Jorge
Zavaleta Alegre
Grupo El
Mercurio de España, Corresponsal en EEUU.
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Crónica dedicada a Bob Camerieri, MA, 01.16.2017
Crónica dedicada a Bob Camerieri, MA, 01.16.2017
La historia de América está
saturada de violencia y quizá el
mayor aporte en pro de la integración
proviene de los camioneros que unen los pueblos con su acción cotidiana,
superando dantescas cumbres y precipicios
de geografía de este continente.
Si a principios del siglo XVI, en Cajamarca, los conquistadores españoles quebrantaron el Tahuantinsuyo, asesinando al Inca Atahualpa,
cinco siglos después, los ra los campesinos, en un territorio de socavones de oro y plata, donde los jóvenes podían ser formados para administrar la tierra dentro de un proceso integral de reforma apolíticos de siempre sepultaron, por ejemplo, un
instituto moderno de educación pagraria y minera, presidida por el general de las FFAA Juan Velasco Alvarado (1968-75), que también
fue boicoteada.
Pues en el siglo XXI el conducir un vehículo no solo es
disfrutar del coche, sino también del entorno. A carreteras famosas como el
puerto de Stelvio, en los Alpes italianos, la Ruta 66, en EEUU, desde hace casi
un siglo se ha unido la espectacular Carretera Panamericana.
Esta vía tal vez no sea tan técnica como conducir en el Nürburgrig, pero ofrece nada menos que
casi 26.000 kilómetros de extensión. Uno de los sistemas carreteros más largos
del mundo, para unir América, señala una investigación de Adrián Gastelum.
La Carretera Panamericana no es una sola carretera, son
muchas. Es decir, desde su comienzo en el extremo sur de Argentina hasta
Alaska, la vía tiene varios ramales que
se dividen a partir del original; tramos creados para beneficiar a ciertas
comunidades desde el punto de vista turístico y social.
La Panamericana tiene una historia digna de ser contada, ya
que la idea de su construcción se remonta a 1880 y ni siquiera hoy está
totalmente terminada.
El origen histórico de la Carretera Panamericana inició su
andadura con el Imperio Inca (entre los siglos XIII y XVI), con los llamados
"caminos del Inca", Capacñan, en quechua. Éstos conformaban un
extenso sistema de rutas que conducían a la ciudad peruana de Cuzco, que en
lengua nativa significa "ombligo del mundo". La iniciativa más reciente para su construcción
comenzó en 1880 cuando el gobierno de los Estados Unidos decidió unir todo el
continente americano por medio de un ferrocarril Intercontinental que conectara
a Alaska con la Patagonia, en el sur del continente.
Entre atrasos por falta de fondos y ciertos problemas
políticos en los países que debía recorrer la línea férrea, el proyecto se
atrasó muchos años. Para cuando se retomó, el tren ya no era el medio de
transporte principal, sino que era el automóvil. El proyecto original del tren
dejó paso a una carretera que pudiera unir toda América.
La Carretera Panamericana no fue abierta sino hasta 1943, en
que se liberaba el primer tramo de 960 kilómetros. Con el paso de los años,
casi todos los países de América se unieron a la construcción de la Carretera
Panamericana.
Aún existe un tramo de 87 km de selva montañosa, ubicado
entre el extremo este de Panamá y el noroeste de Colombia, llamado el Tapón de
Darién, que ha sido paralizado debido a que debería atravesar por zonas
ecológicamente protegidas.
El resto de los tramos han podido finalizarse y ni siquiera
el canal de Panamá ha logrado interrumpir el paso de la Panamericana, que
atraviesa el canal por imponente el Puente de las Américas.
La diversidad de topografías que recorre "la
Panamericana" hace que atraviese zonas montañosas, desérticas y
selváticas. En algunos tramos es casi imposible pasar cuando llega la época de
lluvias, el invierno o el verano, ya que el clima extremo es otra
característica a tener en cuenta por los aventureros que deciden realizar el
recorrido completo.
Pero las grandes
empresas que viven del erario o
presupuesto de los Estados presionan
nuevos caminos para facilitar el comercio, pero al mismo tiempo burlan el
pago de impuestos, propician negociados
que la imaginación se trunca.
Corresponde a los Bancos de Desarrollo como BM, BID CAF, propiciar las
condiciones de endeudamiento de los
Estados, con extrema supervisión, para eliminar la debilidad de gobernantes, muy dóciles al halago, donaciones y contratos generosos con consorcios como Odebrecht-FAO, para hacer realidad la red interamazónica IIRSA.
La corrupción en
Latinoamérica ha crecido tanto que cada metro de carretera implica
sacrificar fondos para educación, salud
mental y cultura. El reparto
presupuestal de cada año “no es una operación marcada por las necesidades
vitales de la nación, sino un reparto entre buitres hambrientos”, en palabras de un prestigiado rector de la
Universidad Nacional de
Ingeniería y ministro de
Educación del Perú en los
primeros años de este siglo XXI.
Juan Zevallos, natural de
Huarochirí, sierra de Lima, describe las bondades del camionero, como el encontrar
un amor en cada pueblo o sufrir la obligada lejanía de sus hogares, además de librar
batallas como el Quijote contra
los molinos de viento: “Llevaba el camión cargado
de motores para ser instalados en lugares
remotos. La tarea es muy
fácil cuando se viaja por una pista de doble vía, como la
de Los Libertadores en Ayacucho, pero
llegar a las pequeñas comarcas es casi un ritual. Uno se encuentra con
avisos y controles que obligan a
detenerse. No hay paso, no hay paso. Me
bajo del camión y le pido al custodio que levante la tranquera. Y él me
pregunta de dónde soy. Le respondo de Huarochirí. Para usted si hay paso porque
solo los paisanos nacidos en esta ciudad, tienen la valentía y destreza para
conducir la pesada carga al filo de
precipicios de cientos y miles de metros de profundidad. Si el camión se cae no hay posibilidad alguna
para recoger los muertos o las partes
del gigante vehículo. Es tan peligroso como trabajar con algunas empresas o ministerios que atienden a
las provincias”.
CAMIONCITO ROJO
https://www.youtube.com/watch?v=q21lQfgYkQ0
La Lira Huaylina, uno de los grupos musicales más conocidos en el Perú, que camina cerca de un primer siglo, por miembros de la Familia Flores Vásquez y amigos de la Región Ancash, se suma a la caravana americana de reconocimiento de los Camioneros a la mayor integración cultural. Las letras de la canción Camioncito Rojo son las siguientes:
Hoy a las 12:09
"Mañana me voy,
por la carretera,
levantando polvareda
por mii mala suerte.
Camioncito rojo
llévame a Huallanca
para yo ausentarme
rumbo a otras tierras.
Así es mi destino
vivir como errante
hasta que la muerte
lejos me sorprenda".
(El camioncito rojo era de Silas Toro).
Un abrazo:
David
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