Escribe: Jorge Zavaleta Alegre Periodista | Opinión - 00:59h
La II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC, 2013), en su Declaración de Santiago, aprobó la incorporación de Cuba, Costa Rica y Haití a la Troika y la designación de Ecuador a la presidencia pro témpore del bloque en 2015, puntos que hace cinco siglos también fueron planteados desde la utopía política.
Por ejemplo, Tomás Campanella (Calabria, 5.9.1568 - París, 21.5.1639), clérigo de temperamento impetuoso, llevó a abordar todas las ciencias, en su famosa obra La Ciudad del Sol, en la que describe un Estado teocrático universal, basado en principios comunitarios de igualdad.
El escritor y poeta italiano, contribuyó a desarrollar la ideología progresista. Exponía la concepción de ciudad conducida por los indígenas, rodeada por siete murallas, dedicadas cada una a un astro. En la punta de un monte se encuentra el templo dedicado al Sol. En la organización política de esta singular República se mezclan los asuntos religiosos y públicos de manera inescindible. Al príncipe Pon le corresponde conocer el arte guerrero y de los ejércitos; al Príncipe Sin, la enseñanza de la ciencia y la sabiduría, y al Príncipe Mor, las labores de la procreación y la educación de los infantes.
Los Ciudadanos de esta República filosófica, según Campanella, eran conocedores de que la propiedad privada engendra el egoísmo humano e incita a los hombres a enfrascarse en crueles luchas, por ello han convenido en que la propiedad sea comunitaria. Por eso todos los hombres habrán de trabajar, pero los funcionarios serán los que harán la distribución de la riqueza.
Cinco siglos después, CELAC aspira convertir a la Región en un bloque de integración y desarrollo económico. Reúne a 33 países latinoamericanos y caribeños, sin Estados Unidos y Canadá, y con la presencia de Cuba.
El organismo regional acaba de aprobar, la cooperación y el apoyo a las Islas Malvinas, bajo el control de Reino Unido desde 1833, cuya soberanía reclama Argentina. Igualmente expresa su respaldo al apoyo a la lucha contra el terrorismo, y la necesidad de poner fin al bloqueo comercial y financiero impuesto por EEUU contra Cuba.
CELAC entregó la presidencia pro tempore al presidente Raúl Castro, celebró la fecha de nacimiento del cubano José Martí, (28 de enero de 1853) y remarcó el apoyo de pequeños estados insulares en desarrollo, además del uso tradicional del masticado de coca y el Año Internacional de la Quinua.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien lideró la Cumbre de la CELAC y la Cumbre con la Unión Europea (UE) destacó que ambos continentes miran al futuro con mayor igualdad, diálogo directo y oportunidad para ambos.
La CELAC intenta dar un nuevo sentido a la palabra “integración”, diferente “a los designios de naciones grandes que sólo buscan mercados y materias primas baratas a través de sus transnacionales”, señala Ernesto Carmona, desde Mapocho press y Argenpress”.
Lo esencial es que CELAC cobija un encuentro de mandatarios ideológicamente tan disímiles como el chileno Sebastián Piñera, el venezolano Hugo Chávez, el colombiano Manuel Santos, el ecuatoriano Rafael Correa, el mexicano Felipe Calderón, el peruano Ollanta Humala, el nicaragüense Daniel Ortega, la argentina Cristina Fernández y muchos otros surgidos de elecciones impecablemente libres. La Ciudad del Sol, amanece en Los Andes.
La CELAC nació con el Grupo de Contadora (Colombia, México, Panamá y Venezuela) para promover la paz centroamericana ante los conflictos armados internos en El Salvador, Nicaragua y Guatemala. En los '90 devino en el Grupo de Río, Caricom, en una trayectoria de 22 cumbres. El paso siguiente fue la Cumbre sobre Integración y Desarrollo de América Latina y el Caribe (CALC), impulsada desde el Grupo de Río, que en su primer encuentro cumbre en 2008, incluyó representaciones del Mercosur, Unasur y el Grupo de Río.
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