Telegrama urgente para Presidencia de la República.-
Jorge Zavaleta Alegre. Lima-Madrid-Buenos Aires.
*Una empresa verde del Perú, liderada por seis hermanas y el fundador de Kaiser Corporation, exige al Gobierno demostrar con hechos el valor de la COP20.
*La iniciativa ambientalista nació hace 40 años, en Pueblo
Libre, al pie de la Cordillera Blanca, en el Callejón de Huaylas.
En Lima, veinte mil
participantes de 195 economías del mundo, consiguieron en diciembre de este año
2014, un borrador para un acuerdo final en París, el año 2015, que permita reafirmar una voz común como garantía de protección del patrimonio
ecológico universal.
Ese acuerdo final
busca reducir las emisiones de carbono para posibilitar mantener la temperatura a nivel global, en menos de 2 grados centígrados, con el fin
de no generar alteraciones irreversibles
en el clima del mundo.
Las declaraciones oficiales, todas ellas plenas de
entusiasmo, pareciera que van perdiendo su valor. Frente a la realidad, se
apaga la voz emocionada del Presidente
de la República, acompañado del secretario general de la ONU. Los movimientos ecologistas y gremios de
diferentes matices políticos, vuelven a
su rutina y se pierden ante la inacción de los ministerios de Salud, Ambiente, Agricultura, Relaciones Exteriores, Energía y Minas, Salud,
Educación, Economía y Fianzas, y la indiferencia de las autoridades municipales y regionales de
Lima y del resto del territorio
nacional.
La información optimista festeja la creación del Fondo Verde
para financiar los proyectos que logren la
reducción emisiones de gases del efecto invernadero. La promesa superó en 200 millones a la meta fijada en US$10 mil
millones. Por cierto suma simbólica, para la dimensión del problema global.
DE CHACRACERRO AL MUNDO
Para no alentar el escepticismo, ChacraCerro, en el distrito de Comas, al Norte de la ciudad de
Lima, habitada por unas 200 mil
personas, ha despertado para exigir soluciones
inmediatas a un problema simple: la contaminación del ambiente que mata la moderna industria de las aves y ganadería, por la presencia de fábricas que violan las normas esenciales de protección
ambiental, en perjuicio de la industria alimentaria.
En ChacraCerro (un
simbólico espacio de arena en la dureza del
desierto) cerca del desaparecido aeropuerto de Collique) existen valiosas experiencias
empresariales que las autoridades,
empezando por los alcaldes, deberían conocerlas y apreciarlas como buenos ejemplos para construir metas y
compromisos con el país y la comunidad internacional.
Sin embargo, en ese rudo arenal, la población de Chacracerro es víctima, por
ejemplo, de una gran tintorería “clandestina” ubicada en el Lote 48 de la
Avenida Chacracerro, cuyas emanaciones de sus plantas inundan de cenizas y humo negro a las granjas donde
es indispensable un aire relativamente limpio.
Los sistemas de control en esa zona son letra muerte. Los
reclamos se agotaron en las instancias administrativas y judiciales. No hay
gestión que haga posible detener o
eliminar las gruesas emanaciones de gases
tóxicos de máquinas que usan aceite quemado como combustibles, un delito penado
pero solo en el papel.
Los pobladores que
huyeron de los socavones, empezando por Cerro de Pasco, reviven la
desgracia vivida en La Oroya, donde la Doe Run (ciervo gue corre) y sus
antecesores de hace más de un siglo,
destruyeron prematuramente los
pulmones y la vista de los niños, con las emanaciones de plomo, a través de elevadas chimeneas y las aguas
contaminadas del Mantaro. Fueron los estudios promovidos por la Congregación de
Jesuitas y la República de Italia, que
ratificaron los informes secretos del Ministerio de Salud sobre la forma cómo
la muerte se había instituido en la
Oroya. Pero el problema aún no ha sido solucionado.
El abordar en serio el caso Chacracerro, como lo plantean sus
moradores, podría ser un ejemplo de que las negociaciones en la COP20 no son
literatura desechable.
