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martes, 20 de noviembre de 2012

DEFENSORIAS DE LA JUSTICIA


Jorge Zavaleta Alegre

Hace  dos décadas, en cumplimiento de la Convención Internacional por los Derechos del Niño, el Perú decidió crear las primeras defensorías para atender las demandas personales y sociales de este sector tan representativo en la estructura demográfica de un Estado.
Sin embargo, los acuerdos con las Naciones Unidas y las diferentes leyes no  fueron suficientes para estimular su crecimiento.
En el presente año, las Defensorías del Niño y Adolescente suman 2,240 en todo el país, de preferencia en las municipalidades: 1,016 en distritos y 190 en capitales de  provincias, según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, sector que lidera, en esta área, la concertación multisectorial.
El crecimiento de Defensorías  y el mayor involucramiento de otras entidades, ha dado lugar a la formación de la Mesa Interinstitucional, convirtiéndose en la red social más dinámica y descentralizada, que expresa el potencial de las Defensorías y los avances en el ejercicio  de los derechos de los niños y adolescentes, en armoniosa articulación con la sociedad civil y la cooperación internacional.
Las Defensorías no solo son centros en los cuales se buscan estrategias y decisiones para proteger a los menores de edad de los abusos de los padres y del entorno en el que viven.
En el VIII Congreso de Defensorías que  esta semana se realiza en Lima, con visitantes de Colombia y otros países vecinos, podemos apreciar una cultura con manifestaciones nuevas en la música, la pintura, los bailes, las artesanías, en publicaciones, pinturas, obras de teatro, cine. Nos dan respuestas claras, de rechazo contra el terrorismo y  contra los movimientos violentistas, clamando un Estado eficiente y más cercano a los más desamparados.
Si bien los cambios culturales  son parte de un proceso, en el caso de los derechos de los niños no hubieran sido posibles sin el aporte de los Defensores.
Esta valoración está explícita en las experiencias del VRAE, seleccionadas en un Concurso:
-La Defensoría Municipal de Río Tambo, en el VRAE, ha sido reconocida por haber incorporado promotores defensores en 35 comunidades nativas donde no había un servicio de esta naturaleza.
-En igual forma, la Defensoría del distrito de Río Negro ha encontrado algunas soluciones a sus demandas. Con el apoyo del alcalde han conseguido la clausura de establecimientos de venta  de licores donde  se daban casos de explotación de niños.  
-Destacan  también las Defensorías de Puno y Cusco, donde han encontrado alternativas para que los niños no participen en actividades productivas que no son propias de su edad, como la elaboración de ladrillos.
Mención aparte merece  la Defensoría Municipal de Macará, con su experiencia en la comunicación. El programa radial “La  Hora Familiar”, llega a los lugares más alejados del distrito y  es un referente valioso para multiplicarse en otras emisoras ya sea  comunitarias, municipales o comerciales, comprometidas con los derechos de la  Infancia y Adolescencia que establece el Plan Nacional 2021, inscrito en los Objetivos del Nuevo Milenio que comparte el Perú.
Siendo importante el número de Defensorías, la mayor trascendencia está en la creciente participación de la sociedad. El mejoramiento de este servicio permite que ahora el país tenga una de las redes sociales más dinámicas y una clara percepción de los gobiernos locales, como semilla del desarrollo sostenible.