Crónicas del
Siglo Pasado, es un esfuerzo de una familia muy ligada a la vida política peruana de
los años sesenta, a través de la Democracia
Cristiana y después al proceso
liderado por Juan Velasco Alvarado. En esa década la juventud vivió la victoria popular de Cuba, la Primavera de París, la Reforma Agraria en algunos paises de América Latina.
Crónicas del Siglo Pasado, en
su última edición publica la importancia de los aportes económicos de los militantes a su partido. Sin duda un tema
valioso y de permanente actualidad, considerando la actual corrupción política, de sus líderes y la invasión de
dineros oscuros, del narcotráfico, del contraando y de los sobreprecios de las
obras de infraestrucura.
No es casual
que en el 2017, el Perú con su población
honesta, sufre la crítica internacional y el desprecio de personas e
instituciones que saben que este
país de 33 millones de habitantes tiene
las cárceles repletas. No hay espacio para la lista de próximos presos. En esa nómina,
que indigna al mundo civilizado, figuran Alberto Fujimori (cuya liberación o
indulto exigen sectores económicos que se beneficiaron con el remate de las
empresas públicas), Alan García Pérez, Alejandro Toledo y Ollanta Humana, tienen
procesos judiciales que sindican delitos contra el patrimonio en un país deon la pobreza extrema sigue
siendo uno de los más altos de América Latina. Los jueces no reconocen que Justicia que tarda no es justicia.
Alfredo Filomeno,
como secretario general de juventudes de
la Democracia Cristiana, recuerda que el 27 de noviembre de 2012, hace ya dos
años, envió un correo dando cuenta del nacimiento de su Blog “Crónicas del
Siglo Pasado”. Fue dirigído a unos 300
destinatarios entre familiares, amigos y conocidos. En esa oportunidad los
invitaba a que lo leyeran comprometiéndome con aumentar nuevas crónicas todos
los meses.
Este mes de Junio llega a 113 crónicas en
total: “Política del 60 al 90”, 38 crónicas, la sección “Viajero monolingüe” ha
llegado a 32, mientras que “Ricardopalmino” alcanza 23 y “Mi familia y mi
ciudad” 17. La sección “Siglo 21” con esta crónica llega a sólo 3. El número de lectores es inmenso, anque no lo diga el Editor.
Sigue el
relato: “Como dije hace un año en todo este tiempo he tenido en cuenta los
distintos intereses de los lectores. Por eso en “Política del 60 al 90” hay
relatos recogidos sobre la intensa actividad política partidaria que realice
desde los 16 hasta los 49 años, momento en que dejé la política activa. La
sección “Viajero monolingüe” presenta mis experiencias de viajero hablando sólo
español.
El reciente
debate sobre el financiamiento de los partidos en la nueva legislación
electoral que se está planteando, dice Filomeno, le hicieron retroceder
casi 60 años. Hace algún tiempo, revisando su pequeña agenda de 1959,
encontró que el 2 de marzo aparecía una inscripción escueta: S/ 20, era su cuota mensual para
el Partido Demócrata Cristiano al que se había inscrito días antes, el 23 de
febrero. "Lo comprobé al ver que aparecía la misma cantidad también los días 2
de los siguientes meses, salvo agosto que cayó domingo".
Filomeno recuerda: "Era yo un
joven de 16 años, hijo de un profesor jubilado. Vivía de propinas por lo que
esos veinte soles significaban el equivalente a unos seis menús económico. Es
decir, dejar de disfrutar de la sensación de libertad de “almorzar en la calle”
compartiendo conversación con nuevos amigos para hacerlo en la propia casa. Por
cierto era bastante mejor lo que se comía en la casa en el Rímac que los
austeros menús a los que podía tener acceso, pero perdía la sensación de ser ya
adulto (Ver crónica “Comida y café baratos a finales de los 50” del 22 de
agosto de 2014). Esto hizo que entre los 16 y 20 años en más de una oportunidad
me atrasara en la cotización partidaria y que en un par de ocasiones me
acogiera a una especie de amnistía que “olvidaba” algunas cuotas no pagadas."
