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martes, 25 de julio de 2017

PERIODISMO, REINAS Y CARNAVALES


El nuevo periodismo subsistirá en alianza con la nueva tecnología que hace posible la democratización de la información

Jorge Zavaleta Alegre
Lima, Perú
ArgenPress Cultural
La prensa atraviesa por una obligada transformación. Solo la calidad, sustentada en la libertad y la verdad, asegura larga vida a la buena prensa. Y la muerte o el olvido para aquellos medios que se valen del silencio o de la exaltación del dolor humano como una materia prima en el intento de inmovilizar comarcas enteras.

Estas meditaciones renacen en los libros publicados por la CAF y la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), liderada por Gabriel García Márquez, tras sucesivos talleres sobre ética, periodismo profesional y la empresa periodística en América Latina, con participación de experimentados editores y reporteros de habla española.

Uno de esos libros es dedicado a los Carnavales de Barranquilla, conjunto de crónicas, largas y bien escritas, que despiertan un fervor medioeval. El carnaval tiene su Rey Momo y sus reinas, figuras que encuentran su origen en la burla del pueblo de la tradicional jerarquía de las monarquías. Décadas atrás la monarquía se reproducía no con burla popular sino con gran veneración y una fuerza inaudita.

En los últimos años, proliferan las reinas de arriba abajo de la sociedad y se extienden a la región: La reina oficial, la popular, las reinas del barrio, las de los vecindarios, la reina gay, la reina infantil, las reinas de los pueblos limítrofes y las otras muchas soberanas. La democratización del reinado. Y se debe en parte a la sapienza popular urbana que entiende que si todas organizan su reinado y eligen su reina se ampliará el círculo de participantes y de compromiso con la fiesta popular fortaleciendo así su propio carnaval.

En Barranquilla hay una innovación. Las Abuelas galácticas, en la vía Batalla de las Flores. Se disfrazan como conejitas, como personajes de película fantástica. Este ejército de abuelos constituye una de las imágines más extravagantes en el Caribe colombiano. El requisito es tener más de 65 años. La Mucura de la Tercera Edad compite con el protagonismo de cientos de bailarinas, de modelos semidesnudos. Les gusta ganar el título de reina de reinas, más que el de reina popular.

Por tradición estas reinas han sido siempre niñas bien, de familias influyentes, educadas en colegios caros dirigidos por monjas y sin son designadas por su gracia, pero primero por aquello. El carnaval dura dos meses, desde su preparación. Es mucho lo que gusta de la fiesta traída de Europa que sirvió para resistir las jerarquías monárquicas y darle rienda suelta a la risa, el país, el placer, lo prohibido, lo grotesco y lo erótico.

La identidad del carnaval es el mestizaje del mestizaje. Por eso esta convencida de que el único modo de preservar el carnaval como algo vivo, sin nostalgia, es continuar con la mente abierta hacia el mestizaje e intercambio cultural que sugiere inclusive la aparición de disfraces personajes de la política internacional.

La remembranza de los carnavales, así como su interpretación dentro de la cultura y el nuevo periodismo, se advierte en La invención de lo cotidiano de Michel de Certau, cuando señala que los procedimientos populares (también minúsculos y cotidianos) juegan con los mecanismos de la disciplina, la creatividad dispersa, táctica y artesanal de grupos o individuos.

En igual forma, Mijail Bajtin, en su aproximación al pensamiento de Rabelais, nos legó la figura mítica del héroe novelesco o sus propuestas sobre el carnaval.

Es el gran teórico de la risa, de lo cómico y de lo grotesco, y del poder (o contra-poder) que ejercen las escenas irrisorias de las prácticas carnavalescas, sus ritos, los ceremoniales y la lógica ambivalente de su puesta en juego.

La seriedad, en tanto que forma autoritaria, en tanto que ejercicio del poder que se establece para intimidar o prohibir, queda al descubierto con el carnaval y sus dispositivos escénicos.

El Nuevo Periodismo subsistirá y en alianza con la nueva tecnología que hace posible la democratización de la información, para hacer frente a los conglomerados que ignoran la libertad y la verdad.

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EL MEJOR PERIODISMO VIENE DE LAS PEQUEÑAS CIUDADES


Jorge  Zavaleta Alegre

La gran prensa  no está en las capitales de un  país relativamente importante, tampoco  en las cadenas internacionales. Esta es una consecuencia lógica de las tecnologías  de información,  que en infinita y diabólica  competencia pretenden disfrazar la realidad con una serie de artificios,  que distraen o  complican los temas concretos que sufren  sus sociedades.

La mejor prensa  la tienen las pequeñas urbes, donde existe una radioemisora o una publicación no necesariamente diaria,  comprometida con la verdad.

