Nostalgia Barranquina, Gladys Loayza |
Jorge Zavaleta
Alegre/Diario16 de Madrid
En el distrito
limeño de Barranco se construyeron pocas casonas virreinales como albergues exclusivos
de los
dueños del Perú, para que en los meses de verano bajaran cómodamente a
las playas del Pacífico para disfrutar del
singular clima que caracteriza a América Latina.
Visitando el Barranco
Virreinal, permite revivir la teoría del determinismo geográfico y la
estrecha relación con el neoliberalismo.
Barranco era un
espacio donde se cultivaba la cultura,
especialmente, la pintura y conciertos
de música clásica, la fina platería, siguiendo
el patrón de la vieja Europa.
En un museo cuya
fachada tiene la réplica del Gran Templo de Atena, era un espacio distante de los trabajadores
agrícolas y pescadores que vivían en las áreas marginales, distantes del
paisaje marino.
Una experta en
museografía, con estudios en EEUU, encargada de promover el Museo Osma de
Barranco, recordó en un seminario organizado por la Biblioteca
Nacional en el 2015, que en una encuesta para conocer el por qué el
ciudadano común no visitaba este museo, recordó que una niña que pasaba por la
puerta del casa de Osma acompañada de su madre, le preguntó que había en esa
casa. Y la madre no tardó en responderle que era un cementerio, según dice la
gente.
En este mes de Junio, Gladys Loayza Morales expone en el parque de
Barranco su obra, su pintura, ante una población de diversos distritos de
Lima, a unos cuantos pasos del Museo de la electricidad de Electroperú, un
museo de alto voltaje, que se propone unir la historia de la ciencia y
tecnología con todas las artes, con la clara filosofía que la separación de estas disciplinas hacen mucho daño en la
formación del niño y de la ciudadanía,
sin duda es un tema que merece mayor
difusión y compromiso del Estado y la sociedad civil.
La obra de Gladys Loayza, sin duda, es una forma que
explica implícitamente la estructura
virreinal de ayer y de hoy en las
políticas del Estado, que ignora la cultura como el
mejor medio para articular a los pobladores y reemplazar, por ejemplo, a la TV como el medio que despierta los más
bajos instintos, tomando a los sectores
marginales como responsables y protagonistas de la violencia urbana, silenciando
la creciente desocupación, los salarios
de hambre, el fortalecimiento del narco
estado, la corrupción palaciega.
Esta dualidad entre el Arte y el Estado aleja la
posibilidad de soñar, de construir una convivencia como el mar Pacífico, que baña el litoral y atrae cada día a más pobladores
del Perú
rural, porque los Andes se van despoblando, donde los programas sociales
son una dádiva tramposa.
Hay estudios muy serios que demuestran que de cada 100 soles asignados para atacar la pobreza solo llega un sol al desposeído ciudadano. En el
camino se van quedando los soles, entre decenas de organizaciones y empleados del estado que llenan los aviones y hoteles, sobre todo los fines de semana,
para cumplir la “meta” social como parte del presupuesto público.
Gladys Loayza, encuentra en el paisaje una forma
creativa para transmitir la fuerza y la energía del color con
movimiento en la espátula tratando de representar la sensación de atmosfera.
Por eso mismo, en el tema de paisaje de Barranco, explica que le
“inspira recrearla con mucho color; Barranco para mí es un lugar que se remonta
al pasado, por sus casonas, iglesias, terrazas, su mirador, el puente de los
suspiros y pasajes que nos dejan recuerdos de esos días inolvidables, ella es
colorida, llena de luz, sus árboles con sus movimientos entregan a la ciudad una característica muy especial”
Barranco sin
estos árboles - amplía su mensaje- no sería de lo que hoy es, un lugar de
ensueño por eso le doy presencia a su
vegetación, abstraigo sus copas de árboles y arbustos
tratando de conseguir un atractivo particular, la técnica de la
espátula, me permite matizar, abstraer,
dar color con sus diferentes matices; con mi pintura entrego una atmósfera y color en verano y sus
reflejos en invierno lluvioso presenta a
una ciudad húmeda, llena de nostalgia sin dejar de ser alegre.
Gladys Luz Loayza Morales (18 setiembre de 1968), su
atelier está en el pasaje Santa
Rosa 140, Parque bajo de Surco. Sus estudios superiores
los ha cursado en la Escuela Nacional Superior
Autónoma de Bellas Artes del Perú.
Su especialidad de docencia en artes plásticas, y egresada en la especialidad
de pintura, dibujo y mural artística, le ha facilitado impulsar talleres libres
para niños, Ha sido docente en pintura al óleo en el “Cetpro Magdalena”,
artes visuales en el colegio parroquial “ San Norberto” Lima. Talleres
libres de dibujo y pintura para niños, jóvenes y adultos en la Escuela de Bellas,
docente en educación por el arte en el colegio nacional “Mercedes
Indacochea de Barranco”, capacitación de pintura dirigido a docentes del c.e.o
“Carlos Cueto Fernandini”
Ha sido distinguida con el primer premio en los Concursos
de Pintura Rápida San Martin de Porres y
en “El Congreso Abre sus Puertas”.
Igualmente distinguida en el concurso
del “Cerro San Cristóbal”
Ha expuesto con sus matices urbanos en el Club Regatas
– Lima. En Noche de Arte 2015 Sol y Marte xvii edición del Club de playa sol y
mar distrito limeño de Asia.
Participó en el concurso de pintura rápida Cajamarca, ocupó
el primer lugar en la exposición de la
Biblioteca Nacional de San Borja, en la exposición “Cerro San Cristóbal”.
Palacio de gobierno, Tercer premio. Exposición de pintura “20 mujeres más
representativas del Perú.
Y en su rica trayectoria, de casi dos décadas,
recuerda su participación en- “presencia de vida”, organizada por Word Trade
Centre de Yakarta, Indonesia y la noche
de arte en la residencia de la embajada Estados Unidos en Lima.
Email: gladirt@hotmail.com