Jorge Zavaleta Alegre
Crónica dedicada a July hija y mamá,  Jorge  y  Bob.
“Yo creo que la lucha
es un fin. Cualquiera que sea el resultado del combate, los indios de los Andes
centrales han vencido”, Manuel
Scorza, en Redoble por Rancas.
La  Oroya, 
en la  Región de Junín, opera la
capital de la metalurgia en los andes centrales 
del Perú. Es un punto clave de la minería nacional  desde 
siglos  y  fuente de 
conflictos. El más reciente es la 
actitud  evasiva de la  Doe Roen que exige  al 
Estado  responsabilidades más allá
de lo posible, para cumplir  con las  justas 
demandas  de  sus 
trabajadores.
Informes de la
Organización Mundial  de  Salud, del respectivo ministerio  del Perú 
y  de una 
misión  científica propiciada por los  jesuitas, cuya sede  en Missouri, 
Pennsylvania, es la misma de la 
Doe  Run. Por lo tanto  ambas instituciones   se conocen mutuamente.
Para  los 
jesuitas  la  mencionada minera norteamericana  es calificada por múltiples   violaciones a 
contratos suscritos en diversos 
países, especialmente  del  sur 
global.
El arzobispo jesuita Pedro Barreto,  fue recriminado por  el arzobispo de  Lima en la década del noventa,   por brindar
demasiada atención a los pobladores de La Oroya, adquirida al Estado peruano.
La Oroya, poblada por miles de  trabajadores dedicados a extraer el mineral
de los socavones,   para su transformación
en valiosas barras de  oro, plata y
otros  metales muy bien cotizados en los
países del  Norte a  cambio 
de escasas divisas subvaluadas para atender las necesidades  de los pueblos   propietarios de la  materia prima.
La Doe Run, al  asumir
la explotación de planta  de la Oroya,
empezó a soslayar compromisos asumidos. Los diagnósticos  de 
salud, corroboraron que  los  niños y sus padres empleados en esta empresa
estaban  enfermos por    respirar los humos de las desgastadas plantas
refinadoras. 
Las  emanaciones  de las 
chimeneas  convirtieron  el cielo  azul en un bóveda   gris y los 
relaves de la mina  derivados al
Mantaro, convirtieron las  aguas de este
rio, valioso afluente del Amazonas, en una fuente de agua contaminada y peligrosa
para el consumo humano, de la  ganadería,
eliminando posibilidades para el desarrollo  integral  de un antiguo y  próspero 
valle con  su variada agricultura.
En la década de los noventa  cuando el jesuita Barreto  fue trasladado  de  
Cajamarca a Junín, por defender la causa    de los mineros, fue amenazado por un grupo
allegado a la minera  Doe Run. 
Siguiendo
la  tradición de como castigar a la  autoridad 
no grata, los sectores allegados a los intereses de la firma minera,
decidieron expulsar  al sacerdote que
incomodaba a la nueva empresa  rectora de
la Oroya, subido al  lomo  de un 
burro negro  con adjetivos
ofensivos   a la condición humana.
El pronunciamiento popular que se solidariza con Pedro
Ricardo Barreto Jimeno- pbarretosj@gmail.com-
empieza con una  frase bíblica. “LA
VERDAD NOS HACE LIBRES  PARA AMAR Y
SERVIR COMO JESÚS”.  En las siguientes
líneas se precisa que el Vicario General, Vicarios Episcopales, Sacerdotes,
Religiosos, Religiosas, Laicos de las Parroquias, Hermandades, Movimientos de
Laicos, Asociaciones Religiosas, Cáritas de la Arquidiócesis de Huancayo,
manifiestan lo siguiente:
El  Sindicato de
Trabajadores Metalúrgicos, Sindicato de Empleados y Sindicato de Trabajadores
de Patio Industrial de la empresa Doe Run Perú – La Oroya (domingo 2 de agosto
del 2009), invita a “cerrar filas ante los enemigos de la clase trabajadora”…
“supuestos defensores de la salud”  e
indica, con nombre propio, al Arzobispo, Monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno,
S.J., advirtiendo que “se atengan a las consecuencias porque todo tiene su
límite. Pronto estaremos luchando en las calles frente a todo hasta las últimas
consecuencias.”
Ante esta declaración el  pueblo expresó  su rechazo a esta nueva amenaza a nuestro
Pastor que se suma a las que se han producido desde el año 2005, y a los
agravios ocurridos 0contra la Parroquia de La Oroya y la honorabilidad del
Arzobispo.  Estos  excesos motivaron desagravios contradictoriamente
por los tres sindicatos que suscriben el mencionado comunicado.
Los presuntos enemigos de 
Doe Run quemaron un “ataúd” con el nombre del Arzobispo en el patio del
Complejo Metalúrgico de La Oroya. Se recibió en Secretaría del Arzobispado una
llamada telefónica que alertaba de un supuesto atentado contra la persona del
Arzobispo, que se realizaría al día siguiente durante la misa de fiesta en un
distrito del valle del Mantaro.
Pues desde el año 2004, el Arzobispado de Huancayo, en una
Mesa de Diálogo planteó la solución integral y sostenible al problema de salud
ambiental y laboral de la ciudad de La Oroya, y la recuperación de la cuenca
del río Mantaro, propuesta que ha logrado, a la fecha, una creciente
participación de la sociedad civil, en el cuidado de la vida y del medio
ambiente.
