, la agricultura y la industria. De acuerdo a los informes científicos, la meta de la supervivencia humana tiene sólo dos dígitos: evitar que la temperatura suba 2 grados hasta los años 2035 o 2040. Para cumplir esta meta tendríamos, de acuerdo a los científicos, dejar de emitir más de un trillón de toneladas métricas de gases de efecto invernadero. 

A la fecha, según las cifras difundidas por las instituciones científicas, ya se han emito más de medio trillón. Y con el negacionismo de Donald Trump sobre el cambio climático y el extractivismo rampante que envenena ríos y mares, que destruye suelos y abate millones de hectáreas de bosques primarios cada año, dejar de emitir el trillón de toneladas métricas de CO2 a la atmósfera es poco menos que una utopía.

Porque el proceso de destrucción no se detiene. Las cifras hablan por sí solas: 1/3 de las riquezas naturales del planeta se han dilapidado y malgastado en las tres últimas décadas; el 80 por ciento de los bosques naturales han sido arrasados; EEUU utiliza 100 mil productos químicos contaminantes en sus actividades industriales.

El calentamiento atmosférico es la mayor amenaza para los glaciares que alimentan la napa freática, los bofedales, lagunas y los ríos de las cuencas del Pacífico y del Atlántico. A la fecha, la Cordillera de la Viuda ha perdido ya el 86 por ciento de sus glaciares; la Cordillera de Chonta, ha perdido el 97 por ciento; la de Huanzo, el 92 por ciento; la Cordillera de La Raya, ya no tiene el 83 por ciento de su cobertura de hielo y la Cordillera de Chilca ha perdido el 97 por ciento de sus glaciares.

Las cinco cordilleras que, realmente agonizan, sólo tienen un total de 5 kilómetros cuadrados de cobertura de hielo. En 1962, el Perú contaba con 1,035 kilómetros de cobertura glaciar. El año pasado esta superficie había descendido a 445 kilómetros. Un ejemplo de este desastre ambiental es la agonía del Pastoturi que ahora sólo tiene 0.76 kilómetros cuadrados de cobertura glacial. En 1962, el Pastoruri tenía 3.24 kilómetros de glaciares, de acuerdo al experto Mario Zapata Luyo.

El bosque, otra fábrica de agua que puede extinguirse 
La otra gran fábrica de agua del planeta que puede extinguirse si el extractivismo continúa arrasándolo y el modelo de desarrollo primario exportador sigue incambiable es el bosque tropical amazónico.

En su libro Biodiversidad y cambio climático: la transformación de la biósfera, el internacionalmente reconocido biólogo estadounidense Thomas Lovejoy, que ha estudiado el bosque amazónico de Brasil por más de medio siglo, afirma que la deforestación en la Amazonía brasileña sólo alcanzaba el 3 por ciento en 11965. En el año 2018 la deforestación de ese mismo bosque estaba ya sobre el 17 por ciento.

Lovejoy sostiene que hay tres factores o causas que contribuyen a la degradación de los bosques y afectan el vital ciclo hidrológico: la deforestación, el cambio climático y los incendios que ahora convierten en cenizas miles y millones de hectáreas del bosque amazónico. 

En la Amazonía Peruana, de acuerdo a estudios del Instituto del Bien Común (IBC), el área deforestada entre los años 2001 y 2010 fue de 1 millón 415 mil hectáreas de bosques. Seguramente estás cifras de deforestación han crecido exponencialmente en la última década por las instalación de megalatifundios de palma aceitera y otros cultivos industriales, la construcción de infraestructura vial y las otras actividades extractivas, petroleras, gasíferas, auríferas y la siembra de coca para el narcotráfico.

Proteger y conservar la mayor fábrica de agua dulce del mundo
Como hemos reiterado muchísimas veces en esta misma columna, la protección, conservación y manejo sostenible del bosque amazónico es una cuestión de vida o muerte. Un árbol de 20 metros de altura transpira mil litros de agua al agua al día; 600 billones de árboles que crecen en 5.5 millones de kilómetros de la cuenca amazónica, producen cada día 20 billones de toneladas de agua dulce, vitales para el equilibrio ecológico y la vida en el planeta Tierra.

La voz y la advertencia de Stephen Hawking están más vigentes que nunca. (Columna Selva de Ideas, de la Revista Agronoticias, edición marzo de 2018).

BOLIVIA, JUSTICIA 18 AÑOS DESPUES


Jorge Zavaleta Alegre
Bolivia pasa del negro a una rendija de luz. La justicia comienza a llegar a Bolivia. Para las víctimas de 'octubre negro' del  2003, el fallo de la justicia de EEUU contra el ex presidente  de  Bolivia, Gonzalo Sánchez de  Lozada, es un triunfo.

Se trata del primer ex gobernante  en ser juzgado en Estados Unidos por abusos de derechos humanos.  El fallo decidió que indemnicen por 10 millones de dólares a las víctimas
Después de 18 años, una asociación de víctimas de una masacre en Bolivia opina como un "triunfo absoluto" la condena de un tribunal norteamericano  contra el expresidente Sánchez de Lozada a pagar una millonaria indemnización, tras hallarlo "responsable" del episodio violento que dejó 58 muertos.

