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domingo, 18 de mayo de 2014

HOMBRE LIBRE, PODER Y VIOLENCIA


Jorge Zavaleta Alegre. Periodista y Licenciado  en  Filosofía y CCSS.

La participación de la mujer en la política avanza en América Latina, procceso porque demuestra una mayor preocupación por la  equidad del género en el poder,  y una respuesta en una  región  donde el hombre y la mujer están sumidos en una cultura del  matriarcado y el machismo, que no han percibido la indispensable preocupación de la familia en el desarrollo integral de la sociedad. 

El Estado se entiende como una institución masculina, la mayoría de los funcionarios son varones, la configuración de contratación, manutención, control y promoción son masculinos. 
La reelección de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y de los gobiernos, igualamente  en Brasil, Argentina, Panamá  merecen  un mayor estudio  de la equidad del género y la fortaleza de las familias, que  transcurren con innata y mayor sensibilidad, incluyendo el respeto a las tradiciones y  culturas nativas, como sucede entre los Mapuches, lecciones de gestión  para las decenas de poblaciones nativas que habitan Los Andes y la Amazonía.


Las tendencias, factores e impacto  en las políticas públicas, fue uno de los temas centrales  de la VII Convención Nacional de Familias  realizada en Perú, al cumplirse dos décadas de la correspondiente declaración del Año Internacional    y en la cual  se analizaron  los alcances del Plan Nacional de Apoyo a la Familia  y la Ley de Fortalecimiento  de la Familia 28542, que comprometen la acción del Estado peruano a orientar, apoyar y asistir a las  familias, con prioridad a las que sufren pobreza y pobreza extrema. En el foro participaron especialistas  como  Julio Andrés Rojas, Viceministro del MIMP, Rebeca Arias de la ONU,  Walter Mendoza, Grecia  Rojas...

HOMBRES LIBRES Y FAMILIA 
Juan Alexis Valenzuela Mayorga, investigador  en masculinidades, trabajador social, magister en Salud Pública, docente de la Universidad Central de Chile y director de la ONG Hombres libres y familia, fue quien captó la mayor atención del debate al abordar las conductas de los hombres imputados por violencia familiar.

Valenzuela forma parte de un grupo de profesionales  que se ha propuesto erradicar la violencia física, promoviendo el diálogo al interior de la familia y proporcionando las herramientas necesarias.

En casi toda América Latina, esta forma de  atención al  hombre no se ha dado aún. En Chile, desde  2008, el  principal aporte  surge de la aplicación de un programa de intervención en violencia intrafamiliar que incluye la atención prioritaria a las personas de  sexo masculino.

Las políticas públicas en favor de las víctimas de violencia,  y la creación de un ministerio,  demuestran que “si reeducamos a los hombres en una masculinidad sensible no violenta, incide  positivamente en la calidad de vida de la mujer y de los hijos. No sucede este avance, si solo se interviene a la mujer víctima. El último estudio del SERNAM indica que el 64% de las mujeres atendidas en sus propios centros desean volver con su pareja – agresor”.

Los hombres no siempre acceden  a dichos programas  por autoexclusión, pues son esclavos de un concepto errado de hombre, hegemónico o machista, careciendo de un referente que les permita un cambio individual. Los voluntarios comprometidos con el tema, trabajan en equipo por aquellos que estén dispuestos a un cambio real. Detrás de cada hombre que se restaura, hay una mujer, hijos e hijas que se sanan y toda una sociedad que a partir del cambio personal mejora su calidad de vida.

Algunos referentes: En Chile, el 50,3% de las mujeres casadas o en uniones actuales o pasadas ha vivido alguna vez violencia de parte de su pareja. El 34% ha vivido violencia física y/o sexual  y el 16, 3% abuso psicológico (SERNAM, 2001).

La violencia es transversal a los distintos estratos sociales: un 38% de estrato socioeconómico alto y medio alto han sido agredidas por su pareja. El porcentaje aumenta en la clase media con un 44,8%  y en los sectores populares alcanza el 59% (Ibíd.).   

Ojo: A mayor nivel de educación menor es el riesgo de ser victima de violencia intrafamiliar.  Pero se cree que existen cifras ocultas en los estratos más altos, debido a la abstinencia en el uso de la salud pública, impidiendo la vigilancia epidemiológica. Las denuncias por violencia intrafamiliar han ido en aumento, según los reportes de Carabineros. A su vez las cifras de femicidio también han aumentado considerablemente.