Los ejemplos abundan.  Esta oportunidad leamos Prensa Ancashina, que desde una región  del  Norte del Perú, a unos 600 kms al NE de Lima, con  35 años  de vigencia, nos ofrece un conjunto de casos  de corrupción, de casi  todas las provincias  y distritos, demostrando que los procesos de descentralización o  regionalización del  Estado Nacional han replicado los métodos administrativos que permiten sustraer fondos para inversiones  que los pueblos soñaron desde décadas  atrás  y cuyos  recursos fiscales han desaparecido.

En su editorial de su edicion de Julio, esta Prensa Ancashina resume el drama administrativo  enn tres gobernadores sucesivamente elegidos que han violentado toda norma de control, siguiendo las pautas de quien fue el Presidente Regional, César Alvarez, reo contumaz, cabecilla de una mafia de la que formaba parte la  pareja presidendial  Humala-Heredia, ahora con prisión preventiva.

En la  Región Ancash, los planificadores  de las Inversiones Intrarregionales de Sudamérica, cuyo  supuesto era unir los océanos del Pacífico con el  Atlántico, con  la participación de Obedebrecht y las sucesivas  administraciones presidenciales de Brasil, Perú, Panamá, Colombia, Bolivia.

Fue el  Perú el más interesado en construir tres o  cuatro vías para unirse con Brasil. Dos de las obras del Norte y Sur están en plena investigación por los elevados costos y la poca utilidad de las vías.

El proyecto más insolente y escandaloso es la vía Carhuaz-Pucallpa, que llega cerca de Cruzeiro Do Sul, una localidad con menos de 10 mil  habitantes a  5 mil millas del Atlántico brasileño.

Esta obra no tiene pies ni  cabeza, es un proyecto fantasma, una estafa cuyo monto  debería resarcirse al Estado, al  igual que todos aquellos que participaron en las licitaciones.

La lista de instituciones y funcionarios comprometidos en este túnel es larga y se extiende en malversaciones  en la Unidad de Gestión de Huaraz, en  el retraaso y sobre costos de la carretera Corongo – Cusca – Tarija.

La crisis moral que atraviesa Ancash, la tierra natal del ex Presidente Alejandro Toledo, pedido por la justicia nacional por sobornos de firmas de Brasil, en cuya  investigación se alude la participación del actual jefe de gobierno PP Kuzcynski, ministro de Economía de Toledo.

Prensa Ancashina, dirigida por Lucio Pineda y Alicia Bravo, cierra esta edición de Julio 2017, denunciando la  reactualización  del proyecto de ley de cambiar el nombre de Región Ancash por Huaylas, evocando un decreto  de Bolívar de 1820. Propuesta de quien fue  el Presidente del  Congreso del  Humalismo. Este cambio, en opinión de juristas traería altas sumas de dinero para los notarios-abogados de esta Región. Mayor explicación sería redundancia.

Ancash, experimenta ahora un terremoto emocional, inclusive mucho más intenso que en 1970  que produjo la muerte de setenta mil personas. La suma dilapidada en esta última década en Ancash, incluyendo los análisis de evasión tributaria de algunas mineras, supera los presupuestos públicos de cinco años.


Esta es la prensa que necesitan las ciudades, más aún  cuando la forzada migración se concentra en las  grandes urbes. El saqueo del país liderado por los cuatro últimos residentes -Fujimori, Humala, Toledo, García-plantea nuevos códigos  de comunicación.
Informe desde Washington DC

para Diario16, El Mercurio. Panormámica

LA LONGEVIDAD ES BENDICIÓN, PERO TAMBIÉN PROBLEMA

Francisco Carranza Romero
Profesor de la Universidad de Seúl

Buscando hospedaje por internet
Desde Lima, antes de viajar a la ciudad de Seúl (Corea), mi esposa y yo buscamos por internet un hospedaje no muy cerca ni muy lejos de la Universidad Dankook. Es que soy docente del programa Escuela Internacional de Verano 2017. Una propaganda de Jarden in Palace muestra un local grande con ciertas comodidades: habitación con cocina, lavadora y refrigeradora, gimnasio, sauna, restaurante, juegos de mesa, cerca de la Biblioteca de Bundang, etc. Hicimos la reservación.

En la cálida noche lluviosa del lunes 10 de julio, llegamos cansados al alojamiento después de más de 12 horas de vuelo y una hora y media por tierra desde el aeropuerto. Esa noche descansamos sacando sólo las cosas necesarias de las maletas. Al día siguiente, martes a las 6.30 am, al ir a la sauna encontramos a unos ancianos de rostros inexpresivos sentados frente a la puerta del restaurante aun sabiendo que la atención es desde las 7.20 am. Nuestros saludos con palabras y venias, para nuestra sorpresa, no tuvieron respuesta. Los ancianos estaban sumidos en el silencio. En la sauna también saludé a dos, quienes tampoco me contestaron, solamente me miraron indiferentes. Mi esposa también me contó que en la sauna las ancianas no saludaban, no contestaban el saludo ni hablaban.