Un grupo de periodistas recorrió esa zona. Y desde una perspectiva de desarrollo verde, comprobamos, por ejemplo, que en el lote 49 de la emergente avenida Chacracerro, sobresale una experiencia diseñada por urbanistas y profesionales con
experiencia. Pero, a su costado opera una tintorería, cuyas emanaciones
provocan la muerte diaria de centenas de aves para el consumo humano. Los
trabajadores sufren el deterioro de la vista, dolores de pulmones y garganta, con pronóstico reservado por los médicos
tratantes.
De no ser superada esta problemática es inminente el cierre o traslado de las empresas que actúan con la ley, con la consiguiente
desocupación de centenas de trabajadores, y las consecuencias para los
habitantes de esta jurisdicción. El alcalde y regidores no obstante el reclamo
orgánico de los afectados se mantiene en el silencio cómplice.
TESTIMONIOS
Chacracerro vive un drama. El humo de una fábrica de tintes trae abajo un modelo empresarial con
principios ecologistas. Trae por los suelos la salud de los trabajadores que se dedica a la crianza de pollos, patos, conejos y cuyes, en un cuidado
bosque de árboles, con fuentes de agua limpia, galpones metálicos, diseñados para diferentes climas. Las mallas que produce se
aprecian también en granjas para peces
en las riberas de los ríos
amazónicos y lagunas de los andes; y en los cultivos de uvas, café, cacao, etc.
El experimentado médico
veterinario
César Cruz Cisterna, exhibe las pruebas de laboratorio que demuestran la
intoxicación y muerte, en un periodo intermedio de cinco semanas, de los animales domésticos, afectados por los humos que respiran. Además, el agua de
la piscina y los depósitos en los cuales abrevan los animales, están cubiertos
de una membrana negra.
Astrid Pretell Idrogo, administradora
de la planta, explica que los ambientes con puertas y ventanas tienen que
permanecer cerradas para paliar el inmenso daño a la salud. Los trabajadores
del campo son los más averiados. Los
dolores a la traquea, y la reducción de
la visión son evidentes. Los médicos no encuentran respuesta sino paliativos.
Jaime Kaiser, lider de una industria verde, en un arenal del Perú |
El presidente del directorio de Káiser Corporación está perdiendo la vista y no
le quedaría otra decisión que el cierre
de la empresa con perjuicio del centenar
de trabajadores y de sus familias. Jaime Kaiser Meléndez, gerente general se ha propuesto liderar esta cruzada en pro
de la empresa verde y seguir aportando en la producción de alimentos de mejor calidad con una mejor infraestructura. Confía que el
Estado reaccionará pronto para seguir
buscando la multiplicación de voluntades a favor de una economía verde y saludable
para todos.
En el caso de los trabajadores, la mitad de ellos ya ha
renunciado, y en un plazo muy corto la
empresa deberá cerrar si no hay una reacción de las instituciones públicas
responsables del control sanitario.
Káiser Corporation, es una creación de capitales peruanos,
con experiencia en el mercado nacional, inspiración de hace cuarenta de una familia natural de Pueblo Libre, el hermoso pueblo al
Oeste de la Cordillera Blanca en el
Callejón de Huaylas. La organización
tiene la singularidad de contar con el equipo gerencial a cargo de
un núcleo de seis mujeres, hijas del fundador y nietas de una mujer
emprendedora desde su niñez.
Con cuarenta años de actividad esta Corporación, mantiene
la representación de servicios y
productos de grandes empresas especializados con tecnología de múltiples aplicaciones en la agroindustria,
ganadería, minería, decorado y construcción. El testimonio y las inversiones de cada una de sus gerencias revela su vínculo
con la economía verde, siempre presente
en programas de educación, ferias y
eventos relacionados con la tecnología protectora del medio ambiente.
La población de Chacracerro, recogiendo el sentir colectivo busca plasmar en la vida
cotidiana los objetivos de
sostenibilidad del mundo que vivimos. Solo espera una respuesta oportuna del
Jefe de Estado.
https://plus.google.com/+ElmercuriodigitalNet/posts/VdfUtsd76oR
jorgez@telefonica.net.pe
Lima, diciembre 2014
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Lima, diciembre 2014