Más de tres mil quinientos trabajadores de la empresa Doe Run
del Perú se encuentran en vacaciones forzadas. Situación de angustia y
desesperación para ellos y sus familias…”. 
La  Iglesia, invocaba: “a buscar
juntos propuestas de solución a este gravísimo problema social donde confluyen
varios derechos inalienables: la vida y la salud de las personas, la
estabilidad laboral, el cuidado del medio ambiente y una actividad minera con
auténtica responsabilidad social que asegure el fiel cumplimiento de los
derechos antes mencionados”.
La Iglesia invocaba a los trabajadores de la empresa Doe Run
a actuar con prudencia y respeto en estos momentos difíciles en que se busca una
solución justa e integral a sus demandas.
Esta exhortación se hace más necesaria frente a la última
decisión de la empresa Doe Run Perú al declararse en insolvencia económica y
ponerse a disposición de INDECOPI. Los pobladores reiteran su pleno respaldo a
la firme posición  en defensa de la vida,
la salud y un trabajo digno. 
Junto a esta plegaria se 
convocó a técnicos ambientalistas 
de Misouri,  que conocen de  cerca la forma como  actúa 
Doe Run, y con fondos del entonces 
Gobierno socialista de  Italia,
se  logró 
corroborar  el daño irreversible
de la contaminación ambiental en la salud 
de la población  de la
provincia  de Yauli, empezando por la
Oroya.
EL "CIERVO" TAMBIEN 
SE CORRE DE LA IGLESIA
La Oroya. Lima. Lo que ocurre en la minería peruana con
la  Doe Run (la mayor productora de plomo
primario del mundo), al burlar los compromisos ambientales, constituye un grave
síntoma de lo que puede significar el Tratado de Libre Comercio como
instrumento de protección de los negocios de los EEUU en América Latina. 
La Oroya y Niños de Plomo. En una reunión en Huancayo entre delegados de la Cooperación
Italiana, la Mesa Regional de Lucha Contra la Pobreza y el Arzobispo de Junín,
se recogió el sentir de la Iglesia y decidieron invitar a expertos ambientalistas
de la Universidad jesuita de Missouri, donde también tiene su sede la Doe Run.
Pues los investigadores con el apoyo de instrumentos muy modernos, corroboraron
en las propias viviendas de los mineros, el diagnóstico del Ministerio de Salud
sobre las altas dosis de plomo en la sangre de los niños.
Ese diagnóstico de la muerte sigue tal cual. La Oroya llama
una vez más la atención del mundo. El 
arzobispo fue invitado por el grupo de abogados norteamericanos que
expusieron los avances de su demanda en contra de la matriz de la empresa Doe
Run, por daños a la salud.  Luego exhortó
a los asistentes a mantener una actitud de diálogo, tolerancia y respeto en la
búsqueda del bien común, que incluye una solución integral al problema
medioambiental y laboral de La Oroya.
EL JUEGO DE LAS ESTADISTICAS
El alcalde de La Oroya informa que la situación en su ciudad
se pone sombría, tras la suspensión de operaciones del complejo metalúrgico. La
paralización del complejo metalúrgico ha provocado la reducción del presupuesto
municipal provincial de Yauli (La Oroya), al haber perdido los tributos en poco
más de 40%. Las universidades locales están a punto de cerrar porque los padres
de familia no tienen cómo solventar los gastos de sus hijos. La comunidad
demanda al gobierno central la asignación de nuevos recursos para concluir los
proyectos de inversión que corresponden a los presupuestos participativos de
los dos últimos años. 
Sondeos de opinión realizados por la ONG Labor indican que
los responsables de la caótica realidad de La Oroya son el gobierno y la minera
Doe Run. La comunidad exige que el Estado debe buscar un nuevo administrador
para el complejo, pero en el camino surge una advertencia: El Tratado de Libre
Comercio que firmó el Perú con los Estados Unidos protege las inversiones del
país americano en suelo nacional, como las de Doe Run. Si el Perú rescinde el
contrato, esta empresa recurrirá a un tribunal internacional que podría obligar
a los peruanos pagarle a la incumplida minera una millonaria indemnización.
Doe Run Perú mantiene una deuda con el Estado de
aproximadamente US$ 500 millones. El Ministerio de Energía y Minas solicitó el
reconocimiento de una deuda por US$ 160 millones por el incumplimiento del
Programa Ambiental, cuyo plazo de ejecución vencía en marzo de 2012.
En una reunión entre la ministra de Energía y Minas, Rosa
María Ortiz, en  representacion de la  Rep{ublica peruana, autoridades de la región Junín y de la provincia de Yauli La
Oroya, y representantes de los trabajadores de la minera Doe Run, se acaba
decidir la conformación de un comité técnico que busque una solución a las violentas
protestas que se acatan  esta semana de
agosto  del  2015.
Sin embargo, la ministra 
manifestó que ello sucederá siempre y cuando los manifestantes levanten
la medida de fuerza, que actualmente mantiene obstaculizada la Carretera
Central. En esta mesa de diálogo se acordó también que el Estado garantizará
los derechos laborales de los trabajadores. Una persona falleció producto de
los enfrentamientos entre policías y manifestantes. Más de 60 personas resultaron
heridas, cuatro de estas por impactos de proyectiles.  La 
Oroya  es un problema  sin solución 
porque el  neoliberalismo  salvaje ha desmontado todo signo  de justicia 
y  de  razón 
a los  pueblos  desposeídos.
jorgez@telefonica.net.pe

