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viernes, 4 de enero de 2013

PALABRA DE MUJER POR MAGALY SOLIER-Cambio16, Madrid




Jorge Zavaleta Alegre
Existenumerosas razones para sumarse a la campaña internacional contra la violencia de la mujer. Este año, la voz de una artista plantea, insistir en la justicia para las mujeres del Perú que hace dos décadas  fueron impunemente esterilizadas, como parte de una “política demográfica”.
La mejor respuesta la encontramos en las voces de nuestros artistas que participaron  en un festival organizado en Lima por los Centros Culturales de Francia y Alemania; Marruecos y Suiza, con un programa que incluye ópera, danzas, circo, artesanía, pintura, noches de cuentos,  grafitería, teatro, música, cine y un encuentro internacional  de  ministros  de Estado  responsables de los sectores sociales y  Chiripaq, el Centro de Cultura Indígena de Perú que celebra 25 años de creación  con   el Arte Vivo de Ayacucho, tras la barbarie del senderismo y la represión armada.
Escuchemos lo que sostiene Magaly Solier (Huanta, 11 junio 1986), la actriz y cantautora más famosa del Perú, premiada en diversos festivales por sus películas Madeinusa, La Teta Asustada y por Warmi disco de canciones en quechua:
“Estoy aquí para expresar lo que siento como mujer serrana. Las mujeres campesinas  son  trabajadoras. Soy hija de campesina luchadora, que nos ha sacado adelante a mí  y a mis siete hermanos y que gracias a ella pudimos ir a la escuela”.
“Cuando era niña, mi madre me enseñaba a  defenderme, a ser independiente, a ser una mujer con un corazón valiente. No tengas miedo de decir  lo que pienses, lo que te atormenta, dímelo. Para ello soy tu madre”.
“Recuerdo que viajábamos, a pie, con otras mujeres durante todo un día. ¿Para qué?. Para hacer un trueque entre las frutas que llevábamos por cereales y menestras. Con ese esfuerzo logramos educarnos”.
“Me viene a la memoria aquellas campesinas que se  dedican todos los días a  sembrar para que cada uno de nosotros, para que ustedes y nuestros hijos tengan alimentos cada mañana.  Por eso tenemos tantos callos en nuestras manos, de tanto trabajar”
“Sin embargo, poco caso nos hacen. En las provincias hay tanta inocencia, tantas violaciones  a niñas de 12 y 13 años que resultan madres.  ¿Hijos de quien? ¿De  un amor?  No. Provienen de la violación. ¿Violación de quién?.  En algunos casos  de  los padres, de los primos, de  los hermanos”.
“El Estado dice ”denuncien, señores denuncien”. Hay tantas mujeres que denuncian. ¿Y al día  siguiente qué pasa?. Son asesinadas. Las mujeres son aún más maltratadas, más  golpeadas”.
“Es fácil afirmar  que la violencia está bajando. Nada. Es una mentira. Son palabras  escritas en papeles. Solo pido un poquito más de ponderación. Tener los ojos más abiertos, que nos presten más atención a las mujeres serranas”.
“A pesar de todos los problemas que hemos pasado, adelantamos. No retrocedemos. Así de insistentes somos las mujeres de la sierra del Perú y del mundo. Porque tenemos fuerza, somos el motor del hogar, queremos superarnos cada día más. Sueño que algún día la violencia se acabe, que todas seamos felices”.  
“Concluyo  agradeciendo la oportunidad para  expresar lo que siento y recordar a aquellas mujeres que fueron esterilizadas y  que están pidiendo justicia año a año. Quiero dejarles esta preocupación a cada uno de los presentes”.
Con esa autoridad de artista,  creadora de un nuevo folclor andino,   oriunda de una tierra que sufrió la violencia sistemática del terrorismo,  esas palabras, avaladas por los aplausos y discursos emitidos en el Festival, adquieren categoría de firme protesta y de esperanza.