"Es un triunfo total, absoluto”, declara  desde La Paz, Rogelio Mayta, el abogado  de quienes fueron las víctimas de la masacre de octubre 2003", al confirmar el fallo del juicio civil en Florida. 

Se  recuerda que  una revuelta popular en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, en rechazo a los planes de Sánchez de Lozada a exportar gas natural a Estados Unidos a través de puertos chilenos, provocó la represión militar dejando  58 muertos y más de 400 heridos.

El presidente Evo Morales declaró su satisfacción    sobre el  fallo judicial de  'octubre negro' y pesa sobre su gobierno exigir  que  se concrete  una demanda de extradición contra Sánchez  de Lozada y  el exministro Sánchez Berzaín, quienes niegan los cargos presentados en su contra,  por las muertes en la “Guerra del  Gas”, desde que inició  el  juicio el  5 de marzo  del año pasado.

Estados Unidos no ha contestado aún a una petición de extradición del Gobierno boliviano, presentada en 2014, para juzgar al exmandatario por violación de derechos humano. La sentencia a los dos exfuncionarios no contempla pena de cárcel por tratarse de un caso civil.

La demanda estuvo enmarcada en la Ley de Protección para las Víctimas de Tortura, una de las dos únicas leyes de ámbito extraterritorial en EE.UU. que autorizan la celebración de casos en los tribunales federales por delitos cometidos fuera del país.

La "guerra del gas"
Sánchez de Lozada gobernó Bolivia por dos periodos: primero de 1993 a 1997 y luego de agosto de 2002 hasta octubre de 2003, cuando huyó a Estados Unidos tras la revuelta de la Guerra del Gas.

El inicio de su mandato se vio estremecido por un intento de aumento de los impuestos, denuncias de enriquecimiento ilícito y el uso de la política en beneficio de sus negocios.

Las protestas se intensificaron tras el anuncio de varias decisiones del gobierno de Sánchez de Lozada -conocido popularmente como 'Goni'-, como la de exportar gas natural boliviano a EE.UU. a través de Chile.

Entre las críticas a los planes del ejecutivo estaban las que señalaban los bajos precios a los que se querían hacer las exportaciones y la falta de un plan que abasteciera antes el mercado nacional.

Sin embargo, la tensión se disparó el 20 de septiembre de 2003, cuando en un operativo militar en el noreste de La Paz murieron la niña de ocho años Marlene Rojas -a quien le impactó una bala perdida cuando estaba en el interior de su casa- y otras cuatro personas.

Sánchez Berzaín vive actualmente en Miami, donde escribe incluso columnas de opinión para un diario local. Tras su huida a Estados Unidos, el fiscal general de Bolivia alegó que el entonces mandatario había sustraído de manera ilegal alrededor de US$22 millones de las arcas del gobierno.

Pese a que cinco altos cargos militares de entonces están en prisión por su papel en la represión de las protestas, el expresidente y su ministro de Defensa nunca pudieron ser juzgados en su país como presuntos responsables políticos de lo sucedido. Consideraron que este es un hito para los que luchan por los derechos humanos en todo el mundo

Tandilnews, una fuente de información y opinión de Buenos  Aires,  abierta a las diferentes vertientes del pensamiento global, informa que el país altiplánico se encuentra en el camino de ser un Estado moderno y diferente. Las nacionalizaciones son la base de la exitosa economía,  liderada por el presidente Juan Evo Morales Ayma.

En la historia Latinoamericana no hay un solo caso de empresa extranjera estadounidense o europea, que haya abandonado por voluntad propia algún país de la región.

La recuperación de los recursos naturales consagrados en la nueva Constitución boliviana ratifica que la gran empresa extranjera acepta las nuevas reglas de juego. Si hasta hace unos seis años el capital fijaba las condiciones, ahora lo hace el Estado.

El vicepresidente boliviano Álvaro García Linera destacó que está constitucionalizada la nacionalización de los hidrocarburos. Esto significa que nadie, con una ley, puede volver a privatizar el gas y el petróleo ni en el subsuelo ni afuera, ni las refinerías ni la capacidad de decisión, comercialización y definición de precios de los hidrocarburos; se ha puesto un candado.

García Linera explicó que la evolución económica y social de Bolivia forma parte del “desempate 
histórico del pueblo”, en su mayor parte aymara y quechua y señaló que ahora, en el 2016, el viejo modelo económico neoliberal ya no seduce.

Bolivia en los últimos diez años ha construido la mayor preparación en América del Sur para afrontar la crisis global y este año crecerá 5% del PBI y también existe una proyección de crecimiento financiero, ante el aumento de la exportación nacional.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) prevén que en 2018 la economía boliviana tendrá un crecimiento menor al de otros años. No obstante, en el ámbito regional, Bolivia se ubicará de cualquier manera en los primeros lugares.

El ministerio  de Economía  recuerda  que la economía nacional crece porque hay un modelo económico diferente, el Modelo Económico Social Comunitario Productivo diseñado en Bolivia desde el 2006, y aseguró que es gracias a este modelo que “estamos preparados para resistir la crisis”.
Según el censo nacional del 2012, el país contaba con 10, 60 millones de habitantes, siendo los Quechua y Aymara las poblaciones mayoritarias. La población alfabetizada en área urbana representa 97,3% y en área rural, 89,7%; es decir, en área urbana, 97 de cada 100 personas saben leer y escribir, y en área rural, 90 de cada 100.