Cuando entramos al restaurante comprobamos que nos habíamos alojado en un local aislado dentro de la urbe que, acogiendo a los adultos mayores, hace su negocio. El internet no es para confiar. Este tipo de local tiene nombres encantadores y engañadores: casa de retiro, residencia de adultos mayores, hospicio, ancianato, asilo de ancianos, hogar de ancianos, silver town… Es el lugar a donde los hijos “muy modernos, muy ocupados, muy egoístas” llevan a sus padres cuando más necesitan ayuda y comprensión de sus familiares por sus limitaciones físicas y mentales. “Los mayores están mejor con los de su edad. Los mayores están más seguros en los asilos porque los hijos no tienen tiempo para atenderlos”, son algunas de las justificaciones de los hijos que se liberan de sus padres ancianos que son considerados como cargas.

Mientras desayunamos comprobamos la realidad: Los ancianos ocupan las mesas que llevan sus nombres, y forman grupos por ciertas afinidades. Después del desayuno, si no hay un programa, se sientan en la sala de recibo mirando hacia la puerta de vidrio transparente que es la entrada y salida. A pesar del calor que supera los 30° prefieren no usar el aire acondicionado porque afecta sus cuerpos sensibles y frágiles. El ambiente huele a humedad y a ancianidad. Estos seres humanos, aunque saben que están en un lugar donde tienen comida, habitación y ayuda del personal de salud, están amargados de la vida. Saben que han sido excluidos por sus familiares por ser ya inútiles.

Koryochang de antes y hoy
Mi esposa y yo hacemos la memoria de la costumbre coreana llamada koryochang de la época de Koryo (918 – 1392): Cuando un progenitor en estado de viudez llegaba a la vejez, que también significa degradación física, limitaciones y hasta la inutilidad, un hijo lo llevaba a una lejana montaña o isla donde lo dejaba con la ración de comida sólo para unos días. Luego se marchaba sin tornar la mirada hacia atrás. El anciano o anciana se quedaba mirando la espalda del hijo que se alejaba hasta perderse de su vista. Era la forma de acabar la vida en aquellos tiempos y lugares. Después del tiempo calculado de sobrevivencia del solitario abandonado, el hijo volvía a recoger el cadáver paterno o materno. Envolvía el cadáver, lo cargaba en la espalda, y comenzaba el retorno al pueblo llorando a gritos en el trayecto. Ese tipo de llanto era la forma de demostrar su amor filial a los que podían oírle.

Sidarta Gautama (el último Buda, siglo V antes de Cristo) ya había enseñado que el ser humano tenía cuatro sufrimientos: nacimiento, enfermedad, vejez y muerte. También recordé al peruano Manuel González Prada quien había lanzado una proclama dirigida a los mayores y menores: Los viejos a la tumba. Los jóvenes a la obra.

El sábado y el domingo aparecieron los hijos y nietos con sus carros de marcas extranjeras como Mercedes Benz, BMW, Audi…, demostración del poder económico. Sacaron al anciano o anciana por unas horas para devolverlos después. Sin embargo, ¡ay!, había ancianos que seguían mirando horas y horas hacia el exterior sin localizar a un familiar o conocido. Después del tiempo de vana espera sacarían la terrible y triste conclusión: “Estoy, realmente, abandonado y olvidado”. El suspiro largo y profundo, el único compañero inseparable. Se marchaban a sus cuartos lentamente, silenciosos y cabizbajos. Lo que estábamos viendo en nuestro hospedaje era el “moderno koryochang” de gente con dinero. Un negocio muy lucrativo para laicos y religiosos.

“Qué enseñanza a los menores. Los años pasarán; estos nietos también enviarán a sus padres a las casas de retiro”, comenté contrariado y decidido a salir del lugar. Unos días habían sido suficientes para organizarnos para cumplir nuestros compromisos.

El desarrollo económico y tecnológico da muchas comodidades; pero éstas, de ninguna manera significan felicidad ni madurez espiritual.

Centros de ancianos
Fuera de la casa de retiro, a la que me he referido, en Corea del Sur hay centros de ancianos porque las empresas constructoras están obligadas a destinar un local para los adultos mayores. Allí ellos se reúnen, conversan, juegan, leen periódicos, ven la televisión y hacen sus programas de fiestas y paseos. Me consta porque mi suegra participaba con entusiasmo en esas reuniones.

En muchas familias de Perú y Corea los abuelos todavía conviven con los nietos compartiendo la pobreza y riqueza, aunque sea en un espacio reducido. Una clara demostración de que la familia todavía está viva y en pleno diálogo de las generaciones. Pero, si en cada barrio peruano hubiera un centro de ancianos como en Corea del Sur, habría vida más solidaria. Si, además, hubiera el programa estatal de atención a los adultos mayores sería una buena ayuda a la familia. Entonces sí, la longevidad sería una bendición.