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lunes, 17 de mayo de 2010

PERU Y LA FIESTA DE LA CHIRIMOYA



Jorge Zavaleta Alegre, Lima
El último domingo de Mayo visitemos San Mateo de Otao, a solo 50 kilómetros al Este de Lima. Es un pueblo de cinco mil habitantes, que gracias al esfuerzo y liderazgo de su ancestral comunidad, ha logrado superar el analfabetismo y construir los cimientos de una moderna producción frutícola, con énfasis en la Chirimoya Cumbe, de origen Preinca.
San Mateo de Otao sigue muy de cerca las investigaciones científicas que han demostrado las bondades del consumo de los azúcares de la chirimoya para despertar mayor sensibilidad y concentración en los procesos de aprendizaje e interés por la educación en general.

Esta conclusión, refuerza los estudios realizados con la tuna, tan abundante en los andes ayacuchanos - especialmente en la provincia de Víctor Fajardo - de donde emergen los mejores músicos e intérpretes de la música vernácula, difundida con éxito en Europa y Asia por artistas de Bolivia y Chile, a partir de la década del setenta.
La Universidad de Huamanga, dio cuenta a finales de la década pasada que ingenieros agrícolas chilenos, habían demostrado mucho interés de llevar a los campos mapochinos las mejores especies de tunas, como ocurre ahora con la chirimoya.
La Chirimoya Cumbe, conocida por los paladares pre incas, como revela ese mágico universo de Ruinas Arqueológicas como Callanga, Marka Marka y Huarichaka , podría tener mayor dimensión en el mercado, si contara con un mayor apoyo formal de las diferentes instituciones públicas especializadas.
San Mateo de Otao, puede ser en el mediano plazo un singular centro frutícola y turístico de la provincia limeña de Huarochirí, y atender la demanda local y del mercado externo, porque la naturaleza permite la producción de Chirimoya durante todo el año, desde los huertos ubicados desde los 1300 metros de altitud. Las zonas más altas son excelentes para la ganadería y la producción de lácteos.
El sueño de San Mateo de Otao, encarna la esperada revisión de los actuales modelos del desarrollo económico y comercial que están aislados de los valores culturales. “Las comunidades San Mateo de Otao, la más grande, y Santa Cruz de Ucro, la más antigua, son dueñas de la tierra, y el municipio ejerce la administrador”, explica el alcalde Juan Pérez Vargas, al mismo tiempo que exige calidad y estabilidad de sus servidores, para garantizar el desarrollo del Comité de Seguimiento de los Proyectos.
San Mateo de Otao es un pueblo alfabetizado. La construcción de diversas trochas con la mano de obra comunal, la insistente demanda de colegios en cada uno de los siete caseríos y de centros de salud son logros a favor de la alfabetización. Sin embargo, hay diversos proyectos que pueden dar frutos a corto plazo si se profundiza la asistencia de los servicios de sanidad animal, instalación de luz eléctrica, represamiento de agua, construcción del centro de acopio para la producción frutícola y otros. El colegio de San Juan de Lanca, capital de San Mateo de Ota, tiene cerrado dos años un centro de cómputo, por falta de maestro.
Las propuestas de hermanamiento con ciudades importantes y la presencia de voluntarios del movimiento “Un Pueblo, un Producto” facilitarán el avance de las iniciativas que tienen mayor potencial para el desarrollo local y mejorar la producción y comercialización.
En San Mateo de Otao, los adultos han organizado comités de trabajo para sembrar miles de plantones de chirimoyo, y capacitar a niños y jóvenes. Un logro importante es haber reemplazado los insecticidas por el abono orgánico, en la perspectiva de una agricultura ecológica.
Los agricultores a veces de en San Mateo de Otao se desaniman, sobre todo cuando llega el momento de vender las cosechas, porque los comerciantes retrasan o incumplen el pago. Los compradores ya tienen su asociación bien organizada que juega con los precios. La Marca Cumbe está registrada en Indecopi, pero se requiere de fiscalización para combatir la etiqueta falsa.



El festival de a Chirimoya en la localidad de Cumbe, permite saborear una diversidad de potajes y derivados (helados, yogurt, harinas) y conocer al ganador del concurso de la mejor chirimoya del Valle y la Reina de la Chirimoya. El año pasado la chirimoya más grande superó los 4 kilogramos.
El 30 de Mayo San Mateo de Otao ofrece su décimo quinto festival. Los pobladores abren sus huertos y casas, y oportunidad para conocer la diversidad de su folklore y la gastronomía local. Elvis Flores, presidente de la comunidad de Cumbe y como organizador del Festival recuerda que el año pasado se presentaron varias decenas productores con chirimoyas y paltas y este año se espera una mayor concurrencia.

PATRIMONIO NACIONAL
La sede del Festival es el pueblo de Cumbe, a una altitud de 1,300msnm, en el distrito de San Mateo de Otao.
Se encuentra a la altura del Km. 44.5 de la Carretera Central, y desde allí 8 km más, pasando por el puente Cupiche, a la margen izquierda del río Rímac.
Cumbe fue fundado en 1904, con pobladores que se dedicaban exclusivamente a la ganadería, y a partir de 1930, ingresaron a la producción de cítricos, empezando por limas.
Pero a la zona llegó el “virus de la tristeza”, plaga que diezmó las plantaciones de limas, crisis que condujo a rescatar el cultivo nativo a la chirimoya, especie que fue mejorada hasta llegar la variedad Cumbe.
Reinaldo Trujillo Ovispo, fue el joven agricultor que en los años setenta obtuvo el injerto de la Chirimoya Cumbe, en el huerto de Claudio Cuéllar. En lo que va de la presente década se han obtenido producciones de mayor calidad, reconocida entre exigentes consumidores.


La Chirimoya de Cumbe se siembra también en los pueblos vecinos de Lanca, Tapicara, Callahuanca, Salpin, Cocachacra. En el norte de Lima en Canta y Huaral, y otras regiones del Perú.
La resolución No 003680 de Indecopi, reconoce la Chirimoya Cumbe como patrimonio del pueblo. Y la resolución 002617, de marzo del 2008, estipula oficialmente la realización anual del Festival de la Chirimoya Cumbe. El primero se realizó en 1995, con el apoyo inicial de Senasa para combatir la mosca de la fruta y el asesoramiento de INIA, la universidad La Cantuta en podas, riegos, fertilización, cosecha y poscosecha.