Los principales aportes en masculinidades, permiten visualizar cómo las construcciones de 
identidades masculinas son un factor de riesgo o protector en la salud de los varones. Los entrevistados reconocen que los principales riesgos percibidos para su propia salud son las condiciones inseguras del trabajo y el consumo de sustancias, también hay algunas referencias a una alimentación no saludable. 

La atención con Prestadores Privados de Salud es algo deseado, la opinión es favorable, pero a un costo inalcanzable, prohibitivo, en tanto el Estado emprende mayor inversión integral para humanizar la salud.

CONTEXTO INTERNACIONAL
La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de El Cairo en 1994 explicita “la necesidad de considerar a los hombres y sus responsabilidades en las políticas relativas a salud sexual y reproductiva, desarrollo y equidad de género, responsabilidad en la crianza de  los hijos y los quehaceres domésticos”. 

Igual planteamiento  expresa la  Acción Mundial de la IV Conferencia de Naciones Unidades sobre la Mujer de Beijing, 1995, alentando mayor equidad en la sociedad beneficiara tanto mujeres como a hombres.

Cuando las relaciones de género se asocian a la salud de ambos sexos, nos encontramos con una sinergia positiva. Ejemplos: participación del padre en el parto y el cuidado de los niños. Cuando el resultado de las relaciones de género es negativa aparece  el “femicidio”

Freud es uno de los primeros teóricos que plantea que las disposiciones masculinas y femeninas resultan claramente reconocibles en la infancia de los individuos, postulando “que la vida sexual de los niños se manifiesta ya en una forma observable hacia los años tercero y cuarto” .

Distorsiones derivadas de estos estereotipos sexuales son las creencias culturales que: - El hombre es hipersexuado y la mujer infrasexuada. - El hombre acosa, conquista y la mujer limita sus avances. - El hombre es un experto sexual y la mujer ignorante. - El hombre es activo, iniciador y la mujer recipiente. - El hombre es emocionalmente controlado, fuerte y la mujer nutriente y apoyadora.

Esta socialización diferenciadora de género va perpetuando una cultura patriarcal y machista con roles estereotipados. La mujer desempeña un rol reproductivo y expresivo: maternal, de cuidado, “nurtura”, afecto y que debe cuidar de un hombre instrumental: “Figura de autoridad en la familia”, que la representa ante la sociedad y económicamente productivo.

La Etnografía aporta a los estudios de masculinidades desde la comparación de culturas “primitivas” con la cultura europea, describiendo la masculinidad tribal en distintas latitudes, con diversos rituales y concepciones.

El conocimiento de la masculinidad también viene desde el conocimiento político, como el movimiento feminista, el movimiento de liberación gay y el movimiento de liberación masculina anti sexista de los hombres.

La investigación feminista, revela los efectos negativos del control que ejercían los hombres en los gobiernos, corporaciones y medios de comunicaciones, la manera en que tenían mejores trabajos y salarios, así como el control de la violencia y la ideologías que obligaban a las mujeres a quedarse en casa, desacreditando sus exigencias de igualdad.  Sustento del patriarcado es la homofobia, entendida como la aversión, odio, miedo, prejuicio o discriminación contra personas homosexuales.  
 
Grupo promotor Foro Familia y Comunidad,con directora Teresa Hernández.-
CONCLUSIONES RECOMENDACIONES
La revisión de las teorías ha permitido entender las masculinidades como una construcción social, cultural y personal que trasciende más allá de las diferencias biológicas hombre mujer. 

Su diversidad será moldeada de acuerdo a etnia, la propia identidad individual que se alejara o acercara a un modelo hegemónico cargado de mandatos culturales.

Ulises  Valenzuela fundamenta  el valor de su esfuerzo, basado en estudiar y escuchar las vivencias de los varones, labor que contribuye a mejorar la salud de tantos hombres que prefieren no consultar los servicios de salud.

Es imperioso que los Centros de Salud mejoren su calidez en la atención. Las políticas de salud deben incorporar la perspectiva de género (masculino y femenino, ya que muchos varones no acceden a los servicios de salud, o mueren producto de accidentes, suicidios, violencias y  causas evitables, careciendo de una cobertura preventiva, que  permita aumentar sus expectativas de vida.

En el  Perú el  Registro de Deudores Alimentarios Morosos, Ley peruana 28970, es un paso reconocido por familias enteras, cuya filosofía promueve responsabilidades compartidas,  conciliación entre actividades y la vida familiar y la construcción  de relaciones equitativas.