APORTAR A SU
PARTIDO, UN DEBER DE MILITANTE
Mis dos
primeros años de actividad política sirvieron para que aprendiera la
importancia del aporte a la organización de la que era miembro. Uno se sentía
partícipe de la economía partidaria y por tanto asumía que había contribuido
-aunque fuera en grado ínfimo- con los gastos que se efectuaban, que en
realidad no eran muchos. Uno de los rubros era el alquiler del local situado en
un segundo piso a una cuadra de la plaza Bolognesi, en la avenida Guzmán Blanco
168, así como los servicios que incluían dos teléfonos.
En esa época
el mayor ingreso era el aporte del Grupo Parlamentario. Los cuatro senadores y
los trece diputados aportaban el 10% de sus emolumentos. La economía partidaria
tuvo un “hipo” cuando no hubo parlamento entre julio de 1962 a julio de 1963,
pero volvió a reposar en los aportes parlamentarios cuando los cinco senadores
y once diputados del Grupo Parlamentario electos por la Alianza Acción Popular
Democracia Cristiana volvieron a aportar el 10%. Similar brillo como oposición
al gobierno de Manuel Prado de los DC elegidos en 1956, tuvieron los elegidos
en 1963 como apoyo al gobierno de Fernando Belaunde Terry.
Sin duda que
en las campañas electorales se hacían mayores gastos. Filomeno recuerda significaron
aportes extraordinarios de muchos militantes y aportes importantes de
simpatizantes. En todo caso la de 1962 fue “franciscana” y la de la Alianza AP
DC descansó principalmente en el partido “grande” de la alianza que era Acción
Popular.
Una serie de labores propias de una campaña electoral no tenían costo
ya que estaban a cargo de los militantes. Ninguno en esa época pensaba que por
hacer tareas tan diversas como pintar paredes, repartir volantes, perifonear
por altoparlantes -fijos o instalados en automóviles- o armar un tabladillo
serían trabajos rentados cuarenta años después.
Con los datos
de lo que ganaba y sus aportes al PSR en esa época de locura inflacionaria, la
situación deel país era absolutamente caótica. En el segundo gobierno de
Fernando Belaunde, en julio 1982 ganaba 282 mil y aportaba 14,100 soles. Año y
medio después, en diciembre de 1983, 777 mil y 38,900 soles.
En el último
mes del gobierno de Belaunde, ya era
millonario, “mi sueldo en julio de 1985 llegó a 4 millones 456 mil y mi cuota
partidaria fue de 202 mil soles. En enero de 1986 ya con varios meses de
gobierno del presidente Alan García se cambió la moneda peruana, desaparecieron
los soles y llegaron los intis. Mi sueldo en mayo de ese año era de 5854 y mi
cuota al PSR 293 intis. Catorce meses después, en julio ganaba 14479 y aportaba
724 intis. Y en julio de 1988, 59387 y 2969 intis”.
“Pero a
finales de 1989, en diciembre, otra vez millonario, mi sueldo llegaba a tres
millones 46 mil y a 152 mil 300 intis mi aporte. Un año después, iniciado el
primer gobierno de Alberto Fujimori con brutal “shock” en los primeros días de
agosto, mi sueldo en diciembre de 1990 se elevaba a 236 millones de intis y mi
cuota a 11 millones ochocientos mil. Hay que imaginarse lo difícil que era en
esos años ganar cada vez más, incluso ser “millonario” en los ingresos y sentir
que cada vez era más difícil cubrir los gastos familiares.
La historia
del presente siglo es conocida y vivida por 33 millones de soles. Todos los
datos anteriores pueden parecer imposibles, pero esas fueron las cifras reales
que muestran lo que sufrimos los peruanos. Así vivimos o… sobrevivimos. Las
Crónicas del Siglo Pasado son lecciones para mirar y cambiar el incierto futuro. El narcotráfico, las sobrevaluaciones de los macroproyectos son una mina para los políticos. La Banca de Segundo Piso, según revelan sus directorios, están preocupados por la invasión de dinero sucio en las finanzas fiscales.